Pablo Heller y Pablo Vinas
jueves, 8 de enero de 2009
La lucha ingresa en un nuevo capítulo
Los trabajadores gráficos de Indugraf mantienen ocupada la planta contra el vaciamiento patronal. El 29 de diciembre recibieron una "intimación de desalojo". La patronal, después de huir de la empresa, denunció a los obreros por "usurpación" y un fiscal le hizo lugar. Ahora, la amenaza está pendiente.
Por su parte, el Ministerio de Trabajo ha rechazado dos propuestas de los trabajadores y hace causa común con los vaciadores. El funcionario designado por el Ministerio dijo que se debe desalojar la fábrica para que el propietario pueda conseguir un crédito y destrabar el conflicto. Un fraude completo. El gobierno se ha sumado al operativo desalojo.
Los trabajadores se mantienen firmes: han exigido que el Estado garantice la continuidad de la planta, con todos los compañeros adentro y respetando las condiciones de trabajo.
Los obreros han subrayado que el Estado tiene todos los medios punitivos y coercitivos para forzar a la patronal a reabrir la planta o, en caso contrario, apartar a los dueños vaciadores del manejo de la fábrica. Así consta en un escrito hecho llegar al ministerio.
La propuesta de los trabajadores propone también constituir una comisión obrera electa, encargada de velar por el cumplimiento de esa salida. Reclama un subsidio que se acreditaría a la cuenta sueldo de los trabajadores, y del que se haría cargo el Estado durante el periodo de transición hasta obtener la reapertura de la empresa. La deuda salarial supera ya los tres meses.
Además, ya se han dado los primeros pasos para formar una cooperativa. Una asamblea general decidió proceder a su inscripción por si en alguna instancia del conflicto se hiciera necesario echar mano a ese recurso.
Ésas son las propuestas que el Ministerio de Trabajo, en acuerdo con la empresa, ha rechazado.
Por eso, no extraña que ese ministerio se haya negado a hacer cualquier gestión orientada a tomar contacto con la fiscalía para exhortarla a que se abstenga de intervenir, y permita que sigan las tratativas en el ámbito laboral. Por el contrario, el ministerio avala el recurso represivo de la empresa y el fiscal.
Que sea una causa popular En toda esta operación, el Sindicato Gráfico no cesa de organizar intrigas contra la ocupación. La burocracia mantiene reuniones paralelas con el Ministerio, sin consultar ni informar a los compañeros. También se dedica a ahogar económicamente al conflicto y en la práctica actúa de portavoz de las posiciones de la patronal.
Después de esta primera pulseada, se ve claramente la necesidad de ampliar y extender la movilización. La patronal vaciadora no cederá ante el primer reclamo, pero los compañeros de Indugraf han demostrado sobradamente que, lejos de amilanarse, están dispuestos a redoblar la apuesta.
Durante los próximos días habrá que poner en marcha nuevas iniciativas de luchas dirigidas a masificar el conflicto. Ya se aprobó la distribución de un afiche que se pegará masivamente en las calles de la ciudad. También se organizará un festival de solidaridad. Al mismo tiempo, se multiplicará el reclamo de la reapertura frente a todos los estamentos estatales, mientras se hará lo necesario para dar a conocer la lucha de los trabajadores de Indugraf en los medios de comunicación.
La clave para el triunfo consiste en transformar a Indugraf en una gran causa popular. Este plan debe ser preparatorio y culminar con una gran movilización a la Plaza de Mayo.
Por supuesto, no podemos descuidar un solo instante la defensa de la fábrica frente a la amenaza de desalojo. Con ese propósito, los compañeros han convocado a rodear de solidaridad la planta de Indugraf, y a reforzar el acampe en la puerta.
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