La semana pasada se realizó la elección de delegados en Cedinsa. La comisión interna que organizó el taller a principios de año renunció meses antes de que venciera su mandato para permitir la nueva elección, forzada por una campaña que conjugó la presión de la patronal, el sindicato y los “líderes” (capataces). En este contexto el triunfo de la lista del activismo por 66 votos contra 51significa una enorme victoria.
Los trabajadores de Cedinsa han hecho en estos meses una experiencia muy rica: lograron poner en pie su organización sindical luego de 17 años, venciendo una resistencia tenaz de parte de la empresa; a partir de ello obtuvieron significativas mejoras como el pago de la guardería y la apertura de una sala de primeros auxilios; además han instalado el reclamo de categorías, del cumplimiento de la jornada de convenio y otras reivindicaciones. Y lo más importante es que, aunque con diversa suerte, enfrentaron cada despido discutiendo la supuesta facultad de la empresa de pisotear la estabilidad laboral.
Este proceso acelerado fue motorizado por la parte más activa del personal y acompañado por los trabajadores con mayor antigüedad que reconocieron el contraste con tantos años de desorganización. En todos ellos se apoyó el triunfo de la lista 2 mientras que la lista patrocinada por la empresa y el gremio contó con los votos de los compañeros que se incorporaron con la organización en marcha (lo que dificultó que extrajeran todas las lecciones de lo hecho).
Zona Norte: giro a la derecha
Esas lecciones, para el activismo, se refieren en especial a la conducción ongarista y más específicamente a la dirección de la zona norte. El papel de norte fue cambiando de ser un apoyo a la organización de la planta en el primer momento a encabezar ahora la operación para destituir a la interna combativa y reemplazarla por delegados digitados por la empresa. Cedinsa puso en evidencia el giro rotundo de este sector de jóvenes dirigentes que se presentó como la alternativa a una conducción fosilizada (en todo sentido) para concluir siendo a poco de andar la principal carta de la vieja lista verde contra la oposición clasista.
La influencia que conquistaron dando aire a los conflictos y promoviendo la organización de los talleres está cada vez más en colisión con su completa subordinación actual a la secretaría de organización que tanto criticaban.
En rigor este “moyanismo gráfico” (por Gerónimo Moyano, su principal referente) nunca mostró demasiado en materia de independencia de la burocracia; apenas el llamado a un plenario de delegados en la zona norte para discutir las últimas paritarias cuyo resultado – el activismo impuso exigir un 40% en una sola cuota – convenció a la directiva que era hora de bajarle el pulgar a cualquier coqueteo con la democracia sindical.
Los delegados honestos que se agrupan en este bloque deberían conocer lo ocurrido en Cedinsa (que se suma a la agachada en el caso de Labels Plast) para concluir que la táctica de “acumular dentro de la verde” solo conduce a la capitulación. Aún hay tiempo para romper con esta línea de complicidad con los responsables del desastre que es nuestro gremio y sumarse a una verdadera opción de cambio.
Por las reivindicaciones
La flamante comisión interna de Cedinsa representa el rechazo a la confabulacióndel sindicato y la patronal y la defensa de la autonomía respecto a la gerencia de personal. Por su composición, es más abarcativa de los distintos sectores y turnos – lo cual es una ventaja – aunque es menos definida en su concepción general. El gran triunfo obtenido refuerza la unidad del taller y crea nuevas condiciones para avanzar con las reivindicaciones pendientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario