Finalizada la toma, el conflicto ha ingresado una nueva etapa
Con el levantamiento de la toma y la entrega de la planta a la patronal, el conflicto ingresó a una nueva etapa, pero está lejos de resolverse. La empresa no ha hecho hasta ahora ninguna propuesta de reincorporaciones y se limitó a insistir con un ofrecimiento económico. Esto fue rechazado por la comisión interna en la única -y breve- reunión que tuvo lugar.
Los intentos de la Oficina de Personal por abrir una negociación con algunos de los despedidos, por fuera de la comisión interna, no prosperaron. Todos ellos se mantienen en los marcos del conflicto, participando del acampe y las actividades.
Tampoco tuvo éxito la pretensión de poner en marcha la planta transfiriendo las tareas de los compañeros “licenciados” a otros, e incluso apelando a un esquema de rotaciones; sectores enteros no funcionaron y la producción no pudo normalizarse.
En la primera audiencia en la Secretaría de Trabajo sólo hubo denuncias cruzadas por la violación de la conciliación: la empresa aduce que hay una negativa de los trabajadores a prestar tareas y la Interna que la empresa pretende ampliar las funciones, pasando por sobre el convenio colectivo.
La planta 2 debe apoyar nuestra lucha
Una parte de la producción es desviada a Interpack 2 (que incluso trabaja horas extras). El cuerpo de delegados verde, que dirige esa planta, es perfectamente consciente del fuerte malestar que recorre una parte de su base, por el rol carnero que le obligan a jugar. Más aún, al ser ellos mismos víctimas del plan general de reestructuración: continúan los despidos, los retiros “voluntarios” y las nuevas modalidades de trabajo “flexibles”.
Nuestra agitación sobre las empresas del grupo denunciando esta situación, debe dar lugar, en caso de que la patronal mantenga su posición, a acciones concretas de repudio y el sindicato gráfico tiene la responsabilidad de garantizar que no se repitan más actos de carnereaje contra nuestro conflicto.
El sindicato
La directiva ha seguido una línea correcta en el plano administrativo: se sometió a las resoluciones de la asamblea de la fábrica, no intentó despegarse de la determinación de ocupar la planta y rechazó formalmente la primera conciliación (que lisa y llanamente ratifica los despidos).
Sin embargo, no tomó ninguna medida gremial de apoyo al conflicto. Lo que aduce es que la base está muy golpeada y que carece de musculatura para cualquier acto de respaldo. Una verdad “relativa” que constituye una auto-incriminación: en todo caso, es el resultado de la política de postración del kirchnerismo ante la ofensiva patronal. Casi cinco mil despidos en tres años no justificaron ninguna lucha de conjunto.
No obstante, una orientación decidida, que surja de la deliberación amplia de la base, puede rescatar al gremio del estado de desmoralización y despertar sus enormes tradiciones combativas.
El acampe
Una mención final corresponde al acampe, que crece en participación. Las actividades políticas y culturales que se realizan, prácticamente a diario, son un factor de formación importante, en tanto ponen en contacto a jóvenes y militantes con una de las más importantes experiencias de organización clasista del movimiento obrero.
Por sobre las reivindicaciones puntuales del conflicto, lo estratégico son las lecciones de esta construcción, ligada estrechamente a la Naranja Gráfica y al Partido Obrero.
Por Miguel Bravetti
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