miércoles, 23 de agosto de 2017

CGT: otra vez sin paro ni plan de lucha


Importante columna independiente del sindicalismo combativo en la marcha a Plaza de Mayo.

La reiteración de la Marcha Peronista, una y otra vez para acallar el reclamo de paro general, y las numerosas referencias al peronismo por parte de Juan Carlos Schmid, durante su brevísimo discurso como único orador en Plaza de Mayo, no alcanzaron para disimular la ausencia de un plan de lucha frente al ajuste y la fractura que atraviesa a la CGT.

El sector de los “Gordos” (Comercio, Sanidad, y otros) y algunos de los “Independientes” (como UPCN) boicoteron la movilización con el argumento de que el gobierno se fortaleció en las PASO. En las vísperas de la elección, cuando se suponía que Cristina ganaría los comicios, planteaban bajarla para no asestarle un golpe adicional a un gobierno derrotado electoralmente. El moyanismo y el barrionuevismo la sostuvieron con el propósito de posicionarse de cara a una negociación con el gobierno. Ese fue el sentido del llamado de Schmid a que se detenga la intervención sobre los sindicatos y a defender las obras sociales, una defensa de aparato. En los sucintos diez minutos de oratoria, no mencionó las luchas de Pepsico, Ingenio La Esperanza, choferes de Córdoba, Santa Cruz, ni ninguna otra.

El gobierno macrista no se privó, en la previa, de atacar la movilización. Sin sonrojarse, afirmó que el empleo está creciendo y que no habría motivos para marchar. Esto con un tercio de la población en la pobreza, cierres de empresas, jubilaciones de miseria, represión, y tarifazos.



La marcha no ofreció ninguna perspectiva al movimiento obrero frente al ajuste y la reforma laboral “a la brasileña” que el gobierno quiere aplicar. Schmid pateó la pelota hacia adelante otra vez, como aquel 7 de marzo en que el Triunvirato debió fugarse del palco, y dijo que el Confederal de la CGT del 25 de septiembre será el encargado de definir un posible paro general. Dicho Confederal será, en realidad, escenario de disputas de una burocracia sindical fracturada que ha sido cómplice del ajuste.

Schmid fue deliberadamente vago en la presentación de la “agenda social” del movimiento obrero. “Trabajo digno, salario justo”, dijo. Escamoteó, de este modo, posicionarse sobre un salario mínimo equivalente a la canasta familiar, el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario para enfrentar la desocupación, y una jubilación mínima equivalente a la canasta de la tercera edad, como planteó la columna del sindicalismo combativo.

Esta ingresó a la Plaza al canto de “paro, paro, paro, paro general”. Y contó con la participación de los obreros de Pepsico (que realizaron un corte en el Obelisco por la mañana), el Sutna, los Sutebas combativos, el Sitraic, AGD-UBA, la Unión Ferroviaria de Oeste, entre muchos otros. Los principales candidatos del Frente de Izquierda se movilizaron junto a ellos.

También reclamó la aparición con vida de Santiago Maldonado, un punto que el titular de Dragado y Balizamiento introdujo en su discurso.

Para derrotar el ajuste de Macri y los gobernadores, el movimiento obrero deberá superar a una burocracia que es cómplice de él.



   

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