El viernes 4 de mayo, las asambleas de fábrica de los tres turnos celebraron con un gran aplauso la noticia de la reincorporación del Topo, delegado despedido semanas antes de la última elección de delegados (2011). En esta planta habíamos logrado la reincorporación de Viñas tras siete años. Luego ganamos el cuerpo de delegados a la lista de la burocracia sindical verde-moyanista y, más recientemente, la Naranja Gráfica ganó por abrumadora mayoría la elección del gremio en la fábrica.
La candidatura del Topo fue oficializada, a pesar de estar despedido, y resultó electo, junto a toda la lista. Ese fue el primer gran triunfo en la lucha por su reincorporación. Pero, hasta ahora continuaba fuera de fábrica.
Al asumir, la nueva interna obtuvo un vale de fin de año, se frenaron los despidos y se inició un proceso de recuperación de la devastada vida sindical del taller: se realizó una campaña de afiliación que sumó 120 nuevos compañeros, se instaló el método de consultar e informar a los compañeros mediante un boletín de fábrica y recorridas por máquinas y luego de años sin asambleas, que los moyanistas no hacían porque “la gente no apoya”, ya se han realizado cuatro en cada turno.
Ahora, tras un quite de colaboración de 14 días que tuvo un acatamiento de casi el 100% del taller, han continuado las negociaciones con la empresa por las reivindicaciones de la fábrica, donde se está reclamando el respeto del convenio colectivo, el pase a la jornada de lunes a viernes de todo el plantel, y la recuperación parcial del salario, que se ha derrumbado a niveles de hambre en los últimos ocho años (el inicial no supera los 4.000 pesos). Este triunfo fortalece la organización gremial interna y sus reivindicaciones. Hay una línea de clase en marcha que supera todas las paparruchadas de los que hablan contra la ‘corpo’ y dejaron pasar años de atropellos patronales.
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