sábado, 26 de julio de 2014

Por qué un paro activo nacional


El movimiento obrero batalla en varios frentes.
 
El costo de vida aumentó un 40 por ciento, pero las paritarias cerraron con un aumento salarial promedio del 29,7 por ciento anual en cuotas. Así, la inflación se devora el salario -especialmente las jubilaciones, condenadas a un mísero aumento del 11,3 por ciento hasta setiembre. Esta situación ha disparado un movimiento por la reapertura de paritarias, el cual tiene expresión en la docencia bonaerense, salteña y de Rio Negro.
Un segundo frente es el impuesto al salario. Muy peculiar, pero agudo. El gobierno, al prolongar el cálculo del congelado piso de 15.000 pesos de salario bruto al mes, agravó la carga de 1.300.000 afectados. Esto suma presión despareja en gremios como el neumático, la siderurgia, el Smata o la docencia; pero presión pareja en bancarios o en los salarios patagónicos. La tabla de Machinea hace el resto.
Y un tercer frente, el más dramático, es el de los despidos y suspensiones, retiros ‘voluntarios’ y jubilaciones anticipadas o simples cortes de contratos temporarios. Contra el ‘relato’ de los Pignanelli, las suspensiones y recursos de crisis se transforman crecientemente en despidos.
La recesión está declarada, aunque no en toda su magnitud. En el primer trimestre del año se cerraron 310.000 cuentas sueldo en los bancos. El movimiento obrero tiene aquí su batalla más difícil contra la asociación de la burocracia sindical al gobierno y su política consciente de ajuste. La recesión está siendo además usada, por patronales como Weatherford, Gestamp, Calsa o Lear, para imponer planes de superexplotación contra los trabajadores, atacando a su activismo. Otras, como la industria frigorífica, operan planes de reestructuración a escala del Mercosur, algo común también a las autopartistas.
Las luchas -en su momento la de Valeo, que disparó el paro general de la UOM cordobesa, más recientemente Calsa, Gestamp o Lear- representan un esfuerzo del movimiento obrero por poner un límite a esta ofensiva de conjunto, apoyada en las líneas centrales de una política económica que comparte toda la clase capitalista. Ofensiva apoyada también por oficialismo y oposición, que unifica a los pagadores de la deuda y de los buitres.
Pero ocurre que en el campo del movimiento obrero, ni la CGT oficial ni la opositora dijeron palabra sobre la crisis de la deuda que sacude al país y a los trabajadores, porque están en el campo político de los pagadores. Esencialmente, la burocracia sindical está subordinada al ajuste (miremos, si no, las paritarias de camioneros). Los topes fueron rotos por grandes huelgas docentes, por aceiteros o la alimentación, no por camioneros, cuyos trabajadores no fueron convocados a la lucha.
Moyano enfrenta la atomización de camarillas de la burocracia con el método de la rosca, la que no evita nuevas escisiones como las de los gremios del transporte. Así, han pasado cuatro meses desde el gran paro del 10 de abril. Se reproduce el sistema del paro aislado que usara Saúl Ubaldini, su objetivo es reposicionar a una burocracia, no quebrar una política económica y social. No en función de una alternativa política contra los ajustadores. No en función de un plan económico elaborado por los trabajadores.
Nuestro planteo de paro activo nacional -el que debería ser de 36 horas, para empezar con un abandono de plantas- tiene por objeto, en primer lugar, ofrecer un canal a los cientos y cientos de fábricas afectadas por los despidos y suspensiones, para reagruparse contra la ofensiva patronal alrededor de la medida de conjunto. Para ello, promovemos asambleas en cada lugar de trabajo. El paro y su preparación oxigenaría luchas actuales -como Lear, Weatherford, Emfer- o a las que pueden venir -como la gráfica Donnelley, con 123 despidos anunciados.
Nuestro planteo de paro activo tiene un programa. Esto es clave, porque el paro “repudio” muere al otro día. Necesitamos armar a la clase obrera. Por ello, el planteo de prohibición de despidos y suspensiones, reparto de las horas de trabajo y apertura de cuentas de las empresas involucradas. En los otros frentes, reapertura de paritarias y abolición del impuesto a las ganancias sobre el salario convencional.
El clasismo y la izquierda no reúnen la fuerza para convocar a un paro nacional, pero tenemos la política para luchar por él y, mediante el programa, discutir en asambleas de los lugares de trabajo, privados o estatales, transformándolo en un instrumento en la línea de poner en pie, contra el ajuste, al conjunto del movimiento obrero. Cada fábrica que pare en esta línea, estará en mejores condiciones de pensar una huelga u ocupación de fábricas, los métodos de la clase obrera para enfrentar la ofensiva. Lo mismo en el caso de los sectores o gremios que luchan contra la desvalorización salarial y el impuesto al salario. Finalmente, la cuestión jubilatoria tiene que ser una bandera de toda la clase obrera: inmediato aumento de emergencia de 3.600 pesos, 82 por ciento móvil y devolución de la Anses a un directorio electo por trabajadores y jubilados.
La potencia de la izquierda obrera y socialista está en el hecho de que levanta las reivindicaciones para organizar y no para “contener”, y en que presenta una alternativa política al hundimiento de la burocracia sindical peronista y de centroizquierda: el Frente de Izquierda.
 
Nestor Pitrola 

martes, 15 de julio de 2014

Defendamos el convenio gráfico de Diarios

Buenos Aires 15 de julio de 2014



-Carta a la FATIDA, a la FGB y a los gráficos de todo el país-

Los trabajadores gráficos de Clarín, de las plantas Artes Gráficas del Litoral (Santa Fe) y Artes Gráficas Rioplatense (Ciudad de Buenos Aires) expresamos nuestra preocupación ante un proyecto de reforma del convenio colectivo de diarios para los gráficos del interior (CCT 275/1996), que destruye la histórica división entre los convenios de obra -con jornada de lunes a viernes- y  por otro lado diario o rama periodística, que por su naturaleza del trabajo permite que se trabaje los fines de semana estableciendo a cambio ciertos beneficios, entre ellos una jornada que concluye “a las 6 horas de trabajo o al cierre del diario o al término de la tirada” (Art. 11 CCT275/96).

La reforma  permitiría a las patronales de diarios (en particular a Clarín) utilizar la mano de obra de los diarios para todo tipo de impresos, generando una competencia a la baja con otras empresas gráficas, la liquidación del beneficio de cierre para los obreros de los diarios y una presión a la baja contra el conjunto de los trabajadores gráficos de la rama obra, ya que mientras a estos deben abonarles los fines de semana al 100%, a los trabajadores del diario los podrían tener trabajando los fines de semana (haciendo tareas por fuera del diario) abonandoles horas simples. Como no rige un piso de impresión periodística, los talleres de obra, según la conveniencia, podrían también utilizar este convenio con solo hacer una minima tirada de un material periodístico.

Es que la FATIDA, Federación que representa a los gráficos de todo el país con excepción de Capital Federal y parte de Buenos Aires, se apresta a realizar, este 16 de julio, un Congreso Extraordinario convocado en la provincia de Córdoba, para aprobar propuestas de modificación del Convenio Colectivo, reformando entre ellas el artículo 5 (Personal comprendido) licuando el requisito de labores ligadas a la impresión periodística, para permitir que el convenio diario abarque “todas las tareas gráficas” Incluyendo: “libros, talonarios, revistas, manuales, folletos, formularios simples y continuos, confección e impresión de todo tipo de valores, obleas, etiquetas autoadhesivas, envases flexibles, de polietileno o similares, gigantografías, imanes flexibles, calcomanías, sobres, bolsas” (Proyecto de Reforma). Es decir que los trabajadores de diarios pasarían a imprimir todo… al mismo precio.

Sabemos que es una realidad que muchas gráficas de diarios ya realizan otros impresos, pero al estar amparados por el convenio hoy los trabajadores pueden plantarse al cierre o negociar mejoras, como el caso de AGL donde tras comprar el diario “El Litoral” Clarín impuso la ampliación de tareas, pero finalmente los obreros logramos que a cambio se nos reconociera una diferencia que rige hasta el 2015 y se pondría en riesgo en caso de aprobarse esta reforma. Llamamos a los sindicatos y federaciones a hacer respetar el convenio y luchar por nuevos derechos, y rechazamos tajantemente esta modificación que es contra los derechos de los trabajadores.

No acordamos con que se trate de un camino inevitable ante la predicción de posibles caídas de la tirada impresa como resultado de la difusión digital de diarios, en primer lugar porque muchos diarios siguen siendo al día de hoy un gran negocio, y por otro lado porque de una futura e hipotética caída, no debería resultar el injustificable resultado de una pérdida de derechos para los obreros y una ventaja en los negocios para las patronales de diarios. Al menos no con el apoyo de las organizaciones obreras.

Por último, en este marco, la obtención de otros derechos (como la ampliación de las vacaciones) no hace más que buscar blindar la reforma (en nombre de mejoras generales) frente a futuras impugnaciones ante la ilegalidad de las reformas convencionales a la baja. Llamamos a luchar por las mejoras, pero sin regalar en el camino este derecho elemental que distingue al convenio de diario.

Se trata de una reforma que no solo perjudicaría a los trabajadores de diarios del interior, sino también a los de obra, y una presión a la baja para todos los gráficos del país, por ello ambas comisiones internas nos pronunciamos en defensa del convenio de diarios, por el rechazo de la reforma del articulo 5, proponiendo que los paritarios sean electos en asambleas y este debate, antes de cuaquier resolución,  se lleve adelante mediante asambleas en todos los diarios y graficas del país.


Comisión Interna AGL-Clarín - Comisión Interna AGR-Clarín

viernes, 11 de julio de 2014

Rechacemos las maniobras de la patronal

Donnelley


En estos años la actividad gráfica creció más de cinco puntos por arriba del promedio de la industria. La mayoría de las patronales se embolsaron sus ganancias o, como en el caso de Donnelley, las giraron a sus casas matrices como dividendos, sin destinar un centavo a la inversión.


El agotamiento del “modelo productivo” empuja hoy una restructuración, sacrificando a los trabajadores, para intentar mantener los márgenes de beneficios.


Pero no se trata solo de bajar salarios y reducir planteles sino también de una guerra entre capitalistas por “expandirse en un mercado que se encoge”. Por un lado hay un avance de nuevos formatos digitales a expensas de los impresos, a eso se suma la caída del consumo que tiene un impacto directo en revistas y folletería; por otro lado la restricción a la importación editorial – en función de retener divisas – reaviva la disputa por un negocio que “en el 2.010 alcanzaba a casi el 80 por ciento de los libros que se leían en la Argentina”.


La crisis, tal como la presenta Donnelley, es trucha en varios aspectos. Los “costos laborales” de los que se queja son en realidad mucho más bajos que los de su competencia. La pérdida de clientes tampoco es como la pinta; lo que hubo fue un aumento desproporcionado y selectivo de sus precios a fin de provocar una depuración de su cartera (y retener a los más importantes) además de un desvío de parte de su producción.


En un artículo del periódico del PTS se dice que “la comisión interna de Donnelley se reunió con los compañeros de IPESA y se comprometieron a no hacer nuestras revistas”. Pero el problema es más complejo porque en algunos casos hasta esa tercerización es “trucha”. El mismo artículo señala que las revistas “Para Ti” se siguen imprimiendo en Donnelley aunque el pie de página indica que se hacen en IPESA. Esto no podría ocurrir sin un pacto de ambas patronales.


Hay empresas que no tienen un solo proveedor o que imprimen en varios talleres alternativamente. La comisión interna de Morvillo tiene frenado un folleto de Carrefour – y le han expresado a la patronal que ningún trabajo de Donnelley se haría mientras dure el conflicto – pero en rigor Carrefour se hizo muchas veces antes, allí y en AGR.


Esa disputa por el mercado es cruzada: Donnelley está ofreciendo precios preferenciales a Tsu y presiona por Avon – con quién tiene un contrato internacional –, ambos clientes de Morvillo.


Es claro que una invocación a la solidaridad no es suficiente, porque eso depende del nivel de organización de cada lugar y muchas veces de información que no manejan los trabajadores (meses atrás – seguramente por desconocimiento – Donnelley imprimió una tirada de Amodil que WorldColor había parado por un quite de colaboración).


Un enfoque estrecho de la cuestión termina trasladando la carga hacia otros y convirtiendo a los trabajadores en lobbystas de sus patronales. La responsabilidad de impedir el desvío de trabajos corresponde al sindicato. Mientras posa de “combativo” con declaraciones el ongarismo no mueve un dedo para que las cooperativas que le responden cesen con esa práctica.


Hay que exigir un urgente plenario de delegados para debatir el tema, que la directiva convoque asambleas en los talleres involucrados y asuma la decisión de frenar la producción tercerizada; hay que organizar piquetes donde la fuerza no permita parar desde adentro; e impulsar una gran marcha contra los despidos a la cámara empresaria.


El respeto a la “paz social” que reclama el Ministerio mientras dure el trámite del PPC o cualquier idea de no chocar con el gremio, allanan el camino de la patronal.


Miguel Bravetti


martes, 1 de julio de 2014

Gráficos reclamarán ante la asamblea de accionistas del Grupo Clarín

COMUNICADO DE PRENSA
Gráficos de Clarín, de la empresa gráfica de mayor facturación del país, Artes Gráficas Rioplatense, donde se imprimen las revistas dominicales y coleccionables de Clarín, las revistas de Cablevisión y Genios, entre otros muchos trabajos, realizaremos una concentración este lunes 30 de junio, a metros de la asamblea de accionistas del Grupo Clarín, en su horario de inicio a las 11 hs. en Tacuarí 1840/42, donde entregaremos un petitorio y repartiremos una carta abierta que hemos votado y firmado por unanimidad en las asambleas de los tres turnos realizadas el viernes 27 de junio, dirigida al Grupo Clarín y a las autoridades gubernamentales de control.

Los trabajadores denunciamos el achique de sectores, parates en la producción y atraso de obligaciones laborales de la empresa, mientras Clarín realiza un desvío masivo de trabajos, incluso a fábricas en negro.

Mientras la empresa incurre en atrasos, como la entrega de ropa, aduciendo una caída de la producción que ellos mismos generan, en un sector nuevo (impresión digital) donde ha colocado una nueva y costosa máquina, no le importó incurrir en gastos realizando obras y colocando un sistema de ingreso tactil con el solo fin de obstruir el ingreso de los delegados, espejando los vidrios para aislar a los empleados.

Consideramos anti-social esta política de especulación empresarial con miras en ajustar las condiciones de los trabajadores y perjudicar al fisco, y reclamamos la recuperación del trabajo, que Clarín haga el trabajo de Clarín, tomando los empleados que requiera, y cese esta política de tercerización, vaciamiento y presión contra sus trabajadores.

Se adjunta en archivo adjunto la Carta Abierta suscrita por todos los gráficos de la empresa.

Comisión Interna AGR-Clarín
Contactos:
Pablo Viñas. Secretario General Comisión Interna: 15 5 653 9481
Marcelo Quinteros, Secretario Adjunto Comisión Interna: 15 4 099 8089