miércoles, 30 de noviembre de 2011

Obra social gráfica:

UN BALANCE QUE OCULTA

EL DERRUMBE

El capítulo de las Memorias y Balances referido a la obra social oculta la bancarrota que en varios aspectos es terminal. La cara visible de la crisis es la degradación permanente de los servicios y las prestaciones. Hay otros aspectos menos conocidos como la perdida de afiliados o la sangría de profesionales, que además de la sobrecarga de trabajo para el personal implica costosas erogaciones por acciones judiciales (un solo juicio – el de la ex presidenta de la OSPG, Alicia Fondevilla – redondea el millón y medio de pesos).

Las M y B no dicen nada de esto pero incluso lo poco que dicen es una confesión del desastre. Por caso, el ejercicio 2009 arrojó un saldo positivo de 200 mil pesos y el del 2010 un déficit de 13 millones. Según sabemos el pasivo actual alcanza los 60 millones de pesos; otras publicaciones de la Verde reconocen hasta 35 millones. En cualquier caso la obra social se encuentra técnicamente quebrada.

Los únicos argumentos de la directiva para justificar el agujero de las cuentas son la evasión patronal y la deuda del estado (Administración de Programas Especiales) aunque no sabe que ha hecho para reclamar esos fondos.

Como cualquier explotador

Como hace cualquier explotador el ongarismo transfiere el costo de su desmanejo económico a sus empleados. Los médicos, enfermeros y administrativos de la Ciudad de la Vida no solo soportan una constante sobrecarga de tareas sino una presión laboral que por momentos llega al maltrato y al hostigamiento (como ha sido denunciado ante la Comisión de Violencia Laboral de Ministerio de Trabajo).

Poco tiempo atrás se presentó un petitorio exigiendo el cese de esta persecución y la solución de otros temas como el pago del salario en cuotas, la falta de elementos de trabajo, la falta de aportes jubilatorios, el no pago del refrigerio, etc. Fingiendo sensibilizarse con el reclamo la presidencia convocó a una reunión cuyo verdadero fin fue identificar a los impulsores y despedirlos. Estos son los métodos de la burocracia sindical.

Cómo salvamos a la obra social

Es necesario convocar a una asamblea extraordinaria en un plazo mínimo para discutir un plan de salvataje a partir de tres puntos:

1) Plena libertad de organización gremial para los trabajadores de OSPG.

2) Apertura de las cuentas a una comisión electa en esa asamblea e integrada por activos, jubilados y empleados de la OSPG.

3) Movilización de todo el gremio contra las empresas evasoras y por la recuperación del dinero adeudado por el estado.

¡Salvemos el patrimonio de los gráficos! que es el resultado de la lucha y el esfuerzo de muchas generaciones.

MB

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