sábado, 9 de febrero de 2013

Más impuesto a los salarios



La actualización del mínimo no imponible en un 20% ha causado un temblor en el movimiento obrero. Después de dos años de congelamiento, es una tercera parte de la inflación. Asimismo, la escala progresiva del impuesto alcanza a un mayor número de trabajadores. Por ejemplo, un trabajador que cobra 7.500 pesos por mes ha pagado en 2012 el 2,2%; si ese mismo compañero tiene una actualización salarial del 25% (empardando apenas la inflación), tributará en 2013 un 3,8% de su nuevo salario (Clarín, 30/1), más de un 70% de aumento.
Como están las cosas, sólo 420.000 trabajadores pagarán el 9% del excedente de los mínimos. En cambio, 1.200.000 pagarán entre un 14 y un 35%. Después de las paritarias, se irán incorporando más de un millón a distintas escalas.
La UIA, la Came, la Federación de Empresarios Bonaerenses y la Asociación Pyme saludaron calurosamente el anuncio (Cronista, 30/1). La clave es que el gobierno le puso un número del 20% a las paritarias y Tomada no homologó el acuerdo bancario de un 24,5% por tres meses. Se ha establecido un cepo a las paritarias.
Hemos sido estigmatizados por hablar de Rodrigazo, pero el Rodrigazo consistió -precisamente- en un tope salarial ante un estallido de precios, impuestos, tarifas y tipo de cambio. El anuncio de Moreno de congelamiento de precios de los “súper” por dos meses -de dudoso cumplimiento- no hace más que reforzar los parecidos con aquel estallido -precisamente- con el congelamiento de precios previo al Rodrigazo.
El anuncio ha creado un nuevo escenario para la crisis de la burocracia sindical, que no quiere salir a la lucha.
Sólo la clase obrera en lucha podría impedir el Rodrigazo en marcha. La base petrolera ya le impuso un corte de horas extras a Roberti. Antes de eso, el paro bancario le tapó la boca a Tomada. Como corriente en el seno de fábricas y sindicatos -y como alternativa política-, la izquierda tiene que impulsar ese movimiento mediante asambleas y un programa: anulación del impuesto al salario, mínimo de convenio equivalente a la canasta familiar, salario familiar para todos de 700 pesos por hijo, ajuste trimestral de los salarios.

Nestor Pitrola

EL “CONGELAMIENTO” ES UN FRAUDE



tapaEl “congelamiento” de precios pactado entre el gobierno y los supermercadistas ‘hace agua’ desde el vamos.
Se produce luego de la escalada infernal de precios en enero, que equivale a un 30% anual.
Los supermercados condicionaron el acuerdo a que “los proveedores no les aumenten los precios”.
Los super ya tomaron sus recaudos: dejaron en suspenso promociones y descuentos.
El “acuerdo” es una pantalla para forzar a los sindicatos a pactar aumentos salariales por debajo de la tasa de inflación.
Lo que quedará efectivamente congelado es el poder adquisitivo del salario en los niveles del año pasado.
Los K quieren ‘congelar’ una inflación que, sin embargo, no reconocen.
Los dirigentes de la CTA y CGT opositoras han denunciado que estamos ante una maniobra contra las paritarias.
Pero presentan como respuesta una ‘marcha’ a mediados de marzo.
Al control de precios que no controla nada, oponemos un plan efectivo contra la carestía.
En primer lugar, cesar el pago de la deuda externa usuraria y nacionalizar los servicios públicos, para que cese la malversación de los subsidios por parte de los concesionarios.
Derogación de los impuestazos y tarifazos.
Que se abran los libros de todas las grandes empresas y se establezca un control obrero de sus operaciones.
Abajo el impuesto al salario. 82% móvil, por paritarias libres.
Que se convoquen a asambleas en sindicatos y empresas.