sábado, 27 de agosto de 2011

El activismo de Morvillo


La concurrida charla de Néstor Pitrola con los gráficos de zona sur, en el local de Avellaneda, fue el puntapié inicial de una muy importante campaña contra la proscripción de la izquierda que llevó adelante el activismo de la fábrica. El debate, que se extendió por más de tres horas, facilitó la comprensión de la importancia de la lucha por los 400 mil votos. Como primera tarea se repartieron obleas entre los presentes. El debate no quedó agotado en la charla, sino que se difundió y se propagó en la empresa. A medida que se acercaba la fecha de las elecciones, mayor era el interés de los compañeros. En la última semana, un volante de fábrica, repartido y pegatinado en toda la planta, llamaba a votar por la lista 135. Agotamos todas las boletas de los distritos de zona sur que llevamos para los compañeros.

El voto al Frente fue muy importante en cantidad y calidad. Primero, porque los trabajadores que nos votaron declaran abiertamente su adhesión a la lucha contra la proscripción, en los términos planteados por el Frente.

Segundo, porque no sólo nos votó el activismo más identificado con la interna, sino un espectro mucho más amplio. Tercero, porque la campaña superó los límites de la fábrica: cada compañero que nos votó militó y sumó varios votos más entre familiares y amigos.

El entusiasmo con que fue recibida la victoria del Frente de Izquierda el 14 de agosto, y el reconocimiento y felicitaciones a los militantes del PO, demuestran hasta qué punto los planteos de la izquierda están presentes en los compañeros de Morvillo. La tarea ahora es reforzar esta lucha, consolidar un comité de apoyo y batallar para lograr meter diputados obreros en las elecciones de octubre.


Sebastián Rodríguez

jueves, 18 de agosto de 2011

Basta de persecución gremial en los Medios K

Reincorporación de Sergio González del Diario Crónica (dirigente de la Naranja Gráfica)
A días de que el sindicato notificara la convocatoria electoral para volver a tener delegados en Crónica, la patronal K, en un indisimulado acto antisindical, despidió a los dos candidatos postulados por el sindicato y a nuestro compañero Gonzáles, reconocido dirigente de la Naranja Gráfica -a quien, en forma canallesca, le inventaron una "causa" con la que pretenden birlarle 20 años de antigüedad, una vida de trabajo dentro del diario.

Crónica por dentro,desde que es "un medio K"
Desde 2005 -y como parte del crecimiento de los medios K- Raúl Olmos (dueño de "Forjar Salud", gerenciadora de la obra social de la UOM; hombre vinculado a Moyano y al kirchnerismo), aprovechando la crisis del diario y de su fundador (Héctor García), se hizo del control del diario.

Lo que supuestamente era un "rescate" (financiado con un frondoso aporte estatal), se transformó en una pesadilla para los obreros: Olmos ingresó eliminando la edición vespertina con 72 despidos en prensa, los que fueron sostenidos con patovicas que irrumpieron a los golpes en una asamblea que luchaba contra los mismos. En la parte gráfica, en combinación con una comisión interna corrupta, mantuvo un régimen de explotación, arbitrariedad y deudas salariales, con delegados que formaban una patota de capataces.

En el 2009, la patronal barrió a 120 gráficos -incluyendo a los delegados que le habían sido funcionales-, lo que dejó sin representación gremial alguna al diezmado grupo de obreros que "sobrevivieron" al recorte.
La persecución a la actividad gremial y a periodistas disidentes no es una excepción en los medios oficialistas. De diversas maneras se ha dado en Página/12, Radio Nacional, Canal 7 o el propio BAE (también manejado por Olmos, quien acaba de sumar Crónica TV a su emporio mediático). Como se ve, los medios K no tienen nada que envidiarle al negrero grupo Clarín en materia de dictadura patronal.

Luego de los despidos, la situación empeoró con ataques contra el convenio, el salario y la dignidad de los trabajadores. Como ejemplo, en las últimas semanas, abusando de la necesidad de los compañeros, la patronal los compelió a quedarse días enteros trabajando sin descanso. Algunos obreros llegaron a estar ¡hasta 5 días dentro de la planta! ¡Peor que los talleres clandestinos! Un peligro para su salud y para la de sus compañeros, con altas chances de accidentes de trabajo.

Reincorporación contra los despidos ilegales
y elección de delegados ya

En este contexto, un grupo de afiliados fue al sindicato y obtuvo la convocatoria a elecciones de delegados. La patronal respondió despidiendo a dos candidatos ya postulados por el sindicato -quienes han informado en la puerta del diario que ya han obtenido una reinstalación judicial- y, a días de notificarse la convocatoria, despidieron a nuestro compañero en forma "preventiva", para evitar lo que la patronal consideraba un hecho seguro: su propia candidatura.

Sergio era el único militante gremial reconocido públicamente que aún quedaba en el diario. Para "disimular" el carácter absolutamente arbitrario y discriminatorio del despido, inventaron una causa (un supuesto insulto al jefe de planta) contra el compañero, que tiene un legajo intachable, además de una sobrada templanza y experiencia como para cometer semejante torpeza (por eso en el taller no se la cree nadie). El intento es un hecho gravísimo, que demuestra la falta de escrúpulos de la patronal y sus alcahuetes.
El despido de Sergio es una afrenta contra los trabajadores de Crónica y la agrupación Naranja Gráfica, que tomará la lucha por su reincorporación como una prioridad inclaudicable. Ya se han iniciado los primeros pasos para reclamar judicialmente la reinstalación: reclamamos al sindicato que denuncie ante el Ministerio el despido arbitrario y lo llamamos a convocar a una movilización común en defensa de la reincorporación efectiva de Sergio y de todos los compañeros, así como por la elección de delegados.

Pablo Viñas, congresal Naranja Gráfica de AGR Clarín

La victoria política del Frente de Izquierda

El domingo pasado el Frente de Izquierda sobrepasó holgadamente el ‘piso' de proscripción impuesto por la ‘reforma política'. Obtuvimos un 30 por ciento por encima de los 400 mil votos que nos habíamos fijado como objetivo, y un 60% más de los votos equivalentes al 1,5 por ciento que establecía la legislación electoral. A pesar de su modestia numérica (520 mil votos), el resultado retumbó como una bomba política: es que no se trata de una cuestión de aritmética, sino de haber logrado la adhesión a una convocatoria política y a un objetivo desde el programa, los partidos y los dirigentes de la izquierda revolucionaria. El Frente de Izquierda rechazó el remanido discurso de "la democracia con justicia social" que caracterizó a los frentes democratizantes del pasado, promoviendo en su lugar una plataforma de reivindicaciones, la cual solamente podrá ser realizada en forma integral por un gobierno de los trabajadores. El domingo pasado, el Frente de Izquierda superó, en términos absolutos, a la ‘gran elección' de Izquierda Unida en 1989. Los medios de comunicación nos pusieron en la lista de los "vencedores" de las primarias y se planteó si esto significaba la instalación a corto plazo de una fuerte izquierda de fisonomía clasista y socialista. Es que la modestia de los números encubre también otra fuerte realidad política: en la Ciudad, la provincia de Buenos Aires, Neuquén, Córdoba y Salta, los números abren una posibilidad de luchar por diputados nacionales -aunque no se trate de ningún modo de un objetivo que se encuentre al alcance de la mano. En sólo treinta días, los votos del Frente de Izquierda en la Ciudad de Buenos Aires pasaron de 18 mil a legisladores a 81 mil a diputados nacionales -del 0,9 al 4,5 por ciento-, y a una distancia visible de los cien mil votos que requeriría acceder a una banca en el Congreso de la Nación. La primera razón de esta victoria es haber planteado la campaña en términos correctos: la lucha contra la proscripción electoral. Se trata, ciertamente, de un planteo democrático, pero es una necedad limitarlo a esto, pues estaba asociado a la intervención política de una fuerza anti-capitalista: o sea de un programa definido, de una corriente política definida y de dirigentes con una trayectoria de décadas de combate obrero y socialista. Las primarias han permitido que construyéramos un puente entre una reivindicación democrática y un planteo socialista. La campaña electoral que se inicia debería servirnos para profundizar la ligazón de la primera con el segundo. La naturaleza proscriptiva de las primarias quedó en evidencia con la exclusión de Proyecto Sur de la elección nacional, a pesar de la representatividad que había conseguido en el Congreso y de que se había ofrecido, hasta hace un par de semanas, para conquistar el gobierno de la Ciudad. Proyecto Sur pagó cara su negativa a luchar contra el piso electoral; es decir, su complicidad política con el planteo proscriptivo. Redes sociales y lucha de clases Alcanzó una notoriedad descomunal, en la campaña, la iniciativa de Jorge Rial y Gustavo Sylvestre que fue conocida por la etiqueta de #unmilagroparaltamira; incluso se le atribuyó la paternidad de los resultados del Frente de Izquierda. La falacia ya había sido refutada por el propio Rial, que reconoció que su iniciativa había sido inspirada por la campaña audiovisual del Frente y por el mensaje político de sus candidatos. Un medio de difusión sólo puede dar vida a un planteo convocante, de ningún modo fecundar de la nada. Por otro lado, parece que se hubiera olvidado que la red procesa un debate político, no dicta conductas. El debate que allí protagonizaron millares de jóvenes está relacionado con una militancia concreta, que naturalmente se desplegó en ámbitos diversos -los lugares de trabajo y de educación, entre los activistas y los intelectuales. Antes de que la lucha de ideas en la red comenzara a cobrar forma, varios centenares de intelectuales ya se encontraban movilizados contra la proscripción de la izquierda. El intento de adulterar el carácter militante de nuestra victoria política (¿qué clase de victoria política es, para la izquierda, la que no se arranca a través de la militancia?) por la repercusión que nuestros planteos adquirieron en la red llevó a muchos a cuestionar la expresión ‘milagro' como si ese lenguaje alienante hubiera sido una iniciativa del Frente y de sus candidatos, en vez de ser una ocurrencia de los periodistas para potenciar la campaña -e incluso una ironía aplicada a la condición socialista del Frente. Lo que importa es que el término adquirió una función movilizadora -lo contrario de la espera resignada y pasiva que implica. Los necios olvidan que numerosas guerras revolucionarias progresistas se libraron con un manto ideológico religioso (incluida aquí la expresión camuflada de religión que fue el racionalismo de la revolución francesa, que se convertiría en la adoración a un Ser Supremo de naturaleza laica). El desprecio a la movilización del periodismo a favor de la izquierda solamente puede ser tachado de sectario, cuando no se convierte en ataque directo de los enemigos de la izquierda. Fueron decenas los periodistas radiales que se pronunciaron al aire, frente a sus oyentes, por el voto al Frente de Izquierda. Es necesario apuntalar este proceso político, aunque es inevitable que se desarrolle con el tiempo una diferenciación política en este sector. ¿No es acaso en el campo de los trabajadores de prensa donde se ha desarrollado con fuerza el sindicalismo de clase? En esta pelea intelectual por la caracterización del uso de las redes sociales -una expresión más de la lucha de clases-, muchos buscaron ocultar el rol importantísimo que jugaron destacadas bandas de rock en la promoción del Frente de Izquierda, grupos cuyos líderes vienen acompañando las luchas obreras desde hace mucho más tiempo. A través del Partido Obrero y del desarrollo de un Frente de Izquierda, los obreros activos y con conciencia de clase ganaron a las mejores expresiones musicales para una lucha política definida. Lucha electoral y conciencia de clase Lo ocurrido con la campaña de nuestro Frente demuestra la importancia que adquiere la lucha electoral en determinadas condiciones. Históricamente, ha sido un factor poderoso para desarrollar la conciencia de clase y la organización del proletariado -desde los "cartistas" ingleses en los años 40 del siglo XIX hasta el bolchevismo ruso, pasando por la gigantesca experiencia de la socialdemocracia alemana. Oponer en abstracto la lucha electoral de los socialistas a la ‘movilización' o ‘acción directa' es propio del anarquismo, históricamente, y del radical pequeño burgués en la actualidad. Los trabajadores que ocuparon terrenos de Blaquier protagonizaron, fuera de toda duda, una gran movilización que les servirá como lección para luchas futuras y como experiencia de una lucha de clases aún incipiente. Sin embargo, votaron en masa por el mismo gobierno que les mandó la policía asesina. Un lector de Prensa Obrera nos advirtió que la aceleración de las tendencias movilizadoras y revolucionarias que puede ejercer la agitación promovida a través de internet -como ocurrió en los países árabes o en España- sufren desgaste y disipación por la ausencia de un partido revolucionario, en tanto que la promoción a través de esos mismos medios del Frente de Izquierda podría desarrollar, en ausencia de una situación revolucionaria, la fuerza dirigente que en un tiempo próximo podría ser el catalizador de las energías revolucionarias de las masas. Por eso es tan importante, en la campaña electoral que sigue, echar al lastre el doctrinarismo y desarrollar un discurso que ayude a los explotados a elevarse, aunque sea un escalón, a una conciencia de clase más definida. Los desafíos del Frente de Izquierda La victoria aplastante de Cristina Kirchner sobre sus rivales del campo capitalista ha vuelto a mostrar la volatilidad extrema del voto, luego de las derrotas de ella misma en las elecciones locales de Capital, Santa Fe y Córdoba. La victoria abrumadora de la Presidenta es la contracara de un agravamiento de la crisis política: la bonapartista debe ejercer su función de arbitraje en una suerte de soledad extrema. La desintegración de la oposición de cuño capitalista amplía el campo al cual puede dirigirse la agitación electoral del Frente de Izquierda. En la mayor parte de las experiencias históricas, el agotamiento del bonapartismo no produjo un tránsito suave al parlamentarismo, sino a la revolución. El Frente de Izquierda enfrenta el desafío, por un lado, de poder simplemente retener su votación del domingo pasado; por otro lado, encuentra a una enorme masa social o políticamente opositora abandonada al vacío político. Entre estos dos polos de posibilidades o alternativas se desarrollará la campaña del Frente de Izquierda. Quedará expuesta su madurez política. El objetivo es subir uno o varios peldaños más en el desarrollo político, conquistar una bancada revolucionaria en el Congreso y añadir a la militancia cotidiana un par o varios pares de tribunos revolucionarios. Jorge Altamira

miércoles, 10 de agosto de 2011

VAYAMOS POR LOS 400 MIL VOTOS

Otra vez más, el gobierno recurre a la represión para hacer frente a reclamos sociales urgentes. En Jujuy, esa represión fue ejecutada para proteger a un poderoso pulpo capitalista, aliado privilegiado del gobierno -el grupo Blaquier. La crisis social de la vivienda ha estallado en toda su dimensión como consecuencia de la especulación inmobiliaria, alentada por el gobierno a lo largo y ancho del país, y de la expansión de los capitales agrarios subsidiados por los K -como ocurre con la producción de biocombustibles por parte de los monopolios azucareros. Jujuy ha dejado al desnudo la incapacidad del llamado populismo de contenido capitalista para resolver los problemas populares. La totalidad de los partidos capitalistas se han manifestado solidarios con el pulpo Blaquier y abiertos opositores a la expropiación de tierras suficientes para resolver el drama de la falta de vivienda. En vísperas de las llamadas primarias, el 14 de agosto próximo, la conclusión es clara: ¿quién va a encarar con la profundidad que corresponde la solución del problema de la vivienda? NOSOTROS, LA IZQUIERDA. El reclamo para que NO SILENCIEN nuestra voz ha penetrado realmente en una gran parte de la ciudadanía; el llamado a reunir los 400 mil votos, para superar el piso proscriptivo que ha impuesto la ‘reforma política' para poder participar en las elecciones de octubre, es comentado profusamente en las calles, los medios, los lugares de trabajo y los hogares. Hay una comprensión de que el programa del Frente de Izquierda no puede ser excluido del debate electoral, ni del voto. En estas vísperas, hay otra cosa que ha quedado muy clara: que el gobierno K es funcional a la derecha -la represión al pueblo de Jujuy, para proteger los intereses de Blaquier, lleva agua al reclamo de ‘orden' de la derecha, y opera como un factor poderoso de desmoralización de los sectores populares que han confiado en la demagogia oficial. Los K son absolutamente incapaces de derrotar a la derecha, porque ellos mismos la cobijan -con los Scioli, los Barrionuevo, los Gioja, la burocracia sindical y los punteros del conurbano, que forman la estructura básica del gobierno kirchnerista. La lucha por los 400 mil votos para quebrar la proscripción electoral de la izquierda y para defender el derecho del pueblo a la elección de sus representantes, va dirigida también a la que ha sido la base popular del gobierno, para que voten a la izquierda como única forma de llevar a la victoria las reivindicaciones populares y derrotar políticamente al campo derechista. "Para que no nos silencien, danos tu voto".