domingo, 5 de marzo de 2017

La revista Noticias y el veneno de las patronales


Un artero ataque contra los obreros gráficos en lucha

La revista Noticias, de Editorial Perfil, publica en su último número una nota titulada “de AGR a Kollor Press: una crisis más que gráfica”, que destila odio e infamias contra la agrupación Naranja y el Partido Obrero.

La nota, sin firma y carente del menor rigor periodístico -mereció por eso el rechazo del Sindicato de Prensa (SIPREBA)– reproduce declaraciones del presidente de la Federación de la Industria Gráfica (FAIGA) y vice de la UIA, Juan Carlos Sacco y de “otros dueños de imprentas que opinan lo mismo”.

Su tesis es que la industria gráfica atraviesa un período crítico por “la tendencia de la gente a leer cada vez menos en papel”, a lo que “se agrega un factor inesperado: el accionar de facciones que pertenecen al Partido Obrero”, que “se autodenominan La Naranja Gráfica”… “se infiltraron” y “están actuando en algunas empresas buscando su cierre”. Un lenguaje que remite a “la guerrilla fabril”, mote con que las patronales estigmatizaban a los delegados combativos en los setenta.

Tres décadas de lucha

La Naranja actúa en el gremio desde hace más de tres décadas; Néstor Pitrola, su fundador, fue adjunto del sindicato, acompañando a Raimundo Ongaro a la vuelta de su exilio en 1984.

Posteriormente, La Naranja se presentó a todas las elecciones desde 1988 hasta el año pasado; un fenómeno único en el regimentado mundo de los sindicatos argentinos.

Ni “inesperados” ni “infiltrados”. Durante 33 años nuestra agrupación viene desarrollando una actividad sistemática como oposición a la burocracia de la Lista Verde. Fue protagonista de la organización sindical de innumerables talleres, incluido Multilabel, del propio Sacco (donde no se respeta el convenio colectivo, se pagan salarios miserables y parcialmente en negro).

Y siempre hemos actuado a cara descubierta ante los trabajadores. Nuestra práctica se apoya en la democracia sindical, que se expresa en la asamblea como método fundamental de la toma de decisiones; en el impulso a reivindicaciones (eso sí) antagónicas con los intereses empresarios, como el salario mínimo igual al costo de la canasta familiar o la estabilidad laboral; y también fomentamos la participación política de los obreros mediante su propio partido para cambiar el régimen imperante.

Cuando Sacco cree descalificarnos por “promover lucha y revolución” solo describe algo que proclamamos sin reparos.

Contra los cierres y despidos, ocupación de plantas

Sacco dice que La Naranja busca el cierre de las empresas, un absurdo que se da de bruces con los 47 días de ocupación de la planta de AGR reclamando su reapertura, luego de que Clarín la cerrara de manera fraudulenta.

Los obreros de Donnelley (mencionados en la nota, aunque su interna no pertenecía a La Naranja sino a La Bordó) también reclamaron contra el cierre y constituyeron luego la cooperativa MadyGraf, una salida precaria ante la huida de la patronal.

Sacco define a La Naranja como el “enemigo interno que enfrentan los empresarios gráficos argentinos”, que buscan “estrategias de reconversión”. Se refiere al ajuste y la flexibilización que avanzan en el gremio desde hace por lo menos dos años, con su secuela de despidos (unos dos mil) y vaciamientos: Cortiñas, Donnelley, Poligráfica Del Plata, Vulcano, son solo algunos; al mes de AGR se agregó Cedinsa.

La inmensa mayoría de estos talleres tenía conducciones ligadas a la burocracia, siempre proclives a colaborar con las patronales; ¿acaso eso cambió su suerte?

El contraste con AGR es la enorme lucha desplegada, primero en defensa de las condiciones de trabajo: del convenio, del salario, de los ritmos y las dotaciones, etc. Y luego, contra el cierre fraudulento, ocupando la planta. Esta es la orientación que nos guía en Interpack, Morvillo y todas las plantas donde actuamos y es por lo que Sacco señala a La Naranja como una “brutal amenaza”.

“Tomar empresas privadas nada tiene que ver con la filosofía y decisión de la organización de los propios trabajadores”. Se refiere a la burocracia kirchnerista que dirige el sindicato; coincidimos.

La ocupación, incluso como medida de lucha, es un acto que pone en cuestión en última instancia el ordenamiento capitalista, que se sostiene en el sometimiento y la subordinación de la clase obrera; la ocupación como respuesta de lucha convierte a las principales víctimas de la crisis en una fuerza combativa. Por eso no entra en el programa de la burocracia. El kirchnerista Daniel Catalano, secretario general de ATE-Capital, despotricó contra las ocupaciones de fábrica en el mismo plenario que votó movilizar por AGR a Plaza de Mayo.

La consigna central con que la Federación Gráfica llama a marchar el 7 de marzo es: “Sin mercado interno no hay desarrollo ni trabajo para todos”. Su programa es la confluencia con las patronales “nacionales”, que reclaman la reactivación mientras despiden, suspenden y negrean a mansalva.

Más represión

Al final de la nota, Sacco lanza una advertencia al gobierno: “la situación está llegando a momentos límites. Un país que quiere volver a posicionarse debe establecer reglas claras, seguridad jurídica y física”. No le alcanza con la complicidad manifiesta del Ministerio de Trabajo. Es un llamado a redoblar la represión.

El ataque a La Naranja Gráfica es un tiro por elevación contra todos los sectores combativos que hoy constituyen el mayor obstáculo del gobierno y los empresarios para destruir los convenios y las conquistas obreras.

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