martes, 27 de noviembre de 2018

A movilizarnos contra el imperialismo



La reunión del G20 en Buenos Aires reunirá a los presidentes de las principales naciones imperialistas, junto a otros como Macri y Temer.

La cumbre de presidentes se convoca en nombre de “armonizar los intereses globales”.

Pero la verdad es muy otra: el G20 volverá a ser el escenario de brutales enfrentamientos entre sus miembros.

El telón de fondo de estos choques es la crisis mortal del régimen social que todos ellos encabezan –el capitalismo.

Mientras el hambre aumenta en el mundo, y supera ya a los 800 millones de personas, en este mismo planeta “sobran” alimentos y sobran fábricas, cuando deben rendir los beneficios que reclama el capital.

Por eso, en el G20, China, Estados Unidos y la Unión Europea redoblarán los aprestos de guerra comercial, de amenazas políticas y
militares.

Esta enfrentamiento feroz lo pagan los oprimidos de todo el mundo. Con guerras, masacres y la militarización general.

En el G20 discutirán otra guerra contra los trabajadores: las reformas previsionales y laborales contra los derechos de los activos y los jubilados.

Para la lucha contra el imperialismo y la reacción política, el pretendido progresismo de Cristina Kirchner o Dilma Rousseff constituye
una vía muerta. Son los que le abrieron el camino a la derecha y terminaron convalidando sus brutales ajustes contra el pueblo.

El Partido Obrero señala: la lucha contra el militarismo, la usura de la deuda y la guerra exige el frente unido de la clase obrera y una acción política independiente de la burguesía y de sus partidos, en particular, de los del nacionalismo fracasado.

A la crisis capitalista, a la guerra y al fascismo, le oponemos la lucha por gobiernos de trabajadores en el continente y en todo el mundo.

-¡Fuera el G20 de Argentina! ¡Fuera el imperialismo de Siria, Libia, Irak, Palestina y Yemen!

-Retiro de todas las bases militares imperialistas en América Latina.

-Abajo las reaccionarias reformas laborales y previsionales.

-Por una acción obrera internacional por el repudio de las deudas externas.

- Por la Unidad Socialista de América Latina y por el socialismo internacional.

El 30 de noviembre, concentramos a las 14 hs en Av. San Juan y 9 de Julio de la Ciudad de Buenos Aires y en las principales capitales del país.

jueves, 15 de noviembre de 2018

La CGT y su bono, funcionales al FMI



El sindicalismo combativo y la izquierda se movilizaron con una columna propia para repudiar la aprobación del Presupuesto 2019 en el Senado


Las calificadoras internacionales Standard &Poor’s y Fitch le bajaron el rango a la deuda argentina “por la aguda recesión, la enorme inflación y el consiguiente riesgo de default”. Las consecuencias no son menores: estas calificaciones presionan sobre el riesgo país y con él sobre las tasas usurarias de interés que aíslan a Argentina del mercado internacional de deuda, uno de los fundamentos de la existencia misma del macrismo y del precario plan de estabilización en marcha. Así las cosas, el FMI se opone a bajar las tasas de interés que han detenido la economía, lo cual desata una ola de cierres y despidos sin final a la vista.


Pero mientras estas agencias del capital financiero internacional le bajaban el pulgar a la política económica de Macri, la CGT le subía el pulgar a la mayor entregada durante este ciclo político. El Triunvirato de dos levantó todo paro nacional, cerrando el año del “movimiento obrero organizado”. Todo por un bono no remunerativo de dos cuotas de 2.500 pesos, una de ellas para el año que viene, que no abarca a todos (están excluidos los trabajadores de las empresas del Estado, docentes universitarios, estatales y docentes de provincias) y de dudoso cobro, porque las patronales que “no puedan”, podrán presentar “plan de pagos y montos”. El bono en negro, divisible e interanual, además, podrá ser descontado de cualquier revisión de paritarias. Eso sí, tributa ganancias.

En materia de despidos, se ha incorporado una cláusula que indica que las patronales deberán pasar por la Secretaría de Trabajo del eyectado Triaca informando los motivos de los despidos. Podemos adelantar esos motivos: “caída de la actividad no imputable al empleador”.

Daer se mostró “satisfecho” porque la letra del decreto “respeta lo hablado”. Nada que agregar. La CGT ha hecho su aporte final para salvar a Macri, aunque pueda terminar hundiéndose con él. No es el único, pero se trata del mayor aporte del peronismo en el esfuerzo por sacar al movimiento obrero de la cancha, la gran fuerza social que podría dar cuenta de un gobierno fracasado, obligado a redoblar hasta lo insoportable la ofensiva contra las masas a partir del rescate del FMI.

El rol del peronismo

El Presupuesto pasará por el Senado con otra fractura del PJ, en este caso de la tropa de Pichetto, pero seguirá su marcha con los votos suficientes del peronismo. Los gobernadores del PJ en lugar de “salvar a la patria” como se proclamó el 9 de julio o el 17 de octubre en Tucumán, se han lanzado a adelantar elecciones en la friolera de 17 provincias. Sin un presidenciable garantizado, los punteros mayores del peronismo de todas las alas, adelantan elecciones para asegurar el kiosco propio y desde allí participar del relevo de fines de 2019, que definirá la administración de un país quebrado con fecha fija para 2020, si es que se cumplen los mejores pronósticos del FMI.

Si se confirmaran las reservas inscriptas en la propia letra del segundo “acuerdo” (o bando) del Directorio de Lagarde, el propio proceso electoral podría pasar por el cedazo de una nueva crisis de deuda, de fuga de capitales y devaluación, sólo que ahora en el marco de una recesión pavorosa que puede empujar a intervernir a todas las clases sociales afectadas, aunque sus direcciones políticas no quieran.

La caída de Triaca, envuelto en escándalos de nepotismo y corrupción, es un eslabón más de la crisis de gabinete y las divisiones internas del macrismo (ver nota en Prensa Obrera on line), pero coloca en manos de Dante Sica y sus nexos íntimos con la UIA, el manejo de la ofensiva antilaboral que busca ser reformulada tras el triunfo de Bolsonaro en Brasil. No es de descartar que la CGT sea parte de la negociación por el nuevo ministro, en tanto ciertos gremios como la UOM y otros, tienen relaciones carnales con sus cámaras patronales.

Las tareas de la clase obrera y la izquierda

Los cierres, despidos y suspensiones se han acelerado en las últimas semanas. Alpargatas en Chaco, Paquetá en Chivilcoy, Acindar Rosario, Metalúrgica Tandil fueron al cierre, en tanto hay despidos masivos en Siam. En estos últimos casos se desataron luchas fabriles, en tanto Fiat no produce hasta el año que viene, Peugeot trabaja seis horas por día y se suceden suspensiones en toda la rama automotriz.

Por otro lado, estalló el conflicto de Aerolíneas por el incumplimiento de la actualización salarial por inflación oportunamente firmada. En la Alimentación, Rodolfo Daer maniobra con “bloqueos de portones” para no entrar en medidas de fuerza, porque la patronal dio por cerradas las tratativas de revisión paritaria a partir del bono. Las paritarias que se revisaron, aún las mejores, como Camioneros, colocan su última actualización en mayo del año que viene y llegan al 40%, muy por debajo de la inflación. La explosividad salarial busca ser controlada mediante el temor al despido.

La combinación de caída del salario y jubilaciones ante la inflación y despidos al mismo tiempo, hacen más necesario que nunca el plan de lucha y la huelga general. Es lo que podría golpear de manera decisiva a un gobierno en crisis. Pero el peronismo en sus distintas alas, incluido el sindicalismo opositor ligado a la Iglesia, garantiza la gobernabilidad del ajuste para entrar de lleno en la salida electoral.

Entramos en una etapa de luchas por abajo que, de acuerdo con su tenacidad y a la intervención del clasismo, a su turno, pueden alterar este precario equilibrio. Ocupación y huelga de toda fábrica que cierre o despida masivamente. Reparto de horas sin afectar los salarios. Aumento de emergencia a jubilaciones y planes sociales. Reapertura de paritarias mediante pliegos y negociadores votados en asamblea. Defensa del activismo. Y una fuerte agitación política explicando el porqué del paro activo de 36 horas y nuestro programa de salida a la crisis: derrotar a Macri, a los gobernadores y al FMI, que se convoque una Asamblea Constituyente soberana y con poder, para reorganizar el país desde el campo de los trabajadores. En la movilización contra el G20 tenemos que enarbolar este programa, claramente delimitados de la contracumbre de los falsos nacionales y populares.

Nestor Pitrola

lunes, 12 de noviembre de 2018

Todos al Congreso en rechazo al Presupuesto del FMI


El Senado lo tratará este miércoles. Un ataque a las condiciones de vida de los trabajadores


El Partido Obrero y el Frente de Izquierda nos movilizaremos al Congreso Nacional mañana miércoles 14, a las 14 horas, en rechazo al presupuesto 2019, que responde a los pedidos directos del Fondo Monetario y que supone un ataque brutal contra las condiciones de vida de los trabajadores y de los demás sectores populares. Una muestra clara de esta orientación es que casi el 20% de los recursos contemplados en el Presupuesto se destinen al pago de deuda fraudulenta y usuraria, disponiendo $750.000 millones solo para el pago de los intereses.

El gobierno quiere entregar la ofrenda del Presupuesto a los representantes del G-20, a Donald Trump y a los presidentes de los principales países explotadores y saqueadores que llegarán a la Argentina en pocos días más, cuya presencia llamamos a repudiar y a movilizarnos para rechazarla.

El proyecto que se aprestan a votar los senadores de Cambiemos y el PJ es parte de un acuerdo político más amplio que le permitió al gobierno la aprobación de más de un centenar de leyes, que han supuesto ataques a las condiciones de vida de los sectores populares. Ahora el PJ encabezado por Miguel Pichetto se comprometió a aprobar un presupuesto que ajusta la salud, la educación, los salarios, las jubilaciones y el derecho al trabajo.

El primer paso de este acuerdo fue el pacto fiscal firmado por Macri con los gobernadores, del cual participó también el kirchnerismo a través de la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner. 

Es total la complicidad de la burocracia sindical, en sus diferentes variantes, con este presupuesto de ajuste.  Ya en ocasión de su votación en Diputados, el pasado 24 de octubre, la burocracia de la CGT dio su apoyo implícito y le dio la espalda a la marcha al Congreso y Moyano-Pignanelli, del “Frente Sindical por el Modelo Nacional” le restaron todo apoyo a la movilización y se orientaron a una movilización a la misa en Luján, realizada días antes, junto a la Iglesia retrógrada y al Vaticano, cómplice del ajuste y enemigos del aborto legal y de todos los derechos de la mujer y los jóvenes. Unos pocos gremios enviaron delegaciones testimoniales a la plaza. En esta oportunidad, la burocracia ni siquiera amagó con realizar una convocatoria.  

La media sanción en Diputados se produjo bajo la cobertura de un vasto operativo represivo que culminó en represión y en una cacería de manifestantes. Un grupo de diputados opositores fue gaseado y agredido por la policía cuando se acercaron a las vallas para interiorizarse de la situación.

Por plenarios y asambleas en lugares de trabajo y sindicatos, para que la voluntad de los trabajadores se imponga a la parálisis de la burocracia sindical.

Inmediato aumento de salario y reapertura de las paritarias.

Ningún despido.

El 82% móvil para los jubilados

Anulación de los tarifazos.

Apertura  y duplicación de los planes sociales.

Por la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda; por la nacionalización de la banca y el comercio exterior

Reestatización y nacionalización de las empresas privatizadas bajo gestión de los trabajadores.

Que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores. 

El bono: una farsa contra el salario, con la complicidad de la burocracia


No es aumento y la mayoría de los trabajadores no lo va a cobrar.

El bono: una farsa contra el salario, con la complicidad de la burocracia
El texto del decreto referido a las características que tendrá el bono antiparitarias –no remunerativo, a cobrarse por única vez, es decir que no se incorpora al salario, en cuotas–, confirma el carácter confiscatorio del salario que tiene este mecanismo de “compensación” suscripto por los empresarios y el gobierno con la burocracia sindical y que ésta utiliza como excusa para dar por cerrada toda lucha de conjunto por la reapertura de las paritarias.

Esto cuando prácticamente ninguna de las paritarias firmadas y las pocas “revisadas” alcanza ni de lejos a la inflación estimada para este año.

Además, el texto establece que el monto del bono se puede descontar de los aumentos suscriptos en estos últimos meses en las revisiones de las paritarias o los que se suscriban de aquí en adelante. También puede descontarse de cualquier aumento que los empleadores que hubiesen otorgado unilateralmente en el curso de este año. Es decir que podrían no recibir el bono un alto porcentaje de los trabajadores registrados del sector privado a los que teóricamente iba dirigido.

El decreto plantea, de manera sinuosa, el carácter no obligatorio del bono, ya que según el texto “podrán adecuar la implementación de lo dispuesto en el presente decreto en materia de plazos y montos… aquellas actividades o sectores que se encuentren especialmente en crisis o declinación productiva”.

De más está decir que quedan afuera los trabajadores que están en negro, esto es, más de un 30% de los obreros y empleados de todo el país.

En el caso de los trabajadores estatales de Nación, UPCN firmó un acuerdo de bono similar ($5.000 por única vez) y un aumento del 10% en los salarios, que se suman al 15% suscripto anteriormente, lo que da un 25% para todo el año frente a una inflación estimada del 50%. No son alcanzados tampoco los trabajadores de las empresas del Estado, como Aerolíneas y Austral y Aysa.

Los empleados provinciales y municipales, por otra parte, quedan abandonados a su suerte y a una lucha aislada para conseguir la reapertura de las paritarias e incluso un bono. Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal ya anticiparon que ni en la Capital ni en la provincia de Buenos Aires se pagará el bono porque los trabajadores “ya tuvieron aumentos del 30%”, es decir 20 puntos por debajo de la inflación proyectada para este año hasta por el propio gobierno.

No serán alcanzados otros dos de los sectores más postergados salarialmente, los trabajadores rurales y el personal doméstico.

La mecánica del decretazo antiparitarias es justificada en el texto por la necesidad de dar “rápida respuesta” a la brutal caída del salario que el bono no sólo no compensa sino que ni siquiera supone un aumento real.

En realidad, la decisión de hacerlo de esta manera encriptada es una forma de sostener la caída brutal del salario evitando la apertura de cualquier debate y la participación de los trabajadores en el tema. Y nuevamente, gobierno y empresarios, cuentan para este golpe con la colaboración abierta de la burocracia.

Un complemento de esta entrega es la referida a los despidos que la burocracia levantó como una conquista. El texto aclara, por si había alguna duda que de manera transitoria –hasta marzo del 2019– las patronales que decidan despedir “sin causa” deberán comunicarlo a Trabajo con una antelación de 10 días.

¿El objetivo? Que las autoridades de la secretaría que ahora abandona Jorge Triaca, convoque a “las audiencias que estime necesarias para considerar las condiciones en que se llevará a cabo la futura extinción”. Es decir que los despidos no se detienen sino que el gobierno “garantiza” que se lleven a cabo como “corresponde”.

La postración de la decrépita burocracia sindical ante las necesidades de la burguesía la inhabilitan para ponerse al frente de la lucha contra el plan de ajuste y miseria que el gobierno nacional, el PJ y los gobernadores, junto al FMI, han lanzado contra los trabajadores y los demás sectores populares. A cambio de este bono en negro, pagadero en cuotas y de dudoso cumplimiento, la burocracia de la CGT liquidó el llamado a un paro.

Es necesaria una nueva dirección. El clasismo y los sectores combativos tienen por delante la tarea de organizar a los trabajadores, impulsar la realización de asambleas en los lugares de trabajo para exigir el paro activo y un plan de lucha por la reapertura inmediata de todas las paritarias y 45% de aumento, con cláusula gatillo. Por un aumento de emergencia para los jubilados y los beneficiarios de planes sociales, por la prohibición de despidos y suspensiones y el reparto de las horas de trabajo disponibles.


 Nelson Marinelli