El 30 de noviembre se realizará la Asamblea General Ordinaria para votar las Memorias y Balances de los años 2003 al 2006 y elegir la Junta Electoral que tendrá la tarea de “dirigir los comicios del 25 de abril de 2008”. La convocatoria no dispone la interrupción de las tareas de modo que una gran parte del padrón de afiliados estará imposibilitada de asistir. Asimismo el texto aclara que “ningún socio podrá tratar asuntos que estén fuera del Orden del Día”. Es decir que ni el deterioro de nuestros salarios, ni la actualización de las obsoletas categorías del año ´75, ni la efectivización de los miles de contratados, ni los despidos y procesamientos a delegados y activistas, ni ningún otro de los tantos problemas que afectan a los gráficos podrá siquiera mencionarse. Será una Asamblea General vaciada de contenido y sin otro objetivo que cumplir con un trámite estatutario. MUCHA MEMORIA Y POCO BALANCE Como ya es costumbre, en lugar de poner a consideración del gremio lo hecho en cada ejercicio realizando una asamblea anual como marca el estatuto, la directiva nos obsequia un libraco ilegible de casi 300 páginas que abarca todo el mandato de cuatro años. En esas casi 300 páginas plagadas de efemérides y referencias a la prehistoria se contrabandean las cuestiones que merecerían ser debatidas. Por ejemplo: ¿Cuánto cobran quienes conducen el sindicato? Una pista surge del balance contable del 2006 (página 272); si se suman los conceptos “sueldos, viáticos y combustibles” – obviando otros gastos de destino incierto como los casi 20 mil pesos mensuales correspondientes a “varios” – el resultado da unos 130 mil pesos mensuales. Es mucho dinero para unos cuantos secretarios y asesores. Este hipotético cálculo explicaría la ausencia en el temario de una cuestión tan vital como el salario y también explicaría porqué en cada paritaria se aceptan sin protesta los topes de miseria fijados por el gobierno y las cláusulas de absorción propuestas por las patronales. ¡Los “paritarios” no están obligados a vivir con lo que cobra un obrero gráfico! PACTO SOCIAL La preocupación excluyente hoy en los lugares de trabajo es la pérdida del poder de compra de nuestros ingresos producto de la escalada de los precios. Esta tendencia seguramente se agudizará a medida que se acerque el fin de año; para peor ya se han anunciado aumentos de tarifas. Después de que los empresarios armen su colchón de ganancias vendrá el “pacto social” propuesto por la flamante presidenta, que no es otra cosa que el congelamiento de la negociación colectiva. Hay que reclamar una bonificación de emergencia que podría ser un doble aguinaldo como era tradicional en muchos talleres – para compensar la caída de los últimos meses; algunas empresas como Morvillo ya logran pagos adicionales para fin de año. Al mismo tiempo hay que exigir la inmediata reapertura de la paritaria aprovechando que el último acuerdo incluye la posibilidad de adelantar las reuniones en caso de desborde inflacionario. Esperar hasta marzo o abril equivale a tolerar una mayor desvalorización de nuestro trabajo. REPUDIEMOS LA ASAMBLEA – FARSA Sin un interés que movilice a la base del gremio a participar, sin una verdadera rendición de cuentas que permita un debate documentado, clausurando de antemano toda posibilidad de encarar una discusión salarial, descontando la asistencia obligada de todos los empleados del sindicato y de los jubilados, el desarrollo de la asamblea será una película repetida: se aprobará la Memoria y Balance a libro cerrado y por unanimidad. Con el mismo método se elegirá también una Junta Electoral totalmente “verde” rechazando una conformación proporcional con la oposición como correspondería al principio democrático de representación de las minorías. En semejantes condiciones la única actitud coherente es repudiar esta asamblea burocrática armada a la medida de la burocracia. Lo que necesitamos es una verdadera asamblea general, preparada mediante asambleas de base, con un temario amplio cuyo primer punto debe ser el reclamo de un doble aguinaldo y la lucha por un salario que cubra el costo de la canasta familiar. Una orientación semejante es incompatible con la actual conducción; la conclusión natural es que hay que luchar por otra. Llamamos a todas las comisiones internas, delegados y activistas honestos y con aspiraciones de cambio a poner un pie en bloque único junto a la oposición Naranja para construir una nueva dirección del gremio gráfico.