jueves, 30 de marzo de 2006

DEL SALARIO NI SE HABLA

Una Asamblea General de afiliados…. sin afiliados. El Martes 28 se realizó en la sede central de Paseo Colón una reunión, que la conducción del sindicato pretende hacer pasar por una “asamblea general extraordinaria”, cuyo temario estuvo estrictamente restringido al orden del día: “venta o permuta” de los terrenos que el gremio posee en Avellaneda. Lo “extraordinario” entonces de esta falsa asamblea es que, cuando todo el movimiento obrero está discutiendo el problema crucial del salario, y cuando nuestro propio gremio se encuentra en medio de una paritaria, el punto del aumento no fue ni siquiera mencionado; no hablemos ya de abrir un debate como hubiese correspondido. Los básicos de hambre, las categorías del año ’75, la efectivización de los 11 mil contratados que hay en la industria gráfica, el “negreo” cada vez más extendido, la absorción generalizada de los ajustes, en fin, todo lo que resulta más importante para los obreros no está en el “temario” de la dirección, simplemente porque la paritaria no es la oportunidad de luchar por nuestras reivindicaciones, sino un trámite consistente en aceptar sin chistar lo que las cámaras dispongan. Asamblea Clandestina La convocatoria se hizo a través de una pequeña solicitada publicada pocos días antes. No se informó a las internas para que trasladen el anuncio a los afiliados y tampoco se envió notificación a los talleres para ser exhibida en las carteleras como marca la ley. Sobre unos ocho mil sindicalizados activos se juntaron no menos de doscientas personas: treinta o cuarenta delegados cuidadosamente “invitados” y el resto empleados del sindicato, la obra social y jubilados. Es decir - que se trató de una reunión virtualmente clandestina - montada con el único propósito de cumplir a medias con una formalidad estatutaria para prevenirse contra posibles impugnaciones que puedan pudrir un negocio en carpeta. Con el argumento de que los fondos se destinarán a la ampliación de la clínica “Ciudad de la Vida”, se obligó a los asistentes a decidir sobre un patrimonio de todos, sin contar con la mínima información ya que las cuentas son de manejo exclusivo de la tesorería. Filosofía de la miseria Del Salario no se habló, pero sí hubo lugar para que Ongaro se despachara con la sarta de incoherencias de siempre y encima se atreviera a mofarse de otros trabajadores como los gastronómicos que solo se preocupan por “la Coca y la hamburguesa” en contraste con nosotros – dijo – que podemos hablar de filosofía. ¡Pero mientras los camioneros, los aeronáuticos, los ferroviarios, la alimentación y los gastronómicos han hecho huelgas y movilizaciones por sus reclamos, la Federación Gráfica Bonaerense desapareció del escenario sindical argentino! Basta comparar lo que gana un chofer de colectivo, un camionero o un telefónico (todos oficios menos calificados que el de un impresor, por ejemplo) para ilustrar mejor sobre lo que hablamos: en ninguno de estos casos la mínima baja de los 1.800 pesos mientras la nuestra apenas alcanza la línea de pobreza. Por una verdadera Asamblea General El sindicato entendido como organización del conjunto de los gráficos no existe; ha sido sustituido por un aparato de secretarios y asesores gremiales cada vez más alejado de los problemas de la base - más aún - es una burocracia que le tiene miedo a la base, que no tolera el debate libre y que solo puede sostenerse ahogando toda forma de democracia sindical. Repudiamos enérgicamente esta truchada y llamamos a luchar por una verdadera asamblea general, convocada con tiempo suficiente y en un lugar adecuado, garantizando el transporte, y con abandono de tareas para que todos puedan concurrir; donde se debata y vote un plan de acción por un aumento que nos permita alcanzar la canasta familiar y sin cláusula de absorción, por la efectivización de los contratados, por la actualización de las categorías y la erradicación del trabajo en negro. AGRUPACIÓN LISTA NARANJA GRAFICA

lunes, 6 de marzo de 2006

LUCHEMOS POR UN VERDADERO AUMENTO

Mientras los empresarios le tiran flores al gobierno por el crecimiento record de la industria, en el otro extremo la caida promedio del salario “real” orilla el 40 por ciento. Los precios de los principales productos de la canasta de alimentos – aceites, carnes y lácteos – aumentaron entre un 120 y un 160 por ciento desde la devaluación. La política “antiinflacionario” basado en concertar con los productores y supermercadistas no sirve para hacer bajar la carne pero si para predisponer a la “opinión pública” contra los reclamos salariales, que el gobierno se juega a contener con la colaboración de la burocracia de los sindicatos. Paritarias amañadas Entre marzo y abril se abren discusiones en gremios claves, como construcción, metalúrgicos, petroleros, automotrices, aeronáuticos y subterráneos. Y ya Kirchner le marcó la cancha a Moyano: “ningún incremento debe superar el 20 por ciento”, a lo que el camionero respondió: “Presidente, quédese tranquilo, nosotros no vamos a ser los culpables de la inflación”. (Clarín, 5/2) Claro que, como ocurrió con los petroleros de Santa Cruz, como está ocurriendo con los docentes en varias provincias y amenaza hacerlo en los gremios más rezagados como la UOM, la bronca de las bases puede desbordar la “cautela” de los dirigentes; y eso es lo que realmente intranquiliza al presidente. La escala por el suelo También en nuestro gremio se abre la negociación por los básicos. Según Clarín (5/1) el rubro “imprenta y editoriales” es, junto a “maderas” y “papel”, el que mayor deterioro sufrió en su poder de compra desde el 2001. Nuestra escala es hoy una de las más bajas de la industria: arranca en la línea de pobreza y no llega (categoría 10) a cubrir tres cuartos de la canasta familiar. Pero mientras Daer, (si, ¡Daer!) está reclamando 1400 pesos de mínima, Ongaro – Amicheti seguirán una vez más el libreto oficialista como lo hicieron en las “paritarias” anteriores; es decir aceptarán sin chistar las migajas que le tiren las cámaras: ¿15 por ciento y con cláusula de absorción? Ni impuestos ni absorción Somos 20 o 30 mil gráficos dispersos en miles de pequeñas imprentas, medianos talleres y grandes fábricas, y cada uno se las arregla como puede. La mayoría de las patronales han absorbido los aumentos anteriores, aplastando los sueldos hacia los básicos, sin que el sindicato diga “esta boca es mía”. En el otro reducido grupo que forman algunos diarios y las grandes plantas de obra, con mayor capacidad de confrontación se sorteó la absorción e incluso se lograron algunos incrementos adicionales como en La Nación o, en menor medida, en Interpack. Pero en estos casos también cualquier mejora es automáticamente confiscada por el gobierno mediante el impuesto a las ganancias que luego reintegra a los capitalistas a través de subsidio. Es decir por uno u otro lado perdemos los trabajadores. Un programa para la paritaria La paritaria debería ser la oportunidad para desenvolver a fondo nuestros reclamos: junto a la consigna de un básico equivalente a la canasta familiar ajustado por costo de vida y sin absorciones, hay que exigir la elevación del mínimo no imponible a 10.000 pesos, la actualización de las categorías que no se tocan desde el año 1975 (incorporando las nuevas tecnologías), la supresión de la flexibilidad que “de hecho” reina en casi todos los talleres y la efectivización de los contratados y “precarios” que según la propia OSPG son más de once mil. “Claro que un programa así jamás podría ser levantado por esta conducción; solo la intervención decidida de las bases podría imponerlo, luchando por paritarios electos y por reconstruir la vida sindical; el plenario de delegados, la asamblea general y las asambleas por taller, con el fin de romper el cepo burocrático y liberar las reservas combativas de nuestro gremio”.