En el último plenario de delegados gráficos, además de la marcha de la paritaria, se abordó el punto de la situación del gremio.
Aunque en la apertura, el secretario adjunto Amicheti rechazó implícitamente la existencia de una crisis – se refirió a “algunos casos puntuales” - luego él mismo desarrolló una larga explicación sobre los alcances de la última reforma del Código Civil y Comercial (en la que se eliminó la obligatoriedad de emitir comprobantes impresos para una serie de actividades comerciales y administrativas).
El impacto de las nuevas formas de facturación sobre los puestos de trabajo es enorme; según una estimación de la cámara gráfica estarían en riesgo entre 150 y 200 mil empleos. Una multitud de pequeños talleres, que “viven” de la impresión de boletas y facturas, que ocupan a unos 6 mil gráficos; a esto hay que sumar miles de papeleros, trabajadores postales e imprenteros.
Haciendo punta, la Afip acaba de publicar una resolución por la que obliga a una gran cantidad de empresas y contribuyentes a reemplazar las tradicionales facturas de papel por facturas electrónicas.
El avance de los soportes digitales se siente muy fuerte también en la rama editorial, epicentro de una serie de despidos, cierres de plantas y concursos de acreedores: Donnelley, Vulcano, WorldColor, Morvillo, Zaniello, Poligráfica Del Plata (olímpicamente ignorada por el gremio), etc.
Si esto no es una crisis…
Lo más pérfido del informe fue sin embargo su crítica, apenas velada, a Néstor Pitrola, por haber omitido la denuncia a este aspecto del nuevo Código. “Ningún diputado se dio cuenta”; “y eso que algunos fueron gráficos” acotaba la claque desde atrás.
¡Qué caraduras, mamita!
Como respondieron los delegados de La Naranja, nuestra critica a la reforma del Código Civil fue integral, porque ampara la tercerización y viabiliza el fraude laboral, vulnera derechos laborales básicos como la indemnización integral en caso de accidente, ataca derechos de la mujer trabajadora como el aborto y la fertilización asistida; en fin, fue una reforma reaccionaria que ni se sometió al debate del Congreso, “aprobada con un tratamiento express que viene de un pacto político express entre la presidenta y el Vaticano” (Ver la intervención de Pitrola en la página Web del PO del 01/11/14).
Este engendro noventista y clerical fue impulsado y aprobado en soledad por el Frente para la Victoria, del que la directiva ongarista es un “soldado”. Solo fue combatido sin concesiones por la bancada del PO y en especial por Néstor Pitrola, diputado y congresal del gremio, que salvó el honor de los gráficos.
Miguel Bravetti
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