viernes, 24 de junio de 2011

AGR-Clarín, clausurada por contaminación

Al otro día de mi reingreso en la planta* y al menos hasta el martes 21 de junio, como si el destino se negara a dejarme tomar tareas en la fábrica, el Acumar (Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo) clausuró la planta por los desechos químicos que Clarín estaría tirando -sin su debido tratamiento- en forma directa al desagüe fluvial, aportando su cuota de desechos químicos a los que tiran cientos de empresas al Riachuelo. Pero no se trata del destino: la depredación laboral y ambiental están íntimamente vinculadas, es la misma sed de ganancias extraordinarias la que lleva a las patronales a incumplir el convenio colectivo, perseguir la organización gremial y contaminar el ambiente. La situación pone sobre alerta a los trabajadores respecto de las normas de seguridad e higiene, y de los diversos productos que se utilizan dentro del establecimiento. Si Clarín no tiene pruritos en contaminar el medio ambiente en general con el correspondiente perjuicio a miles de habitantes, ¿por qué no ahorrar también con la salud de los trabajadores? De hecho, durante años hemos reclamado médico las 24 horas y el cumplimiento de las normas de seguridad e higiene, llegando a tener un compañero electrocutado sin contar con la correspondiente atención médica. De hecho, el próximo 31 de julio se cumplirá el tercer aniversario de la terrible muerte de la compañera Johanna Rivolín, aplastada por un portón de ingreso a la planta, el cual no contaba con el debido censor para que lo dejara abierto ante el ingreso de una persona. En aquella ocasión, la empresa ordenó correr el cuerpo y lavar la sangre para que pudieran seguir entrando y saliendo los camiones. Los trabajadores, a pesar del clima represivo, pararon 24 horas en su homenaje y reclamaron que se cumplieran las normas elementales de seguridad e higiene. Un párrafo aparte merece la actitud de la comisión interna, que hasta hace poco bloqueaba la empresa a cuenta de Moyano y que desde su ingreso, no ha convocado una sola asamblea. Es que los muchachos de la Juventud Sindical ahora dicen tener un excelente diálogo con la empresa y no fueron capaces de pasar por las máquinas (durante los días que, estando parada la planta, igual nos dejaban ingresar) para informar sobre la situación, pero sí, en cambio, estuvieron haciendo todo tipo de gestiones y "tocando" sus vínculos con el gobierno para levantar la clausura. Sólo recorrieron el turno tarde para decir que "tenemos que colaborar entre todos". Ante la total falta de información, los congresales de la Lista Naranja de AGR nos hemos presentado en el expediente reclamando verlo. Allí nos comentaron que la clausura se dio luego de varias intimaciones infructuosas. En el taller se comenta que el día anterior a la clausura la empresa ni siquiera permitió el ingreso de los inspectores, acostumbrados a otros tiempos (de buen vínculo con el gobierno). La empresa parece no terminar de entender aún la crisis política en la que está envuelta. Los trabajadores exigimos información, que la empresa sanee las condiciones ambientales y de seguridad e higiene dentro y fuera de la empresa, que se haga cargo de sus propias tropelías contra el medio ambiente y no se toque ni uno solo de los derechos salariales y laborales de los trabajadores. Pablo Viñas * Congresal gráfico por la Lista Naranja de AGR-Clarín reincorporado a la planta con una orden judicial el jueves 9 de junio, luego de siete años de reclamos.

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