jueves, 29 de mayo de 2008
PARO, REINCORPORACIÓN Y ELECCIÓN DE DELEGADOS EN LACABRIL
Lacabril es un ejemplo de la explotación que sufre el 90% de los talleres gráficos. Sin Comisión Interna, con salarios miserables, horas extras mal liquidadas, polifuncionalidad, ningún respeto por las categorías, jornadas extendidas de hasta 24 horas, trabajadores contratados por agencia, pagos en negro, etcétera. Todo esto, sumado al clima represivo instalado por los jerárquicos, constituye (o mejor dicho, constituía) una dictadura patronal en regla.
En las elecciones del sindicato, la Naranja ganó en esta fábrica con el 80% de los votos. La burocracia y la patronal tomaron nota. Al mes, despidieron a cuatro compañeros tratando de abortar cualquier intento de organización.
El jueves 22, el taller respondió con un contundente paro que involucró al 100% de la planta. Un punto de inflexión en la historia del taller.
Los mejores métodos
Se eligieron en asamblea dos delegados provisorios, voceros de la lucha y únicos interlocutores válidos frente a la patronal para negociar: a) la reincorporación inmediata y efectiva de los despedidos; b) la garantía por parte de la patronal de no tomar ninguna represalia dineraria (por lo tanto el pago de los días caídos) ni disciplinaria contra los huelguistas, y c) el compromiso de no entorpecer la elección de delegados que los trabajadores iban a exigir al sindicato.
La condición de la empresa para negociar era que ninguno de los despedidos fuese delegado provisorio. La firmeza de los compañeros obligó a que se respete la decisión de la asamblea y la patronal recibiera a los compañeros votados... que eran dos despedidos.
Los cantos nunca cesaron, no sólo de adentro de la planta. Cuando llegó el turno tarde y no le permitieron la entrada, se sumaron con los compañeros de la Naranja, congresales y delegados de Morvillo, New Press, Cotigraf y otros, además de compañeros de la Fuba y del Partido Obrero que se acercaron a hacer el aguante desde temprano. El compañero Sebastián Rodríguez, delegado de Morvillo, explicó el conflicto a Crónica TV, que cubrió la huelga.
La patronal terminó aceptando la reincorporación y la garantía de no tomar represalias y abonar el día caído. El acuerdo quedó plasmado en un acta certificada por escribano. Con las elecciones de delegados, la respuesta fue "hagan lo que correspondan". Una bisagra para el taller.
El reconocimiento a la Naranja fue una constante en el conflicto. Su aporte contrastó notablemente con la ausencia total de la burocracia. Entre los tantos carteles que "tapaban" la fábrica se leía "Gracias Naranja por el aguante", "Gracias Morvillo hoy y siempre" y otros por el estilo. El abrazo final de cada uno de los compañeros que salían del taller y todos los que estábamos afuera fue emocionante.
Al día siguiente, más de 30 compañeros con 60 firmas se movilizaron a la puerta de Morvillo y de allí nos dirigimos al sindicato. Además de imponer la afiliación instantánea de todos, nos trajimos la convocatoria a elecciones de delegados para el 6 de junio. La directiva nos reclamaba... por no haberles avisado del conflicto. ¡Insólito! El sindicato debería recorrer los talleres, hablar con los trabajadores, organizar los que no tienen delegados, ponerse al frente de sus reclamos. Nunca lo hizo, no lo hace y nunca lo hará. Felicitaciones, compañeros.
Sebastián Rodríguez
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