El periódico del PTS (Nº 475) informa que la Bordó resolvió “comenzar la lucha por las paritarias” (que están cerrando), con una movilización a la UIA y un corte en 9 de Julio, y llama a la Naranja “a participar de esta movilización”.
La acción expresa una política que no
compartimos: una movida minoritaria, separada de la agitación sobre la masa del
gremio y la lucha en cada lugar contra las patronales -o sea un ‘escrache’-
sólo puede tener un efecto mediático sin mayor alcance que la denuncia o el
autobombo.
Por otro lado, la convocatoria pública a la Naranja es una agresión, porque durante veinte días la Bordó rechazó nuestras propuestas de reunirnos (incluso hechas por escrito) para discutir una intervención común y sobre la hora nos llamaron por teléfono para ‘invitarnos’ a su movilización: un método que nada tiene que ver con un trabajo frentista; incluso es divisionista y, por lo tanto, funcional a la burocracia.
Luego vino lo más grave. En una comunicación, un delegado de Morvillo y uno de la Bordó acordaron que si había alguna convocatoria de delegados nos avisaríamos mutuamente. La Bordó concurrió a la reunión sin avisar, violando todo método de clase, convalidando la proscripción de centenares de delegados.
Por otro lado, la convocatoria pública a la Naranja es una agresión, porque durante veinte días la Bordó rechazó nuestras propuestas de reunirnos (incluso hechas por escrito) para discutir una intervención común y sobre la hora nos llamaron por teléfono para ‘invitarnos’ a su movilización: un método que nada tiene que ver con un trabajo frentista; incluso es divisionista y, por lo tanto, funcional a la burocracia.
Luego vino lo más grave. En una comunicación, un delegado de Morvillo y uno de la Bordó acordaron que si había alguna convocatoria de delegados nos avisaríamos mutuamente. La Bordó concurrió a la reunión sin avisar, violando todo método de clase, convalidando la proscripción de centenares de delegados.
M. B.