viernes, 8 de abril de 2016

Gráficos: el programa en acción



Desde un comienzo, la campaña naranja empalmó con la lucha salarial, primero con el bono de fin de año y luego con las paritarias, poniendo de relieve que La Naranja es todo un factor en la lucha de los trabajadores gráficos; lo cual la coloca, objetivamente, como una alternativa


Desde un comienzo, la campaña naranja empalmó con la lucha salarial, primero con el bono de fin de año y luego con las paritarias, poniendo de relieve que La Naranja es todo un factor en la lucha de los trabajadores gráficos; lo cual la coloca, objetivamente, como una alternativa.

Desde fin del año pasado, la directiva verde bajó a todos los delegados la información de que se encontraba discutiendo un bono de fin de año de 6.000 pesos, luego que sería en cuotas y, finalmente, impotentes, informaron que la Cámara patronal ya ni siquiera iba a las reuniones. La respuesta de la burocracia frente a este “desplante” fue nula; por ello, generó un gran impacto en el gremio la noticia de que en varios talleres dirigidos por La Naranja se habían obtenido bonos de entre 4.000 y 6.300 pesos.

La agrupación lanzó una campaña de spots y calcos que vienen siendo muy comentados en las fábricas, destacando que nuestro programa no es un objetivo lejano, sino una realidad que La Naranja conquistó y defiende en varios talleres. Algo que vale para la lucha por un salario mínimo igual a la canasta familiar, contra los despidos y por la estabilidad laboral, contra la precarización, por la defensa del convenio y las condiciones de trabajo, marcando un contraste enorme con la Verde, que es un verdadero colador para los despidos y que ha dejado una escala salarial que parte de los 8.000 pesos y queda -en su más alta categoría- debajo de la canasta familiar (ni hablar de sus socios de la Bordó).

Y si algo faltaba para terminar de mostrar que el programa de La Naranja no se queda en los papeles, vino la enorme movilización protagonizada por las fábricas, donde se impulsó el paro y la movilización masiva por un aumento del 45 por ciento y contra las negociaciones de espaldas a la base del gremio.

La movilización se convocó en 24 horas, al enterarnos que ese día había una reunión con la cámara patronal y que el sindicato, por primera vez en años llamaba a manifestar, pero en su caso por el... 28 por ciento en seis meses.

La columna Naranja, que superó en número -y ni hablar en combatividad- a la del oficialismo, fue un “aire fresco” para el conjunto de los talleres del gremio donde no cierra el reclamo oficial.

Para enfrentar el ajuste patronal

En este contexto de intensa intervención en la lucha salarial y planteando la lucha contra los despidos, la militancia de la lista llega con su agitación a casi cien fábricas por semana, lo cual se amplía con las redes sociales; mientras, con sus delegados y activistas pone en práctica su consigna principal: "para enfrentar el ajuste patronal".

La Verde, muy por el contrario, mientras dice estar "en la resistencia" se adapta a las paritarias cortas que impulsan Macri y la UIA para darle un golpe al salario en un segundo semestre recesivo. Reclamando un 28 por ciento, mientras la inflación desde las paritarias pasadas supera el 40.

Es que la burocracia ongarista es una expresión más de la política kirchnerista, que intenta ubicarse como oposición a Macri, mientras ejecutan el ajuste con los gobernadores, aportan la mayor parte de los votos para el pacto buitre, y en el movimiento obrero dejan pasar el ajuste.

La lucha por la organización y los votos a la Lista Naranja es parte de la lucha por constituir a la clase obrera y la izquierda como una alternativa, desnudando las falsas "resistencias" de los gobernadores del FpV y la burocracia sindical; la lucha clasista contra el ajuste y por las paritarias nos ubican defendiendo este programa en la acción.

Pablo Viñas

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