LA LUCHA EN LA SEDE DE PASEO COLÓN

La acción contra el fraude no se limitó a los talleres sino que tuvo un escenario principal en la propia sede del sindicato, donde hubo que controlar la fantástica cifra de 34 urnas en las que finalmente votaran menos de 700 personas. Allí en varias oportunidades la Verde pretendió amedrentar con insultos a nuestros fiscales y apoderados que no dejaron sin respuesta ni una sola de estas provocaciones denunciando a viva voz el fraude. En el recuento final los apoderados de la Naranja impugnaron 43 urnas, fundamentando caso por caso e incluso ofreciendo pruebas que sin embargo los inspectores del ministerio se negaron a adjuntar al acta final. Paradójicamente el mayor conflicto fue con los propios funcionarios que, en lugar de velar por la transparencia de la elección se pasaron todo el día comiendo sándwiches en la oficina del representante legal del sindicato y no enviaron un solo inspector a los lugares donde denunciamos irregularidades. El colmo del absurdo fue cuando "ofendidos" por nuestros reclamos se retiraron del lugar, para volver al rato a exigir compostura. Los señores de Tomada actuaron como abogados de la Verde. En rigor la minoría se la ganamos a la burocracia y al ministerio sobre la base del enorme esfuerzo militante de más de cien fiscales y del trabajo impecable de nuestros apoderados.