viernes, 29 de abril de 2016
Gráficos: la lucha contra el fraude y por nuevas elecciones
Estamos claramente ante un robo. Por ello, la Naranja está impugnando toda la elección ante en el sindicato, en los próximos días lo hará ante el Ministerio de Trabajo y la Justicia, desarrollará una campaña pública contra el fraude, seguirá denunciando como serviles a la burocracia a aquéllos que los avalen, e impulsará la movilización política y gremial contra el fraude, por nuevas elecciones y por el reconocimiento de la minoría
¿En qué consistió el fraude?
Urnas con votos sin sacar del sobre, urnas con sobres sin firmar, resultados que se “cantaban” en el escrutinio final según lo “informado” por los presidentes de mesa, pero que al abrir las urnas no contaban con planilla de escrutinio, urnas sin padrón de votantes, o donde los votantes marcados como tales no guardaban relación alguna con la cantidad de sobres y votos computados, éstas fueron sólo algunas de las numerosas metodologías utilizadas para arrebatar fraudulentamente la minoría a la Lista Naranja en las últimas elecciones del gremio gráfico.
A la irregular votación de los jubilados, que responden a la Verde (luego la mayoria de los jubilados no conserva la afiliación), que deberían votar sólo la comisión de jubilados, y de los empleados de la Obra Social, que deberían estar afiliados a Utedyc y tener delegados en su lugar de trabajo, en esta elección se sumó el beneplácito de la Lista Verde a otorgar concesiones, que jamás otorgó ni otorgará a la Naranja Grafica, a la Bordó del PTS para que pudieran presentar una tercera lista que dividiera una pequeña parte del voto opositor.
Sin embargo, todos estos factores no alcanzaron. Para arrebatarnos la minoría hizo falta que instrumenten otra batería de maniobras fraudulentas y que finalmente dieran vuelta urnas enteras. Todo lo cual ha sido denunciado en un extenso y detallado escrito de impugnación en el que reclamamos nuevas elecciones, anulación de las urnas truchas y el reconocimiento del porcentaje que nos corresponde, de la minoría y de nuestros ocho congresales.
La primer maniobra el propio día del escrutinio pasó por los ilegales cambios de horarios de votación, modificados en tres oportunidades, primero tres días antes de la elecciones, nuevamente a las 48 horas y finalmente ocho horas antes de que se iniciara la primera urna, lo cual tenía el claro objetivo de descalabrar cualquier esquema organizado de una fiscalización que no cuenta con el día pago para la oposición, luego esos horarios en muchos talleres tampoco se cumplieron generando un descalabro aún mayor, la otra consecuencia de estas maniobras es haber dejado a muchos trabajadores gráficos sin derecho a emitir su voto, por la falta de información respecto de los horarios de votación.
Los números del fraude
Pero la mayor irregularidad, el corazón del fraude pasó por el hecho de que en clara violación al estatuto, durante la elección no se hizo firmar constancia alguna a los votantes, de este modo en las urnas donde no pudimos fiscalizar, en gran medida por los cambios horarios, no hay manera de saber, realmente quién votó, así en el grupo de estas urnas truchas, la votación de la Naranja cae de un 21% que obtiene en el resto de las urnas (entre las que están los bastiones de la Verde como la Obra Social), a un sorprendente 3%, la Bordó cae de un 5 a un 1,7% y la Verde crece a un 92,9%.
Es de este “submundo” de urnas truchas, que quedaron fuera del alcance de nuestra fiscalización, es que los apoderados naranjas, en soledad, reclamaron la apertura de una cantidad, encontrándose con las situaciones escandalosas mencionados al principio de esta nota, de todo lo cual fueron testigos, no sólo los representantes de la Verde, sino también los veedores del Ministerio de Trabajo y los apoderados de la Bordó, que inexplicablemente, no conformes con no haber pedido una sola apertura de urnas, apoyaron dos urnas sin padrón, incluyendo la más trucha de las urnas, que era la llamada “suplementaria”, donde votaban personas que no estaban en el padrón con una autorización firmada... por la propia Verde.
Si además de las urnas no fiscalizadas, se anulan el conjunto de urnas con graves y concretas irregularidades denunciadas en nuestra impugnación, la votación de la Naranja crece del fraudulento resultado del 16,2% -informado por la burocracia- al 24,5%, la Bordó pasa del 5 al 6,9% y la Verde baja de un 77,2 a un 67%. Estamos claramente ante un robo. Por ello, la Naranja está impugnando toda la elección ante en el sindicato, en los próximos días lo hará ante el Ministerio de Trabajo y la Justicia, desarrollará una campaña pública contra el fraude, seguirá denunciando como serviles a la burocracia a aquéllos que los avalen, e impulsará la movilización política y gremial contra el fraude, por nuevas elecciones y por el reconocimiento de la minoría.
Pablo Viñas
lunes, 25 de abril de 2016
domingo, 17 de abril de 2016
La Naranja Gráfica impugnó la elección
Debido a múltiples hechos de fraude desde el inicio del comicio con cambios de horarios para burlar fiscales, agregados a mano en padrones, urnas cuyos sobres no fueron abiertos nunca y se dibujó un resultado electoral, entre otros.
En la madrugada de hoy la Lista Naranja Gráfica impugnó la elección del gremio cuando arañaba el 20% correspondiente a la minoría en Congresales, única representación aceptada a las minorías por la burocracia sindical ongarista. Esto debido a múltiples hechos de fraude desde el inicio del comicio con cambios de horarios para burlar fiscales, agregados a mano en padrones, urnas cuyos sobres no fueron abiertos nunca y se dibujó un resultado electoral, entre otros. Desde el inicio, la Verde habilitó una lista sin condiciones estatutarias, la Bordó, que a la postre con una elección inferior al 4% ayudó a la usurpación de la minoría del clasismo.
La Naranja ganó una decena de fábricas, entre ellas importantes talleres de offset como AGR-Clarín, Morvillo o Ipesa y de otras ramas como Interpack, Papelera Orlando o Medoro. En todos los talleres fiscalizados hubo votos para la Naranja, lo cual resulta indicativo de un extendido trabajo, lo mismo que las votaciones del 25/30% obtenidas en diarios como Clarìn y Nación. El voto Verde se asentó en una fuerte regimentación marcada por la amenaza del despido como en Ciccone, cuyos trabajadores han vivido la dependencia del Estado corrupto, o en Impresores, del Parque Industrial de Pilar, una verdadera cárcel donde fueron despedidos decenas de activistas.
La “paritaria corta” del 25% otorgada días antes de la elección tuvo el doble carácter de romper la condición anual de la negociación, a la medida del Ministerio de Trabajo de Triaca-Macri, y por otro lado crear la falsa ilusión de un aumento anual superior, que deberá ser discutido en el marco de una recesión que se agrava cada día en el país y en el gremio.
La votación Naranja y antiburocrática, más allá de la maniobra divisionista de la Bordó, es una línea de reagrupamiento frente a los tiempos de ajuste y de lucha que le esperan al gremio gráfico y al movimiento obrero argentino. La Naranja protagonizó una gran movilización de bases de talleres en medio de la discusión paritaria, superior a la de la conducción sindical, constituyendo un gran canal para los trabajadores.
Decenas de activistas movilizados acompañaron la lucha electoral hasta la madrugada y votaron allí mismo luchar por un paro nacional, movilizar el 29 si se concreta la movilización de las cinco centrales sindicales y participar del acto del 1ª de Mayo del Frente de Izquierda.
Agrupación Naranja Gráfica
Miguel Bravetti 1561127942
Pablo Viñas 1556539481
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miércoles, 13 de abril de 2016
viernes, 8 de abril de 2016
Gráficos: el programa en acción
Desde un comienzo, la campaña naranja empalmó con la lucha salarial, primero con el bono de fin de año y luego con las paritarias, poniendo de relieve que La Naranja es todo un factor en la lucha de los trabajadores gráficos; lo cual la coloca, objetivamente, como una alternativa
Desde un comienzo, la campaña naranja empalmó con la lucha salarial, primero con el bono de fin de año y luego con las paritarias, poniendo de relieve que La Naranja es todo un factor en la lucha de los trabajadores gráficos; lo cual la coloca, objetivamente, como una alternativa.
Desde fin del año pasado, la directiva verde bajó a todos los delegados la información de que se encontraba discutiendo un bono de fin de año de 6.000 pesos, luego que sería en cuotas y, finalmente, impotentes, informaron que la Cámara patronal ya ni siquiera iba a las reuniones. La respuesta de la burocracia frente a este “desplante” fue nula; por ello, generó un gran impacto en el gremio la noticia de que en varios talleres dirigidos por La Naranja se habían obtenido bonos de entre 4.000 y 6.300 pesos.
La agrupación lanzó una campaña de spots y calcos que vienen siendo muy comentados en las fábricas, destacando que nuestro programa no es un objetivo lejano, sino una realidad que La Naranja conquistó y defiende en varios talleres. Algo que vale para la lucha por un salario mínimo igual a la canasta familiar, contra los despidos y por la estabilidad laboral, contra la precarización, por la defensa del convenio y las condiciones de trabajo, marcando un contraste enorme con la Verde, que es un verdadero colador para los despidos y que ha dejado una escala salarial que parte de los 8.000 pesos y queda -en su más alta categoría- debajo de la canasta familiar (ni hablar de sus socios de la Bordó).
Y si algo faltaba para terminar de mostrar que el programa de La Naranja no se queda en los papeles, vino la enorme movilización protagonizada por las fábricas, donde se impulsó el paro y la movilización masiva por un aumento del 45 por ciento y contra las negociaciones de espaldas a la base del gremio.
La movilización se convocó en 24 horas, al enterarnos que ese día había una reunión con la cámara patronal y que el sindicato, por primera vez en años llamaba a manifestar, pero en su caso por el... 28 por ciento en seis meses.
La columna Naranja, que superó en número -y ni hablar en combatividad- a la del oficialismo, fue un “aire fresco” para el conjunto de los talleres del gremio donde no cierra el reclamo oficial.
Para enfrentar el ajuste patronal
En este contexto de intensa intervención en la lucha salarial y planteando la lucha contra los despidos, la militancia de la lista llega con su agitación a casi cien fábricas por semana, lo cual se amplía con las redes sociales; mientras, con sus delegados y activistas pone en práctica su consigna principal: "para enfrentar el ajuste patronal".
La Verde, muy por el contrario, mientras dice estar "en la resistencia" se adapta a las paritarias cortas que impulsan Macri y la UIA para darle un golpe al salario en un segundo semestre recesivo. Reclamando un 28 por ciento, mientras la inflación desde las paritarias pasadas supera el 40.
Es que la burocracia ongarista es una expresión más de la política kirchnerista, que intenta ubicarse como oposición a Macri, mientras ejecutan el ajuste con los gobernadores, aportan la mayor parte de los votos para el pacto buitre, y en el movimiento obrero dejan pasar el ajuste.
La lucha por la organización y los votos a la Lista Naranja es parte de la lucha por constituir a la clase obrera y la izquierda como una alternativa, desnudando las falsas "resistencias" de los gobernadores del FpV y la burocracia sindical; la lucha clasista contra el ajuste y por las paritarias nos ubican defendiendo este programa en la acción.
Pablo Viñas
viernes, 1 de abril de 2016
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