jueves, 26 de abril de 2018
viernes, 20 de abril de 2018
Primero de mayo obrero, socialista e internacionalista en Plaza de Mayo
Convocatoria del Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
Primero de mayo obrero, socialista e internacionalista en Plaza de Mayo
La mesa nacional del Frente de Izquierda resolvió la convocatoria a un acto obrero, socialista e internacionalista en Plaza de Mayo para el próximo 1 de mayo. El acto central, que se replicará en todos los centros políticos del país, tendrá lugar a las 15.30 y contará con oradores del movimiento obrero clasista, la izquierda y las luchas. Por el Partido Obrero hablarán la diputada nacional Romina Del Plá, Néstor Pitrola y el secretario general del SUTNA, Alejandro Crespo.
Las consignas acordadas por el FIT son las siguientes:
Abajo el ajuste de Macri y los gobernadores
Apoyo a las luchas contra los despidos y por el salario
Abajo las reformas previsional y laboral
Abajo el pacto Macri-CGT. Por un Paro activo nacional y un Plan de Lucha
Por paritarias sin techo y un aumento salarial y jubilatorio de emergencia
Por la anulación de los tarifazos. Nacionalización de las privatizadas de la energía y el transporte, bajo control de los trabajadores.
¡Fuera la burocracia sindical! Fortalecer al sindicalismo combativo y clasista
Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito
No al pago de la deuda externa
¡No al avance reaccionario en Brasil. Fuera Temer y la intervención militar en Rio. ¡Castigo a los asesinos de Marielle Franco! No a la justicia patronal y proimperialista, que viola el derecho a la defensa de Lula.
Abajo el embargo imperialista a Venezuela! Por gobiernos de trabajadores y la unidad Socialista de América Latina.
¡No la agresión de Trump y el imperialismo al pueblo de Siria! ¡Fuera todas las potencias extranjeras de Siria! ¡Viva la resistencia del pueblo palestino! Apoyo a las luchas de los trabajadores del mundo. Unidad internacional de la clase obrera.
miércoles, 18 de abril de 2018
Abajo el tarifazo
Participemos del “ruidazo” contra los aumentos e impulsemos el paro activo nacional en defensa del salario.
El aumento en la tarifa del gas
del 40% en abril –justo antes del invierno– se suma a la seguidilla de
tarifazos que viene produciéndose desde comienzos de año. La luz aumentó
un 28% en enero, mientras que el transporte va a acumular una suba de
hasta el 70% hasta el mes de agosto.
Este golpe al bolsillo y al salario se suma al de la
carestía general, encabezada por los alimentos. Como consecuencia de
ello, en tres meses el costo de vida ha subido un 7%, la mitad de la
mentirosa “meta de inflación” del 15% anunciada a comienzos de año.
El gobierno, que se declara “preocupado” por la
inflación, es el responsable directo de esta escalada. Ha asegurado que
se le pague a los monopolios petroleros un precio del gas que triplica a
su valor internacional, para asegurarles beneficios extraordinarios.
Es el mismo gobierno que resolvió que las tarifas de los
combustibles se coticen a valor dólar, y que el valor de las naftas siga
al precio internacional del petróleo. Ello, a pesar que el trabajo de
extraer y producir combustibles se paga en pesos.
Como consecuencia de toda esta confiscación, los
trabajadores argentinos están destinando uno de cada cinco pesos de sus
ingresos al pago de servicios públicos.
Han armado una gran confiscación de los trabajadores y
consumidores en beneficio de un puñado de pulpos petroleros, de
monopolios del transporte o concesionarios del peaje. A pesar de esa
enorme transferencia de riqueza social, la producción petrolera ha
caído, y la de gas, en la mayoría de sus cuencas, también. Lo mismo
puede decirse de las distribuidoras de energía, que siguen asolando a la
población con cortes de luz.
Los gobernadores provinciales de todos los signos han
seguido esta línea de tarifazos, a la que se asocian con los impuestos
provinciales confiscatorios que le imponen a las boletas de servicios
públicos.
El repudio al tarifazo ha “despertado” a algunos aliados
del gobierno –como Carrió o los radicales– que intentan despegarse de
este mazazo. Piden que se revisen las boletas “mal calculadas”. Pero se
cuidan muy bien de cuestionar el corazón de este régimen expoliador, que
debutó con aumentos del 400 y 500% en 2016 y luego dolarizó las
tarifas. Lo mismo puede decirse del kirchnerismo, que plantea retrotraer
los tarifazos “al 2017”, o sea, dejando pasar los grandes aumentos
anteriores.
El Partido Obrero plantea: los tarifazos deben
retrotraerse integralmente. Hay que abrir los costos y libros de las
privatizadas y contratistas a la consideración popular, para que se
conozcan sus verdaderos números y el gran desfalco contra el pueblo. El
reconocimiento de ese saqueo debe dar lugar a la nacionalización
integral de estos servicios, bajo control de sus trabajadores.
Las centrales obreras, al igual que lo hacen con el
salario o los despidos, miran para otro lado en la cuestión del
tarifazo. Es necesario integrar este reclamo al de toda la agenda de la
clase trabajadora –paritarias sin techo, basta de despidos– en la lucha
por un Congreso de bases de todos los sindicatos, para resolver un plan
de lucha hasta derrotar la escalada oficial contra el salario, la
carestía infernal y por el derecho al trabajo.
miércoles, 11 de abril de 2018
Interpack: una batalla concentrada
Hace una semana se realizaron las elecciones de Interpack. Por un margen menor, pero inapelable, volvió a triunfar la conducción histórica del taller identificada con la Agrupación Naranja y el PO.
La novedad este año fue la presentación de una lista de oposición, integrada por un militante del oficialismo verde -con inocultables aspiraciones a escalar en el aparato del sindicato- y otros tres compañeros que, en diversa medida, fueron partícipes de las últimas luchas de la fábrica.
Una campaña envenenada
La campaña de la oposición, sponsoreada por la burocracia y por la patronal, apeló a todo. Desde las amenazas de cierre, agitando el fantasma de Atlántida y AGR, hasta el quite de extras, pasando por bajezas tan burdas como denunciar que los delegados comprábamos voluntades en las asambleas para prolongar las medidas de fuerza.
Semejantes calumnias generaron una gran indignación, especialmente en el activismo que, a lo largo de dos décadas, protagonizó grandes luchas en defensa de los derechos, el salario, la estabilidad, las condiciones de trabajo y también de una alternativa clasista en el gremio.
Ejemplo de esto fue la ocupación de la planta en 2007, para arrancar el pago de los ajustes paritarios sobre el conformado (muy superior a los básicos miserables de la escala) y la eliminación del trabajo eventual, incorporando a todos al plantel efectivo. Un detalle colorido es que dos de los opositores fueron parte de esas incorporaciones.
¿Qué enfrentamos?
Desde hace unos años, la actividad gráfica (e Interpack no es la excepción) sufre una fuerte ofensiva capitalista. Según datos de la propia directiva se produjeron unos 300 cierres y más de 3.200 despidos, en la era Macri; aunque el derrumbe comenzó bastante antes.
La política del Grupo Zupan, dueño de Interpack y del más importante del mercado de envases, para quebrar la organizaciónde la planta 1, fue reducir el plantel no reemplazando a los trabajadores que se fueron desvinculando (en su inmensa mayoría por jubilaciones). A esto se sumó un lock-out de cuatro meses para forzar la modificación a la baja el sistema de premios. La resistencia del taller incluyó un paro de 16 días en 2015 y varios más de menor alcance, en 2016 y 2017, pero la empresa logró finalmente avanzar.
El desemboque de este plan debía ser el desplazamiento de la interna combativa: pero eso no sucedió.
La continuidad de una construcción
El activismo, debilitado, pero con enormes reservas, demostró una conciencia muy clara de lo que estaba en juego; de que los pasos atrás que hubo que dar, en su momento, fueron menores y necesarios para preservar los fundamental de nuestras conquistas y, en última instancia, de que Interpack es parte de una construcción general, que no se mide exclusivamente con el rasero de los logros internos.
En esta batalla concentrada se jugó en parte la continuidad de esa construcción general. Y la ganamos.
Miguel Bravetti
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