La actualización del mínimo no imponible en un 20% ha causado un temblor
en el movimiento obrero. Después de dos años de congelamiento, es una tercera
parte de la inflación. Asimismo, la escala progresiva del impuesto alcanza a un
mayor número de trabajadores. Por ejemplo, un trabajador que cobra 7.500 pesos
por mes ha pagado en 2012 el 2,2%; si ese mismo compañero tiene una
actualización salarial del 25% (empardando apenas la inflación), tributará en
2013 un 3,8% de su nuevo salario (Clarín, 30/1), más de un 70% de aumento.
Como están las cosas, sólo 420.000 trabajadores pagarán el 9% del
excedente de los mínimos. En cambio, 1.200.000 pagarán entre un 14 y un 35%.
Después de las paritarias, se irán incorporando más de un millón a distintas
escalas.
La UIA, la Came, la Federación de Empresarios Bonaerenses y la Asociación Pyme saludaron calurosamente el anuncio (Cronista, 30/1). La clave es que el gobierno le puso un número del 20% a las paritarias y Tomada no homologó el acuerdo bancario de un 24,5% por tres meses. Se ha establecido un cepo a las paritarias.
La UIA, la Came, la Federación de Empresarios Bonaerenses y la Asociación Pyme saludaron calurosamente el anuncio (Cronista, 30/1). La clave es que el gobierno le puso un número del 20% a las paritarias y Tomada no homologó el acuerdo bancario de un 24,5% por tres meses. Se ha establecido un cepo a las paritarias.
Hemos sido estigmatizados por hablar de Rodrigazo, pero el Rodrigazo
consistió -precisamente- en un tope salarial ante un estallido de precios,
impuestos, tarifas y tipo de cambio. El anuncio de Moreno de congelamiento de
precios de los “súper” por dos meses -de dudoso cumplimiento- no hace más que
reforzar los parecidos con aquel estallido -precisamente- con el congelamiento
de precios previo al Rodrigazo.
El anuncio ha creado un nuevo escenario para la crisis de la burocracia
sindical, que no quiere salir a la lucha.
Sólo la clase obrera en lucha podría impedir el Rodrigazo en marcha. La
base petrolera ya le impuso un corte de horas extras a Roberti. Antes de eso,
el paro bancario le tapó la boca a Tomada. Como corriente en el seno de
fábricas y sindicatos -y como alternativa política-, la izquierda tiene que
impulsar ese movimiento mediante asambleas y un programa: anulación del
impuesto al salario, mínimo de convenio equivalente a la canasta familiar,
salario familiar para todos de 700 pesos por hijo, ajuste trimestral de los
salarios.
Nestor Pitrola