sábado, 4 de abril de 2009

La burocracia gráfica dividió Indugraf

Ante el vaciamiento de la empresa por parte de la patronal, los obreros de Indugraf habían formado la Cooperativa Gráfica 10 de Diciembre (día de la ocupación) para reclamar al Estado que asegurara la reapertura de la planta. Al frente de la Cooperativa fueron elegidos los dos delegados que encabezaban la lucha. Precisamente por esto, porque se trataba de una cooperativa independiente, la directiva del sindicato gráfico se esmeró en voltearla.La burocracia planteó derribar el trámite cooperativo ya comenzado, para desplazar a los dos delegados del consejo directivo e inscribir una nueva cooperativa bajo su control. De este modo, asestan un duro golpe a los proyectos de expropiación ya presentados por la Cooperativa 10 de Diciembre en el Congreso y en la Legislatura. Vicente Narváez, principal referente público de esta lucha, es el presidente (electo en asamblea) de la Cooperativa 10 de Diciembre. En una votación impulsada por la burocracia (la tercera), Narváez resultó ser el segundo más votado para el cargo de presidente de la cooperativa (perdió ajustadamente por dos votos). Pero no se le asignó la vicepresidencia en la nueva directiva sino que se pretende dejarlo afuera (de los diez cargos que tiene la directiva). La burocracia modificó el método de votación de mayorías y minorías con que se habían elegido en la Cooperativa 10 de Diciembre, que era un método de unidad. El operativo armado en las oficinas del sindicato gráfico puso en evidencia la intención de la burocracia de dividir la fábrica. El taller fue puesto ante a una extorsión. Ocurre que el subsidio, conquistado por los obreros mediante su lucha, fue otorgado por el gobierno al sindicato, que lo usó para presionar a cada obrero al momento de cobrar el cheque. El verso fue que el trámite en el Inaes por el reconocimiento de la cooperativa no saldría sin el apoyo del sindicato. El MST y la burocracia gráfica hicieron correr la mentira de que estaba mal inscripta. Una delegación obrera pudo confirmar, sin embargo, que el trámite estaba perfectamente realizado y muy avanzado. El daño realizado es muy grande. La fábrica está produciendo y facturando a pesar de no tener todavía la cooperativa aprobada. El proceso penal no se detiene aunque el Inaes acelere la aprobación de la cooperativa. En cambio, los proyectos de ley deberán ser modificados y la "nueva cooperativa" corre riesgo de no salir nunca si no hay un acuerdo común de la fábrica tal como lo explicaron en el Inaes. Los delegados que organizaron la ocupación y todo un activismo joven de la fábrica habían instalado esta gran lucha obrera ante la opinión pública y ante el gremio gráfico; no fue la burocracia, que se opuso primero a ocupar y luego a producir. Ese activismo organizó la resistencia de más de ochocientas personas el domingo que vencieron los plazos penales y amenazaban con desalojarlos. Convocó a decenas de delegados gráficos y a decenas de delegaciones solidarias de todos los gremios y organizaciones populares, organizó los festivales y el fondo de huelga que el sindicato boicoteó a pesar de contar con los recursos de los gráficos. Consiguió en algunas pocas semanas más trabajo que las cooperativas que están funcionando hace años. Hasta ahora, el sindicato sólo aparateó con su "red de cooperativas", jamás organizó la solidaridad del gremio. Incluso otras cooperativas, como Chilavert o Unión, han aclarado que a pesar de integrar la "red gráfica" no reciben trabajos de ellas, se los tienen que conseguir por su cuenta. Sólo una política para arrancar al Estado la expropiación, el trabajo y el capital necesario en unidad con el resto de fábricas en lucha, podrá llevar la lucha a la victoria. La Agrupación Naranja seguirá trabajando en este camino como lo hizo desde el primer día. Pablo Vinas

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