Labels Plast es una empresa de etiquetas de un centenar de trabajadores, una parte mayoritaria encuadrada en gráficos y otra en plásticos. Hace dos años, por impulso de un grupo de compañeros, logramos organizarnos y elegir delegados.
Las condiciones de trabajo que soportamos son tremendas: no solo por los salarios de hambre, las categorías rebajadas y los ritmos extenuantes sino por el hecho gravísimo de que dentro de la empresa debemos tolerar a un grupo de gendarmes y guardias de seguridad armados que nos siguen hasta el baño; lo cual además refuerza los atropellos constantes de patrones y jefes.
A medida que empezamos a plantear nuestros reclamos la tirantez con la patronal creció. Pensamos que el apoyo del sindicato serviría para contrarrestar esta presión pero cada vez que propusimos alguna iniciativa chocamos con los asesores (por ese entonces los señores Ruiz y Moro de la sede de Morón).
Ellos cajonearon todas las denuncias que presentamos en el Ministerio de Trabajo y nos recriminaron que hayamos elevado el caso al INADI. Peor aún nos desautorizaron para realizar una asamblea cuando despidieron a un compañero.
Después de un año de no encontrar la menor respuesta les solicitamos a los dirigentes de la sede de norte ser asesorados por ellos pero nos respondieron que la secretaría de organización se oponía y nos volvieron a remitir a Morón.
Los trabajadores se pronunciaron
Para las elecciones la patronal desplegó una gran campaña con el fin de desplazarnos: armó una lista propia y repartió premios y castigos para asegurar los votos. En una reunión de delegados de la que participamos se votó - por propuesta de un delegado de otro taller y contra la posición de los asesores – movilizarse a la puerta de la fábrica el día de la elección para apoyarnos. Fue un acto muy importante que nos ayudó a enfrentar los aprietes e impedir que votaran jefes y supervisores.
Pese a todas las maniobras logramos retener la comisión interna por un margen importante. Pero lejos de darse por vencida la empresa decidió redoblar su ofensiva y empezó una cruzada para impugnar los resultados denunciando que habíamos impedido votar a compañeros cuando la realidad es que se trató de cinco supervisores (algo de todos modos no cambiaría el resultado con lo cual la impugnación es doblemente absurda).
El rol nefasto del sindicato
Lo grave es que es el sindicato, asociándose ahora sin disimulo a la patronal, hizo lugar a la impugnación y en forma sigilosa llamó a una asamblea, de un día para otro, e hizo votar con la participación de los jefes una revocatoria de nuestro mandato. Esa asamblea que dirigió Mario Abraham en persona fue trucha, no participó el turno noche y ni siquiera tenía un temario anunciado.
Es penoso que un sindicato que impide que los trabajadores realicen asambleas para enfrentar despidos o luchar por el salario, que jamás movió un dedo para denunciar el hecho aberrante de tener a la gendarmería adentro de un taller, se ponga al cabeza de una operación abiertamente impulsada por la patronal para sacarse de encima a una comisión interna que no aceptó ser comprada.
La nueva elección se realizó con el mismo sigilo que la asamblea (como actúan los ladrones). Al día siguiente del anunciado, a las 5.00 hs. y sin la presencia ni el aviso previo a los delegados, aparecieron los caraduras con la urna para que los trabajadores voten, a punta de fusil, una única lista (precisamente la que perdió en la elección verdadera) y sin que nadie pudiera constatar quién y qué se votó.
¡Paremos los despidos!
Apenas un día después empezaron los despidos de los compañeros que rechazaron esta porquería. ¡Qué verdadera bancarrota moral la de esta dirección sindical que ataca a los trabajadores en alianza con la empresa para defender vaya a saber qué beneficio personal!
Hacemos saber a todo el gremio y en particular a los delegados honestos que vamos a luchar contra esta porquería con todos los recursos que tengamos a mano. Denunciamos la entregada de que fuimos víctimas por parte de todos los dirigentes (empezando por los mencionados Ruíz y Moro, siguiendo por Moyano de norte, Amichetti y desde ya Abraham); algunos actuando directamente contra nosotros y otros como cómplices que nada hicieron para impedirlo.
Sabemos que ahora van a salir a decir cualquier cosa de nosotros para embarrar la cancha. Incluso a “acusarnos” de ser de la Lista Naranja como si eso fuese un crimen que justifica sus agachadas.
Todos los que conocen la trayectoria de la interna de Labels Plast saben que somos independientes, que hemos participado siempre de las reuniones de delegados y hasta de la conformación de la Juventud Gráfica, que en todo este tiempo respetamos la “organicidad” y seguimos - aún sin estar de acuerdo - las orientaciones del gremio. ¡Y este fue nuestro gran error! Por culpa de seguir al sindicato terminamos en el desastre actual.
Esta reflexión debería ayudar a las muchas internas que por confusión se mantienen en la orbita de la Lista Verde y la dirección del sindicato a romper esa subordinación y encontrar un camino propio.
Confiamos en poder superar la situación en que nos encontramos con la determinación de los propios trabajadores de Labels Plast y la ayuda de los trabajadores y delegados honestos del gremio. Hemos convocado a reuniones de solidaridad de las que participaron muchas organizaciones del gremio como la Juventud Gráfica, la Naranja Gráfica, la agrupación Clasista, la Josefina Villaflor y comisiones internas que se han acercado a traernos el apoyo que el sindicato jamás nos dio.
Convocamos a todos los delegados, en especial a la Juventud Gráfica, a apoyarnos y a romper de una vez por todas con la cúpula enquistada en el edifico de Paseo Colón.
Fuera la gendarmería de Labels Plast. Basta de despidos y aprietes. Respeto al convenio colectivo. Respeto a la interna electa democráticamente por los trabajadores.
Comisión interna y trabajadores de Labels Plast. Set/2011
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