Hace unos días fue oficializada la Lista Naranja-Bordó. La lista está conformada por más de setenta delegados y activistas de treinta talleres que representan los principales procesos de lucha de los últimos años; expresa una tendencia de fondo de los gráficos a recuperar el sindicato de manos de la vieja dirección de Ongaro.
La oficialización se logró luego de subsanar las “observaciones” de la Junta Electoral: dos de estos compañeros fueron readmitidos, uno de los que quedó proscriptos es Sergio González, gráfico desde hace veinticinco años y reconocido activista de Crónica que actualmente trabaja en la Cooperativa Patricios.
Pero el operativo más importante contra la lista fue, como de costumbre, la acción combinada con las patronales para “apretar” candidatos a fin de que renuncien, incluyendo amenazas de despidos y hasta asambleas de intimidación con venia patronal: así ocurrió en Cortiñas, en Costasan y en la “Cooperativa 22 de Mayo” (ex Lacabril). No obstante hoy la lista está definitivamente oficializada.
Por su composición el frente Naranja-Bordó encarna lo más vital y transformador de la base gráfica. En contraste, la Verde, con Ongaro a la cabeza, reafirma las pretensiones de perpetuación de una dirección cuyo ciclo histórico se acabo hace mucho tiempo. La prometida renovación de la mano de Juventud Gráfica se redujo a un cargo menor en la directiva.
La oficialización de la lista Naranja-Bordó es sin dudas un triunfo del activismo; significa que el 20 de abril los afiliados gráficos tendrán una alternativa clasista a la vieja dirección ongarista. El desafío es llegar con la campaña del frente a doscientos talleres y conquistar los fiscales necesarios para quebrar todo intento de fraude.
Miguel Bravetti
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