viernes, 13 de mayo de 2011

DONNELLEY

Reacción obrera ante los despidos Perversamente, el 7 de mayo, Día del Gráfico, la patronal de Donnelley "regaló" a sus trabajadores 19 despidos, 18 efectivos y un contratado. La medida constituye un golpe enorme contra la organización del taller y por extensión contra el proceso de movilización que recorre a numerosos talleres gráficos de la zona norte. La respuesta de los gráficos fue muy decidida, nació con fuerza desde la base: el lunes, al ingreso del primer turno, se realizaron asambleas dentro de la planta y luego, en los portones, una asamblea general sumando a los compañeros de la tarde y la noche que se hicieron presentes. Allí se votó el paro (bajo la forma de "retención de tareas") y el corte de la Panamericana, que tuvo amplia difusión en los medios. La resolución de los trabajadores de sostener el conflicto forzó la intervención del Ministerio de Trabajo que, luego de una larga reunión, dispuso la conciliación obligatoria con los despedidos en sus puestos. Un gran paso con gusto a triunfo que deberá sin embrago consolidarse en los días siguientes. El sindicato se limitó a "acompañar"; anunció que "ningún taller organizado haría los trabajos de Donnelley", lo cual no significa mucho ya que las principales empresas "organizadas" que pueden hacer esos trabajos (Morvillo, WorldColor, Ipesa) ya están en manos de la oposición combativa. El problema podría ser AGR, del "medio hegemónico", cuya interna verde-moyanista no garantiza la no impresión, y sobre todo las innumerables empresas "no organizadas" sobre las que el gremio no hace nada. El sindicato no movilizó. Su discurso fue un lastre que va a la rastra de lo que resuelvan los trabajadores, dando esa sensación calculada de que la fábrica se la juega sola. Fue la Naranja la que intervino con sus delegados brindando un curso, como sindicato y como gremio, para aportar a los obreros de Donnelly desde la primera asamblea. Planteamos que se convoque al cuerpo de delegados -en particular de la zona norte- a la puerta de la planta y se voten medidas de lucha concretas (nuestro volante a todas las plantas de la zona propuso un plan de lucha progresivo que arranque con paros de dos horas por turno). Por otro lado, los compañeros de la Naranja estuvimos presentes durante todo el conflicto: en la primera línea del corte, en la puerta de la planta y después haciendo el aguante en el ministerio. Otra vez intervinimos como agrupación a la salida de allí, después de la conciliación, para repudiar toda política patronal de retiros voluntarios, una de las variantes patronales para desgastar durante el período de conciliación. El recule de la empresa no debe desviar la atención de este tema vital: la propuesta de abrir una lista de retiros voluntarios, que quedó como tema de sucesivas audiencias, tiene el mismo objetivo que los despidos. Los retiros no están dictados por la situación productiva de la empresa sino que buscan por otra vía atacar al activismo y debilitar la organización interna, al mismo tiempo que cambiar la agenda de los trabajadores -que pasa por la efectivización de los contratados y sobre todo por la elevación de los bajísimos salarios que paga "la empresa gráfica más importante del mundo". Lo mismo podría decirse de las dotaciones de máquina y otras reivindicaciones internas. Miguel B.-Sebastián R.

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