El incremento del costo de vida acumulado en 2013 orilla el 35 por ciento, muy lejos del 27 en dos cuotas que se firmó en marzo (anualizado da 23) para la rama Obra y mucho más del 19 en tres de la rama Diarios. Y la proyección para el año entrante es todavía más elevada.
¿Cómo hará esta vez el sindicato para defender la “pauta oficial” -que han querido fijar en torno a un ridículo 20 por ciento- cuando todo ha saltado por los aires?
Un intento del gobierno de empezar a marcar la cancha de la próxima negociación fue el rechazo a los adicionales de fin de año. Aun así algunos gremios reclamaron y obtuvieron sumas considerables (como los 10 mil pesos de los cerveceros).
Por su cuenta, varios talleres dirigidos por la oposición han arrancado también compensaciones o están desarrollando planes de lucha: Interpack rechazó una propuesta de 1.200 pesos y empezó con paros por turnos por 3.000 pesos y un aumento de emergencia del 50 por ciento de los adicionales; Morvillo reclama 3.000 (la empresa ofreció 2.000); la misma situación se da con Ipesa; AGR-Clarín acordó 1.400 que, como en el caso de Morvillo, se suman al doble aguinaldo que ya reciben; World Color también está parando por 3.000 pesos y la duplicación de la antigüedad; Donnelley, que se encuentra bajo la amenaza de un recurso de crisis, habría acordado una suma similar.
El sindicato gráfico -junto con la federación del interior- elevó a la Faiga un mísero pedido de 1.300 pesos; un pésimo antecedente para lo que viene.
El propio Tomada declaró que será muy difícil cerrar por menos de lo que le dieron a policías y gendarmes. El gremio aceitero, en la primera paritaria del año, anunció que exigirá 9.500 pesos de básico. Y han estallado huelgas y movilizaciones en numerosas provincias por 8.000 pesos de salario mínimo para todos.
Del otro lado, algunos empresarios sostienen que el único modo de imponer el “cepo salarial” es enfriando abruptamente la economía (lo que se traduce en despidos y suspensiones. Algo de esto está ocurriendo en la industria gráfica: anuncio de cierre de Cedinsa, despidos masivos en Cortiñas, etc.).
Con una escala que en su categoría promedio no llega a la mitad de la canasta familiar, la consigna “8.000 de mínimo” (categoría 1) tiene un alcance estratégico. Para eso necesitamos romper la parálisis de la directiva ongarista. La Naranja lanza una campaña por la reapertura inmediata de la paritaria y una asamblea general de afiliados y no afiliados que vote el reclamo y un plan de lucha. ¡Vamos por 8.000 pesos de mínimo!
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