lunes, 6 de marzo de 2006

LUCHEMOS POR UN VERDADERO AUMENTO

Mientras los empresarios le tiran flores al gobierno por el crecimiento record de la industria, en el otro extremo la caida promedio del salario “real” orilla el 40 por ciento. Los precios de los principales productos de la canasta de alimentos – aceites, carnes y lácteos – aumentaron entre un 120 y un 160 por ciento desde la devaluación. La política “antiinflacionario” basado en concertar con los productores y supermercadistas no sirve para hacer bajar la carne pero si para predisponer a la “opinión pública” contra los reclamos salariales, que el gobierno se juega a contener con la colaboración de la burocracia de los sindicatos. Paritarias amañadas Entre marzo y abril se abren discusiones en gremios claves, como construcción, metalúrgicos, petroleros, automotrices, aeronáuticos y subterráneos. Y ya Kirchner le marcó la cancha a Moyano: “ningún incremento debe superar el 20 por ciento”, a lo que el camionero respondió: “Presidente, quédese tranquilo, nosotros no vamos a ser los culpables de la inflación”. (Clarín, 5/2) Claro que, como ocurrió con los petroleros de Santa Cruz, como está ocurriendo con los docentes en varias provincias y amenaza hacerlo en los gremios más rezagados como la UOM, la bronca de las bases puede desbordar la “cautela” de los dirigentes; y eso es lo que realmente intranquiliza al presidente. La escala por el suelo También en nuestro gremio se abre la negociación por los básicos. Según Clarín (5/1) el rubro “imprenta y editoriales” es, junto a “maderas” y “papel”, el que mayor deterioro sufrió en su poder de compra desde el 2001. Nuestra escala es hoy una de las más bajas de la industria: arranca en la línea de pobreza y no llega (categoría 10) a cubrir tres cuartos de la canasta familiar. Pero mientras Daer, (si, ¡Daer!) está reclamando 1400 pesos de mínima, Ongaro – Amicheti seguirán una vez más el libreto oficialista como lo hicieron en las “paritarias” anteriores; es decir aceptarán sin chistar las migajas que le tiren las cámaras: ¿15 por ciento y con cláusula de absorción? Ni impuestos ni absorción Somos 20 o 30 mil gráficos dispersos en miles de pequeñas imprentas, medianos talleres y grandes fábricas, y cada uno se las arregla como puede. La mayoría de las patronales han absorbido los aumentos anteriores, aplastando los sueldos hacia los básicos, sin que el sindicato diga “esta boca es mía”. En el otro reducido grupo que forman algunos diarios y las grandes plantas de obra, con mayor capacidad de confrontación se sorteó la absorción e incluso se lograron algunos incrementos adicionales como en La Nación o, en menor medida, en Interpack. Pero en estos casos también cualquier mejora es automáticamente confiscada por el gobierno mediante el impuesto a las ganancias que luego reintegra a los capitalistas a través de subsidio. Es decir por uno u otro lado perdemos los trabajadores. Un programa para la paritaria La paritaria debería ser la oportunidad para desenvolver a fondo nuestros reclamos: junto a la consigna de un básico equivalente a la canasta familiar ajustado por costo de vida y sin absorciones, hay que exigir la elevación del mínimo no imponible a 10.000 pesos, la actualización de las categorías que no se tocan desde el año 1975 (incorporando las nuevas tecnologías), la supresión de la flexibilidad que “de hecho” reina en casi todos los talleres y la efectivización de los contratados y “precarios” que según la propia OSPG son más de once mil. “Claro que un programa así jamás podría ser levantado por esta conducción; solo la intervención decidida de las bases podría imponerlo, luchando por paritarios electos y por reconstruir la vida sindical; el plenario de delegados, la asamblea general y las asambleas por taller, con el fin de romper el cepo burocrático y liberar las reservas combativas de nuestro gremio”.

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