miércoles, 17 de abril de 2019

viernes, 12 de abril de 2019

Abajo las causas penales contra los compañeros de AGR-Clarín


Cinco compañeros de la que fuera la planta grafica más importante del país, AGR del Grupo Clarín, hoy enfrentamos dos causas en la justicia penal iniciadas a principio de 2017, cuando protagonizamos la primer gran ocupación de fábrica en la era Macri, conflicto que –a pesar del bloqueo mediático– tuvo una enorme resonancia, y fue uno de los puntales que dio impulso al que fue el primer paro general contra este gobierno.

“Se le hace saber que se le imputa el hecho consistente en haber convocado junto a otros sujetos no individualizado, y en carácter de ex integrante de la comisión interna de Artes Grafica Rioplatense-AGR-, a distintas agrupaciones sociales, sindicales, gremiales y políticas, a realizar un acto el día 28 de enero de 2017, a partir de las 20 hs en las inmediaciones de la planta impresora de Arte Gráfico Editorial Argentino”. Así comienza el informe de los “delitos” que se me le leyeron a en la citación indagatoria en mi condición de ex secretario general de AGR-Clarín.

Se trata de una causa que tiene por eje el abrazo a la planta impresora del diario, que contó con una extendida solidaridad y por la cual, según informa Clarín en el propio expediente, no llego el dominical del diario a todo el país y apenas se distribuyó por la tarde en algunas zonas de capital y Gran Bueno Aires. Clarín aun sangra por la herida, ya que ha impulsado con especial empeño dicho expediente logrando la citación días antes de que la causa prescribiera.

La figura penal de esta causa es “Libertad de Prensa”, la cual –al igual que en el juicio en el que el recientemente fallecido compañero Rubén Schofrin derrotó a Perfil– pretende utilizarse contra el derecho de huelga y de protesta de los trabajadores de los medios.

En la otra causa en curso se encuentran procesados cuatro compañeros. Se les ha impuesto como caratula del procesamiento el de “coacción agravada” que prevé penas no excarcelables, contrariando la opinión del propio fiscal, quien había solicitado elevar la causa a juicio contra estos luchadores, pero por delitos menores. En lo que es el colmo de la arbitrariedad, el único testigo en este caso es Daniel Merli, gerente de Recursos Humanos que firmó los despidos de todos los trabajadores de AGR.

La campaña de NO COMPRE, facsímil incluido en el expediente penal.
La campaña de NO COMPRE, facsímil incluido en el expediente penal.


La ocupación y la enorme batalla que libamos los gráficos de AGR-Clarín puso tempranamente sobre la mesa que se trataba de una lucha contra la reforma laboral y un plan gubernamental más general, como se confirmó claramente. Se trató de un cierre fabril, como el que enfrentan actualmente los compañeros gráficos de Interpack planta 1, o el que sufrieron recientemente los del diario La Nación, que no son derivados de crisis algunas, sino que persiguen por objeto que la misma producción se realice en forma precarizada, liquidando a los obreros con antigüedad, conquistas y organización gremial.

La ocupación al segundo día enfrentó una feroz represión, que debió ceder ante la resistencia obrera y de quienes acompañaban el conflicto, fracasando la pretensión de aislar nuestra lucha colocando vallas alrededor de la fábrica ocupada. En el expediente, lo testigos de Gendarmería relatan cómo los obreros extendieron las líneas antincendio para defenderse de una represión ilegal en la que nunca se mostró orden judicial alguna.

Por su tenacidad, por reunir los mejores métodos de la clase obrera, como la ocupación, los piquetes, la producción bajo control obrero dela revista “VIVA… las luchas obreras”, la pelea por el paro general, la campaña de “No compre”, y la amplitud a la hora de organizar la solidaridad que tuvo su mayor expresión en los masivos plenarios obreros en puerta de fábrica, por su independencia del Estado, la patronal y sus partidos, por su denuncia de una burocracia sindical postrada y cómplice ante el ajuste, así como por el objetivo estratégico que enfrentaba, fue un conflicto bisagra para el movimiento obrero, dejando planteados los métodos para, a escala de todo el movimiento obrero, luchar por tirar abajo el régimen ajustador. Eso es lo que hoy se ataca con estas causas penales, y por lo que llamamos a todo el movimiento obrero y popular a luchar contra esta injusticia.

Abajo las causas penales contra los compañeros de AGR-Clarín.

Vivan las luchas obreras. Abajo el ajuste y la represión.

Por Pablo Viñas


miércoles, 10 de abril de 2019

martes, 9 de abril de 2019

Cierre de Interpack: Vamos por la reapertura o la reinstalación inmediata en la planta 2


¡Fuera la policía de ambas plantas! Jueves 11, a las 12, acto en Interpack II (Colonia y Perito Moreno, Los Pinos, La Matanza).



El cierre de la planta de Lomas Del Mirador es un golpe enorme, no solo para los trabajadores de Interpack (1 y 2) y las otras plantas del Grupo Zupan, sino para el conjunto de la clase obrera combativa.

Interpack 1 fue durante dos décadas un obstáculo importante a los planes flexibilizadores de la patronal, además de una referencia obligada de lucha en el distrito y en el gremio gráfico.

Protagonizamos una infinidad de conflictos en defensa del salario, el convenio colectivo, las condiciones y los puestos de trabajo; desplegamos todos los métodos de acción directa: huelgas indefinidas, la movilización, el corte de calle, acampes y dos ocupaciones de planta. Esto nos permitió forjar una férrea organización que disputó el control del lugar de trabajo a jefes y supervisores.

Esa organización se proyectó al conjunto del gremio, como un puntal de la construcción histórica de la Agrupación Naranja, y fue protagonista también de todos los reagrupamientos clasistas del movimiento obrero, desde las Asambleas Nacionales de Trabajadores al Plenario del Sindicalismo Combativo.

El conflicto de diciembre-febrero

La última de esas grandes batallas fue la de diciembre-febrero contra once despidos, que incluyo más de un mes de toma y dos de acampe. Una fantástica escuela de lucha de clases.

El desenlace de ese conflicto dejó a los once compañeros afuera (aunque siete de ellos continúan la lucha por su puesto de trabajo en la Justicia) pero, contradictoriamente, reforzó al activismo, refrendado en las elecciones de comisión interna. Este fracaso de la patronal en su intento por doblegar a los trabajadores probablemente haya precipitado el cierre.

La militarización de la planta, con un centenar de efectivos parapetados tras las vallas y en el interior, revela el temor a la reacción obrera. Hay que resaltar que ese operativo reúne a la infantería de la bonaerense de Vidal y a la policía municipal de la kirchnerista Verónica Magario.

Comunicados

Desde ya, la crisis de la actividad – centenares de talleres cerrados y cinco mil despidos – le otorgó a la patronal un margen de maniobra adicional. El Directorio sacó una notificación que invoca “los cambios observados en la industria gráfica” y, con su característico cinismo, su “clara vocación de permanencia y continuidad con sus clientes, proveedores y, en especial, con sus empleados”.

Un dato relevante es el paro de dos días de Interpack 2 en repudio al cierre. Saludamos y valoramos esa solidaridad; es la demostración de la reserva combativa que existe y un aliciente de cara a la lucha que tenemos por delante.

Al mismo tiempo, se pone en evidencia la justeza de nuestro reclamo por unificar la lucha, desoído sistemáticamente por los delegados que responden al sindicato. Una acción mancomunada en el momento de la toma hubiera podido modificar la historia, pero en dos meses de conflicto rehusaron hasta una reunión.

El comunicado de la Federación Gráfica destaca el paro de la planta 2 y se declara en “estado de alerta y movilización permanente” por los despidos en el gremio. Mientras el Gobierno y las patronales arrasan con todo y los trabajadores luchan en soledad, la proclamada “resistencia con aguante” se reduce a emitir algún comunicado cada tanto, “sugerirles” a “los gordos” de CGT un plan de lucha y llamar a “votar bien” en octubre.

Como hemos denunciado en todos los medios, que se hicieron eco de la noticia de los “despidos por WhatsApp”, el cierre no tiene nada que ver con la crisis ni con medidas para optimizar recursos: es una determinación política dirigida a eliminar la organización de base y, en particular, a la comisión interna que la encabeza.



Otra etapa

Con el cierre de la planta se clausura una etapa de grandes luchas, pero también de convivencia y anécdotas, de un grupo extraordinario de aguerridos gráficos que enfrentaron a una empresa poderosa, a la burocracia sindical y, muchas veces, también al Estado.

Los nuevos desafíos se centran en la denuncia del cierre y la exigencia de la reapertura del taller o, en su defecto, en la reinstalación de todos los trabajadores y de los delegados, que hemos rechazado la oferta indemnizatoria, en la planta 2.

Apelaremos a la Justicia y a todas las medidas políticas y de movilización.

La lucha sigue.

Por Miguel Bravetti
Sec. Gral. de la CI de Interpack 1


lunes, 1 de abril de 2019

¡Marchemos con el Sindicalismo Combativo del Obelisco a Plaza de Mayo!


Declaración del Plenario del Sindicalismo Combativo hacia 4 de abril

Esto no va más!

No a la marcha de la CGT con las CTA al servicio del PJ y las patronales.

Por un paro activo de 36 horas y un plan de lucha contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores y por una salida obrera.

El Gobierno de Macri sigue profundizando el brutal plan de ajuste del FMI, junto a los gobernadores.

Pretende salvarse de su debacle política y económica, comandando el ataque del FMI, los gobernadores y las patronales, contra la clase obrera. Día a día se suman cientos de despidos y suspensiones. Nuestros salarios se pulverizan al ritmo de la devaluación. La inflación no se detiene, suben el dólar y las tarifas.

La CGT y las CTA, en vez de llamar a un paro general, continúan dando oxígeno a este ajuste. Las luchas -como la de los docentes de Salta, las obreras de Textilana, los ferroviarios del Sarmiento, los metalúrgicos de Aluar, los docentes universitarios, los Suteba Multicolor, Pilkington y tantas otras– se hacen al margen de la burocracia sindical. Del mismo modo los movimientos de desocupados contrarios al llamado “Triunvirato Vaticano”, movilizan centenares de miles por sus reclamos más acuciantes, contra el hambre y la desocupación.

La CGT ha enterrado el anuncio del paro general para negociar con el Gobierno de Macri fondos de las obras sociales. Y busca “rosquear” por lugares en las listas del PJ, preparando el recambio electoral de octubre. En la misma política están el Frente Sindical de Moyano, el kirchnerismo y las CTA.

Para eso, en vez de un paro general, convocan a las movilizaciones acordadas con las patronales para el 4 de abril que terminan en la 9 de Julio, sin llegar a la Plaza de Mayo. Una convocatoria "en defensa de la producción”, junto a varias cámaras patronales y las PYMES, reclamando subsidios y rebaja de impuestos para las mismas empresas que despiden trabajadores y destruyen los salarios. Es una marcha con los mismos que, como la patronal de Fate, recurren a los preventivos de crisis para despedir o suspender trabajadores y reclaman la reforma laboral.

Desde el Plenario del Sindicalismo Combativo, que reúne a sindicatos, comisiones internas, seccionales, cuerpos de delegados y agrupaciones combativas y clasistas, rechazamos estas marchas, porque se niegan a llamar a la huelga general, por su programa pro patronal y por su propuesta de unidad con los ajustadores.

Nosotros luchamos por un paro activo de 36 horas, como comienzo de un plan de lucha nacional, para lograr derrotar el ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI.

Para conquistar nuestras reivindicaciones más urgentes, como terminar con los despidos y las suspensiones; repartir las horas de trabajo sin afectar el salario, paritarias sin techo y con cláusulas de actualización automática; aumento de emergencia para los jubilados; anulación de los tarifazos; son necesarias medidas de fondo, como el No Pago de la deuda externa, la ruptura con el FMI y la estatización de las empresas privatizadas. Hace falta una salida obrera a la catástrofe actual.

Por todo esto y para exigir la convocatoria a la huelga general, llamamos a los trabajadores a organizarse, para marchar junto a nosotros desde el Obelisco a Plaza de Mayo, el jueves 4 de Abril, desde las 14hs.



Por la Mesa nacional del Plenario del Sindicalismo Combativo:

- Alejandro Crespo, secretario general SUTNA (+54 9 11 6200-5089)

- Ileana Celotto, secretaria general AGD-UBA (011-690-53408)

- Rubén "Pollo" Sobrero, secretario general Unión Ferroviaria Oeste

- Romina Del Plá, secretaria general Suteba La Matanza

- Alejandro López, secretario general Ceramistas Neuquén

- Guillermo Pacagnini, secretario general CICOP

- Jorge Adaro, secretario general ADEMYS

- María Elisa Salgado, secretaria general Suteba Tigre

- Angélica Lagunas, comisión directiva ATEN Neuquén

- César Latorre, delegado general Comisión Interna Hospital Italiano

- Federico Navarro, comisión interna ALUAR (Puerto Madryn)

- Roberto Álvarez, despedidos en lucha de Pilkington

- Roberto Muñoz, Comisión Directiva ATE Conicet (La Plata).

martes, 26 de marzo de 2019

Elecciones en Interpack: el clasismo revalida su mandato



Sin lista opositora, las elecciones internas consagraron un nuevo mandato a la lista Naranja por vigésimo año consecutivo.


En las veinte elecciones “corrimos solos” varias veces y también tuvimos que lidiar con algunas oposiciones, directamente ligadas a la directiva del sindicato o más recostadas en la patronal. Todas fracasaron.

El año pasado el triunfo fue ajustado y había razones para creer que esta disputa sería más reñida aún, pero el conflicto reciente cambió nuevamente el escenario.

En condiciones muy difíciles, con una planta muy reducida (producto fundamentalmente de jubilaciones y jubilaciones anticipadas) libramos la lucha más dura de cuantas hemos protagonizado en éstas dos décadas: 63 días de acampe y 32 de ocupación, con movilizaciones, cortes y bloqueos.

El resultado fue una derrota (“atenuada” ya que no logramos reincorporar a los once despedidos, pero la mayoría sigue reclamando su reinstalación por vía judicial) que sin embargo alteró – al menos en lo inmediato – los planes de la patronal para desarticular la organización y “barrer” con el activismo y el convenio.

Luego del conflicto, la empresa trasladó a un sector del plantel “residual” – el menos dispuesto a la lucha, ¡la base de la Verde! – a la planta 2, concentrando al activismo naranja.

La medida solo admite dos lecturas. Una, que está en marcha una reorganización de la producción “en una sola línea”. Sin poder apelar a la polifunción, bajar al mínimo el personal y los stocks, se podrían reducir costos. Esto es lo que sostiene la Gerencia.

La otra alternativa es el cierre más o menos inminente, que no se puede descartar en absoluto.

Desde ya que la situación es incierta y se inscribe además en el derrumbe general de la actividad. En cualquier caso, para acompañar los reclamos de reinstalación, resistir nuevos embates o incluso para 
pelear por la reubicación en Interpack 2, la defensa de la interna es un punto de apoyo fundamental.


Por Miguel Bravetti

jueves, 7 de marzo de 2019

Día de la Mujer Trabajadora: Clara Lemlich y la insurrección de las 20.000



La voz airada de la jovencita -a quien se le notaban los moretones de una golpiza policial reciente- sacudió a los más de 3.000 trabajadores, mayoría de mujeres, que se agolpaban, esa tarde fría del 22 de noviembre de 1909, en el aula magna de la universidad Cooper Union de Nueva York.

“He escuchado a todos los oradores y no me queda más paciencia. Soy una mujer trabajadora golpeada por condiciones intolerables. Estoy cansada de escucharlos hablar en términos generales. Las que estamos aquí queremos decidir si habrá huelga o no. Hago una moción para llevar a cabo una huelga general.”

Clara Lemlich Shavelzon no pidió la palabra, simplemente avanzó hacia el estrado e interrumpió a viva voz, en idisch, los discursos de los burócratas sindicales que desalentaban una huelga general en apoyo a las obreras textiles que ya estaban en conflicto y habían sido despedidas y reprimidas.

Y la multitud rugió.

Esa adolescente de cara redonda era migrante y judía -como la mayoría de las jóvenes presentes. Había llegado a Nueva York seis años antes, desde Ucrania, huyendo de los pogroms. En 1909 ya era una activista reconocida de la Unión Internacional de las Mujeres Trabajadoras de la Ropa (International Ladies’ Garment Workers’ Union), el sindicato que agrupaba sobre todo a obreras judías.

En Nueva York había más de 500 fábricas textiles que producían cincuenta millones de dólares en mercancías anualmente. El 70 por ciento de sus trabajadores eran mujeres y ganaban un 30 por ciento menos que sus compañeros. La llegada de la máquina de coser industrial había agudizado la explotación: los patrones exigían el doble de producción, a destajo. Ganaban menos que sus compañeros y trabajaban unas 56 horas semanales pero en la época de mayor demanda la jornada podía extenderse hasta el amanecer y alcanzar las 80 horas, sin pago de horas extras. Si la prenda no estaba perfecta eran multadas. Quienes llegaban tarde o se demoraban en el baño eran castigadas, las que faltaban los domingos podían darse por despedidas. En muchas empresas, las obreras pagaban el alquiler de la silla, la electricidad que consumían las máquinas de coser y tenían que aportar las agujas y otras herramientas. Trabajaban bajo llave. La puerta de salida estaba bloqueada y solo se abrían con autorización del capataz. En un ámbito totalmente inflamable, los incendios eran tan frecuentes como la muerte de las obreras que quedaban atrapadas (lo que explica la confusión sobre el origen del 8 de marzo).

Desde hacía varias semanas, algunas fábricas grandes -Rosen Brothers, Leiserson y Triangle, la más importante- estaban en conflicto: las obreras habían parado por mejores salarios, reducción de la jornada y contra el acoso sexual de los capataces. La respuesta había sido despido y represión. Lemlich trabajaba en Leiserson y militaba en el Partido Socialista.

 “Había llegado su día”

El sindicato había previsto que se unieran a la huelga unas tres mil personas, pero rápidamente sumaron más de 20.000 que inundaban las asambleas y locales sindicales. Cada día se afiliaba un millar de nuevos miembros a la Unión Internacional de las Mujeres Trabajadoras de la Ropa (International Ladies’ Garment Workers’ Union-ILGWU). Algo vertiginoso en un país donde las mujeres eran un tercio de la mano de obra pero solo una de cada 100 afiliados. Otro rasgo de la insurrección de las 20.000 fue que las mujeres negras -que eran excluidas de las organizaciones sindicales como la AFL- participaron activamente de la huelga, “que se prolongó durante todo el invierno a pesar de la policía, los esquiroles, los arrestos y la cárcel”.

Otra activista, Pauline Newman, recordaba años después el comienzo: “Miles y miles de obreras abandonaban las fábricas, bajando hacia la plaza Unión. Era noviembre y no teníamos abrigos de pieles para calentarnos pero teníamos un ánimo que nos impulsaba hacia adelante... Aún puedo ver a la gente joven, mujeres en su mayoría, caminando sin importarles lo que pudiera pasar… hambre, frío, soledad… ese día concreto no les importaba, había llegado su día”.

Los dueños de los 20 mayores talleres se organizaron y contrataron policías, matones y carneros para romper los piquetes y las asambleas obreras. “En el primer mes de huelga, 723 niñas y jovencitas fueron arrestadas, 19 enviadas a reformatorios”. Algunas no habían cumplido los 10 años. La justicia cerró filas con la patronal: “Estás en huelga contra Dios y la Naturaleza, cuya ley es que el hombre ganará su pan con el sudor de su frente. ¡Estás en huelga contra Dios!”, imputó uno de los jueces a una piquetera.

El ala izquierda del movimiento sufragista acompañó los piquetes, las obreras judías -muchas militantes del partido socialista judío de Polonia y Rusia, el Bund- también participaban de las organizaciones por los derechos políticos. En Nueva York, esas trabajadoras “representaban el núcleo de la National American Woman Suffrage Association”. Pero incluso mujeres acaudaladas, lideradas por Frances Perkins, Ann Morgan y Alva Vanderbilt Belmont, ayudaron a pagar las fianzas y aportaron al fondo de huelga, conmovidas por las centenares de adolescentes golpeadas por la policía y los esquiroles, y enviadas a reformatorios.

La huelga se extendió a 15.000 obreros y obreras textiles en Filadelfia y a ciudades más chicas. Incluso carneras contratadas para reemplazar a las huelguistas por la fábrica Triangle Shirtwaist, una de las más importantes, se retiraron. Los medios y la población simpatizaban con los jóvenes migrantes es huelga.

A fines de enero, la patronal entendió que había perdido la guerra de la opinión pública y que las obreras estaban preparadas para continuar durante la temporada de moda. Después de dos semanas de intensas discusiones, el 15 de febrero, más de 300 fábricas firmaron con el sindicato un “Protocolo de paz”. Los patrones aceptaron reducir la semana laboral a 52 horas, aumentar los salarios y admitir 4 días feriados legales pagados. Los empleados ya no estaban obligados a suministrar las herramientas. Un comité conjunto negociaría los problemas a medida que surgieran. Sin embargo, las empresas se negaron a aceptar el control sindical sobre los ingresos y no se comprometieron a que los trabajadores sindicalizados recibieran el mismo trato que los demás. Lemlich y muchas otras fueron incluidas en la lista negra de quienes no volverían a trabajar en la industria textil.

Obreras y sufragistas

Varias dirigentes de la huelga eran también activistas del movimiento sufragista y sostenían una relación directa entre los derechos políticos y los derechos laborales: “El fabricante tiene voto, los jefes tienen voto, los capataces tienen voto, los inspectores tienen voto. La mujer trabajadora no tiene voto. Cuando la mujer pide un lugar de trabajo limpio y seguro, los oficiales ni escuchan. Cuando pide no trabajar tantas horas, ellos no escuchan. (… ) No se consiguen condiciones justas. Por eso la mujer trabajadora debe poder votar”, predicaba Lemlich en una campaña por el voto femenino.

Lemlich, Newman, Leonora O’Reilly y Rose Schneiderman, todas cercanas al Partido Socialista, tuvieron un paso -en varios casos fugaz- por el movimiento sufragista. Lemlich y sus amigas fundaron la Liga sufragista de las Asalariadas (Wage Earne’s Suffrage League), considerada el ala “obrera” del sufragismo, a la que solo podían adherir trabajadoras y amas de casa. Mediante habladas en puerta de fábrica y en las plazas, las activistas explicaban que el derecho al voto ayudaría a resolver las desigualdades de las mujeres de la clase trabajadora. Sin embargo las dirigentes de clase media y alta del National American Woman Suffrage Association, rápidamente se enfrentaron a la política de clase de las recién llegadas y su presidenta, Mary Beard, expulsó personalmente a Lemlich hacia 1911 “por negarse a moderar su política radical para adaptarse a la visión más conservadora de la mayoría de los sufragistas de la clase media”.

En 1929 Lemlich se incorporó al Partido Comunista y presidió el Consejo Unido para las Mujeres de Clase Trabajadora (United Council of Working Class Women), que llegó a tener 50 delegaciones solo en la ciudad de New York y distintas filiales en Filadelfia, Seattle, Chicago, Los Ángeles, San Francisco y Detroit.

Día de la Mujer trabajadora

Las obreras norteamericanas estuvieron en pie de lucha toda la primera década del siglo XX: por las horribles condiciones de trabajo, por los altos alquileres y también por el derecho a votar. El 3 de mayo de 1908, en el teatro Garrick de Chicago, el Partido Socialista organizó un acto por “El Día de la Mujer”. Un año después, el 28 de febrero de 1909, miles de mujeres celebraron el Día Nacional de la Mujer organizado por el Partido Socialista. Unas 15.000 trabajadoras desfilaron en Chicago y en Nueva York en honor a la huelga que las trabajadoras textiles habían protagonizado el año anterior. Exigían reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho al voto.

La huelga de las camiseras de Nueva York de 1909-1910 fue determinante para que, un año después, las delegadas del Partido Socialista norteamericano llevaran a la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Copenhague, la propuesta de fijar un Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Recibieron el apoyo de la mesa, que presidía la socialista alemana Clara Zetkin, y fue votado. En lo sucesivo, las organizaciones presentes se comprometían a celebrar un día de lucha específico para las reivindicaciones de las mujeres. Recién en la década siguiente se estableció que fuera cada 8 de marzo.


Así nació el Día Internacional de la Mujer Trabajadora: de las mujeres de la clase obrera y bajo las rojas banderas del socialismo.


Por Olga Cristóbal

viernes, 22 de febrero de 2019

miércoles, 20 de febrero de 2019

Que el Ministerio de educación respete la licitación ganada x los trabajadores de madygraf. Libertad inmediata a todos los detenidos x luchar !!!!
NARANJA GRÁFICA PRESENTE

domingo, 10 de febrero de 2019

El 14 de febrero, el sindicalismo combativo sale a ganar las calles


Marcha de Congreso a Plaza de Mayo contra los despidos, los tarifazos y la reforma laboral y por el salario.


La mesa del Plenario del Sindicalismo Combativo y otros sectores en lucha, se reunieron para ultimar la organización de las resoluciones votadas en el encuentro del 28 de enero.

Recordemos que aquel día las numerosas representaciones sindicales que desbordaron la sede del SUTNA (entre las que se contaron delegaciones de todos los conflictos importantes del momento: Interpack, Nidera, Pilkington, Siam, Sport Tech, el INTI, Belgrano Norte) acordaron llamar a una gran jornada nacional de movilización el 14 de febrero, en rechazo a los tarifazos, la ola de despidos y la tentativa de avanzar con la reforma laboral.

La convocatoria a ganar las calles – junto a la campaña de pronunciamientos y de agitación – busca sacudir la parálisis escandalosa de las centrales obreras. Como resalta el documento que se aprobó, “mientras Macri no da tregua al pueblo, los dirigentes sindicales, tanto los de la CGT como los de la CTA, solo buscan acomodarse en alguna lista electoral de la supuesta oposición patronal y nos piden a los trabajadores esperar hasta fines de 2019”.

El paro general que Moyano sugiere “para abril o mayo” o que el ex triunviro de la CGT, Juan Carlos Schmid, propone “empezar a organizar”, debe ser ahora, cuando las patronales y el Gobierno redoblan su embestida y no según el calendario electoral, como explícitamente aconsejó Hugo Yasky. Por otro lado, la llegada de un nuevo parito de 24 horas es para descomprimir. Nuestros planteo es antagónico: paro activo de 36 horas, plan de lucha hasta la huelga general para derrotar la política de Macri, el FMI, las patronales y los gobernadores.

Sigue la sangría

Los conflictos contra los despidos y los cierres que - mediante movilizaciones, acampes y ocupaciones – lograron, pese a su aislamiento, instalarse en el escenario sindical, demuestran que en la base del movimiento obrero existe una voluntad combativa. Además, la docencia de CABA, con ADEMyS (integrante del PSC) jugando un rol relevante, logró frenar el cierre de escuelas nocturnas y probar que es posible hacer retroceder al Gobierno.

Por eso, un aspecto central de la iniciativa del PSC es rodear de solidaridad a todas las expresiones de resistencia contra el ajuste. Se aprobó apoyar una agenda de actos, cortes y festivales, por los despedidos en Siam, en Puente Pueyrredón; a los Tribunales de San Isidro contra los desafueros a directivos del SUTNA; por la reincorporación de los despedidos en Pilkington, etc.

En las dos semanas transcurridas desde el encuentro, la estadística de cierres, suspensiones y despidos no para de crecer. La decisión de la patronal textil VF Corporation, que maneja las firmas Wrangler y Lee, de dejar de operar en Argentina; la quiebra fraudulenta de Criave con más de 200 despidos; el cierre de la planta impresora del Diario La Nación;  los despidos de Editorial Atlántida; las 500 suspensiones en fábrica de tractores Pauny y los 300 despidos anunciados en Tecpetrol, la petrolera de Paola Rocca, como represalia por la quita de subsidios, son solo ejemplos conocidos.

A esto se suma el Recurso Preventivo de Crisis que Madanes Quintanilla, el dueño de Fate (y Aluar) presentó en estos días, que podría implicar cientos de despidos. Este ejemplo es ilustrativo porque, tal como denuncia el SUTNA, es una maniobra de parte de una empresa que la “juntó con pala” y que ahora aprovecha el contexto de derrumbe industrial para avanzar con una reestructuración contra los trabajadores. ¡Es lo que hacen todas las patronales!

No esperan la Reforma Laboral prometida por el Gobierno sino que salen a imponerla “de hecho”, valiéndose de la desarticulación sindical que resulta de la recesión económica y la postración de la burocracia.

La estrategia del kirchnerismo (y de todo el arco “opositor” que se agrupa en espacio del 21F y el Frente Sindical para un Modelo Nacional) quedó plasmada en ese video del inefable Guillermo Moreno instando a los empresarios a “apretar los dientes y aguantar” hasta que vuelva a gobernar el PJ. En lugar de denunciar las maniobras empresarias, las apaña, victimizando a las patronales y colocándolas en un mismo campo “anti-macrista” junto a los trabajadores.

La movilización que el sindicato del neumático convocó a la Secretaría de Trabajo, que también fue acompañada por el PSC, para rechazar la tentativa empresaria preanuncia un largo y fuerte enfrentamiento. La marcha del 14 deberá contribuir a difundir esta denuncia y a preparar el apoyo activo a los trabajadores de Fate, del mismo modo que será un factor de impulso al No Inicio de clases junto a los gremios docentes y los sindicatos de la Conadu-Histórica.

La ruta de la reforma laboral por sectores

El otro gran campo de choque será el ensayo de modificación de los convenios colectivos, que ya se ha puesto en marcha en textiles, metalúrgicos, camioneros, navales y aeronáuticos. En esto, una fracción de la burocracia sindical se apresta a actuar, no ya como un freno a la lucha sino directamente como un cómplice activo del Gobierno. El flamante Consejo Asesor del Trabajo que el ministro Dante Sica nombró para asesorarse sobre la implementación de las reformas es presidido por Julio Simón, un ex camarista del Trabajo vinculado al gastronómico Luis Barrionuevo y al sindicato metalúrgico UOM. Aunque Héctor Daer lo niega, algunos medios adelantan que podrían sumarse también representantes de Los Gordos.

La flexibilización esclavista del gremio textil que acaba con la jornada laboral mediante el “banco de horas”, cuotifica vacaciones y aguinaldo, terminando con las mìnimas conquistas, ha fracasado no por la resistencia de la burocracia, sino por la oposición de un sector patronal que evalúa que siguen quebrando igual si no hay un cambio de otras variables económicas como tasas, importación, caída del consumo. Esto a pesar de que en textiles el mínimo no imponible de cargas sociales fue elevado a $17000, casi eliminando el aporte a la seguridad social del sector.

La centroizquierda y el Papa, tomaron nota

Luego del llamado a la movilización del 14 de febrero, surgida del encuentro del PSC, se conoció una convocatoria de la CTA del "Cachorro" Godoy junto a la CTEP, un sector de Barrios de Pie, la CCC, a marchar un día antes, el 13 de febrero, por una “paritaria social.

La jornada, se limita a reclamar medidas de auxilio ante la emergencia. No traza ninguna perspectiva de continuidad, son parte del mecanismo de la contención que asegura la gobernabilidad, como lo explicó el propio Grabois, representante del Papa en los movimientos sociales.

Sumar a todos

Entre las delegaciones que estuvieron presentes el 28 en el SUTNA se contó a dirigentes del Sindicato Aceitero y delegados de Cofco (ex Nidera), cerrada por decisión del Estado chino, su actual propietario.

Los aceiteros mantienen un acampe y están discutiendo la oportunidad de medidas de lucha según informaron. Razón de más para ser parte de la marcha del 14, que es la única que levanta entre sus reclamos principales el triunfo de las luchas actuales, en particular, el de los trabajadores de Cofco: ¡vamos por la reapertura de la planta, la defensa de los 195 puestos de trabajo y de todas las conquistas internas!

Además de los sindicatos que ya han adherido: el SUTNA, AGD-UBA, UF Oeste, ADEMyS y AMSAFE-Rosario, varias empresas en lucha y una cantidad de juntas y comisiones internas de la Alimentación, Graficas, metalúrgicas y estatales, otros sectores están debatiendo sumarse y replicar la marcha en varias provincias como Mendoza, Santa Fe, Córdoba, Santa Cruz, Neuquén.

El cronograma de acciones se anuncia el lunes 11, a las 12 horas, en  una conferencia de prensa  que se  realizará en la sede central de sindicato del neumático.

Por
Miguel Bravetti y
Donald Schiffmacher

jueves, 7 de febrero de 2019

Interpack: la nueva etapa de una lucha histórica



La asamblea de Interpack resolvió levantar, con un acto, el acampe que desde hace 64 días se mantiene frente a la planta como parte del plan de lucha contra los despidos en el taller.

El final de la conciliación obligatoria (que por un artilugio jurídico se extendió durante un mes) cerró otra etapa del conflicto; aunque con escasos avances, en especial, en el tema de fondo: cada parte ratificó su posición sobre los despidos.

Sólo se pactó la desvinculación de tres compañeros con un 135% de indemnización y, como contraparte, el retiro de las causas penales y civiles, más el pago de algunas sumas adeudadas. Es importante destacar que estos arreglos se dieron en el marco de la negociación general; es decir que pese al “acoso” telefónico que sufrieron los despedidos por parte de la oficina de personal, nadie se cortó solo.

Otros puntos no prosperaron – una propuesta económica para compensar el mes de diciembre y un mayor porcentaje en las indemnizaciones – ya  que la empresa lo condicionó a un acuerdo global. Pero la amplia mayoría, siete de los once, concluida la conciliación, iniciaron ya una demanda de reinstalación por vía judicial.


Interpack y La Nación

Las desvinculaciones y el levantamiento del acampe responden a una valoración de conjunto del conflicto: luego de 33 días de toma, movilizaciones multitudinarias, un bloqueo a la planta 2 y la permanencia en los portones, las acciones gremiales circunscriptas a la empresa son insuficientes para torcer el brazo a la patronal.

No hay duda que ésta es la lucha fabril más profunda del último tiempo. Una ocupación – con la planta de producción y la administración bajo control total de los obreros –  por más de un mes, en defensa de once trabajadores, contrasta como el día y la noche con la mayoría de los conflictos actuales. Por caso, la derrota, prácticamente sin lucha, que la burocracia ongarista les impuso a los gráficos de La Nación. (El cierre del taller no dio lugar a una sola medida del gremio. La explicación de un directivo del sindicato, en la puerta de la Secretaría de Trabajo – “no se puede hacer nada” – concentra en cinco palabras toda la impotencia de los que prometieron encabezar la “resistencia con aguante”).


La defensa de una organización

La ocupación de Interpack fue preparada por una larga historia de organización que atravesó todo tipo de luchas, incluyendo una primera toma en el 2007 y una huelga de 18 días exigiendo que la patronal cubra los puestos vacantes por jubilaciones (en cuatro años, se produjeron casi 40 bajas por esta causa. Luego de apelar sin éxito a todo tipo de ardides para quebrar la estabilidad, la patronal optó por “dejar pasar el tiempo”).

Lo insólito es que un colectivo de trabajadores, que quedó muy reducido, sostenga semejante pulseada contra un Grupo empresario poderoso, que se apoya en todos los recursos estatales existentes, y que al cabo de dos meses haya logrado defender – e incluso reforzar – su organización, que es lo que realmente está en juego.

Esa reserva combativa no es suficiente para alterar la relación de fuerzas actual, considerando el aislamiento de resto del el gremio y en particular de las otras empresas del Grupo Zupan, en manos de la burocracia. El límite de esta lucha lo impone, por ahora, la falta de desarrollo de la situación general, que a su vez es el resultado de la política de postración de las burocracias sindicales de la CGT y de la CTA. La asimilación de estas conclusiones será una clave para encarar el capítulo inmediato.

Un resultado judicial favorable podría ser un punto de apoyo para nuevas acciones. Sin depositar un gramo de confianza en la Justicia patronal, hay que considerar que la prueba que existe para tipificar los despidos como “persecutorios” se refuerza por la cercanía de la elección interna, que la patronal espera “ganar”. Es la próxima batalla a librar.

Por lo tanto, el balance provisorio del conflicto es combinado: se mantienen los despidos y el eje de la lucha por la reincorporación se desplazó transitoriamente hacia un campo patronal – la Justicia. Pero la organización de la planta está en pie y el activismo, ya numeroso y curtido, incluso se acrecentó. La ocupación sacudió el “estancamiento” de varios años, luego de las derrotas de la huelga del 2015 y del lockout de tres meses del 2016.

El acampe

El acampe fue, sin dudas, una escuela de formación política (con charlas, curso y actividades culturales permanentes) y de confraternización de los trabajadores de Interpack con otros sectores en lucha, pero en especial con la militancia del Partido Obrero (de la UJS y del Polo), que realizó un gigantesco esfuerzo para contribuir a su sostenimiento.

La identificación del conflicto con el PO, de lo que tanto se quejan la patronal y sus adláteres, nada tiene que ver con una “aparateada”; es una genuina experiencia de colaboración y lucha común, que otras fuerzas políticas (en particular el kirchnerismo del sindicato y del gobierno municipal, al que recurrimos buscando una mediación) ignoraron.

La consolidación de algunos militantes, el reingreso de otros y la conquista de nuevos activistas, al partido de la clase obrera, es la real medida del éxito de nuestra orientación. La lucha continúa.

 Por Miguel Bravetti

miércoles, 6 de febrero de 2019

lunes, 4 de febrero de 2019

miércoles, 30 de enero de 2019

Declaración de la Lista Naranja Gráfica

El diario La Nación cierra su planta impresora y los trabajadores salen a la lucha



En el marco de un ajuste brutal dictado por el FMI y cumplido a rajatablas por todas las fuerzas políticas patronales -desde Macri y Vidal hasta Alicia K- el diario La Nación cerró su planta impresora dejando a un centenar de trabajadores en la calle. Los compañeros están en pie de lucha en defensa de sus puestos de trabajo. El cierre no es un hecho aislado. Los despidos en el gremio se cuentan por miles y los cierres de talleres son innumerables. La precarización laboral es moneda corriente. 


En estos momentos, Interpack se encuentra en lucha acampando tras un mes de ocupación en defensa de los puestos de trabajo y contra la flexibilización. La respuesta de la base obrera está presente en cada conflicto pero el aislamiento que propone la directiva del sindicato como orientación diluye el potencial de nuestras fuerzas ¡Hay que unificar las luchas!

Se impone una respuesta del conjunto del gremio gráfico para frenar la ofensiva patronal. Esta masacre social no puede enfrentarse luchando de manera aislada. La lucha es ahora. Esperar a las elecciones es funcional a los intereses patronales.

Por una salida obrera 

La patronal de La Nación argumenta baja rentabilidad y terceriza la impresión del diario a Clarín. Una actitud común a todas las patronales: priorizar la rentabilidad a costa de las condiciones y los puestos de trabajo. Ninguna alianza con ningún patrón puede ser una estrategia válida para los trabajadores. Por eso criticamos duramente, entre otras cosas, las movilizaciones convocadas por la directiva del sindicato junto a empresarios Pymes (90% de nuestro gremio). Como así también su convergencia en términos políticos con un sector de las patronales.

La relación de fuerzas es un factor de primer orden en todo conflicto. No hay expectativas en las negociaciones ministeriales vía cabildeos diplomáticos. La patronal de los Saguier tiene todos los días el diario en la calle y la planta de Zepita está militarizada para evitar la ocupación. Se necesita una respuesta contundente del gremio para revertir este cuadro. 

Hace dos años, AGR-Clarín actuaba de manera similar. Pero los trabajadores con la comisión interna a la cabeza se venían preparando para un eventual conflicto de envergadura. Llegado el momento del cierre ocuparon la planta inmediatamente. Clarín en esa oportunidad tuvo que mover todo su peso político para derrotar el conflicto. Sin embargo el costo fue muy alto para la patronal. 

Desde la Lista Naranja Gráfica saludamos la decisión de los compañeros del diario de Magnetto que rechazaron carnerear. Sin embargo, La Nación está en la calle todos los días. Es un tema a resolver de manera urgente y prioritaria.  

Los gráficos necesitamos urgentemente un plenario de delegados para discutir un plan de lucha de todo el gremio para frenar una ofensiva patronal que no tiene intención de detenerse por sí sola. La demora a su convocatoria solo es beneficiosa para las patronales. Proponemos que el plenario sesione en las puertas de Interpack en lucha o eventualmente en las puertas del diario, con mandato de fábrica. Pongamos en pie el gremio. Hay que unificar los conflictos en un plan de lucha general que incluya el paro de gremio. Cualquier otra variante es boicotearar las luchas.


Por Lista Naranja Gráfica

viernes, 25 de enero de 2019

Interpack: acto y bloqueo en planta 2




En un conflicto que ya lleva más de 50 días, los trabajadores de Interpack –en lucha contra el despido de once compañeros en la planta- siguen dando muestras de enorme tenacidad.

Al acampe en la puerta de la fábrica de Lomas de Mirador (Matanza), que se mantiene con gran presencia y con cronograma de actividades políticas y culturales, este jueves se le sumó un acto en la puerta de la planta 2 de la empresa, ubicada en el barrio matancero de Los Pinos.

Desde temprano, centenares de trabajadores y estudiantes acompañaron a la Comisión Interna en una agitación política dirigida a los trabajadores de planta 2, que sufren en carne propia la intransigencia patronal -al recibir trabajo extra derivado de planta 1. La Comisión Interna de allí, ligada a la Lista Verde que conduce la Federación Gráfica Bonaerense, jamás se solidarizó con el conflicto y hasta rechazó entrevistarse con los delegados en lucha.

La masividad del acto fue tal que obligó a la empresa a rearmar operativos logísticos de sus camiones. La repercusión de esta actividad se vio luego reflejada en una nueva audiencia en la cartera de Trabajo, donde a pesar de que la patronal ratificó los once despidos, el gobierno extendió la conciliación obligatoria -apoyándose en un resquicio legal: que la planta no operó durante la primera semana- e instó a las partes a hallar una solución.

El gobierno teme que el reguero de conflictos fabriles se siga extendiendo y que no pueda darle un curso favorable a las exigencias patronales.

Por el lado de los trabajadores y el clasismo apostamos a lo contrario: la acción unificada de todos los conflictos es el camino para derrotar el ajuste de Macri y los gobernadores. A la pasividad de la CGT y las CTA, le oponemos la acción del sindicalismo combativo.

Por eso es que desde el Plenario del Sindicalismo Combativo hemos convocado una reunión, el próximo lunes, para organizar nuevas medidas de lucha en solidaridad con los conflictos, y una gran movilización por todos los reclamos.

Por Francisco Travía

jueves, 17 de enero de 2019

Interpack: Choques y tensiones en medio de la “conciliación”



Finalizada la toma, el conflicto ha ingresado una nueva etapa


Con el levantamiento de la toma y la entrega de la planta a la patronal, el conflicto ingresó a una nueva etapa, pero está lejos de resolverse. La empresa no ha hecho hasta ahora ninguna propuesta de reincorporaciones y se limitó a insistir con un ofrecimiento económico. Esto fue rechazado por la comisión interna en la única -y breve- reunión que tuvo lugar.


Los intentos de la Oficina de Personal por abrir una negociación con algunos de los despedidos, por fuera de la comisión interna, no prosperaron. Todos ellos se mantienen en los marcos del conflicto, participando del acampe y las actividades.

Tampoco tuvo éxito la pretensión de poner en marcha la planta transfiriendo las tareas de los compañeros “licenciados” a otros, e incluso apelando a un esquema de rotaciones; sectores enteros no funcionaron y la producción no pudo normalizarse.

En la primera audiencia en la Secretaría de Trabajo sólo hubo denuncias cruzadas por la violación de la conciliación: la empresa aduce que hay una negativa de los trabajadores a prestar tareas y la Interna que la empresa pretende ampliar las funciones, pasando por sobre el convenio colectivo.

La planta 2 debe apoyar nuestra lucha

Una parte de la producción es desviada a Interpack 2 (que incluso trabaja horas extras). El cuerpo de delegados verde, que dirige esa planta, es perfectamente consciente del fuerte malestar que recorre una parte de su base, por el rol carnero que le obligan a jugar. Más aún, al ser ellos mismos víctimas del plan general de reestructuración: continúan los despidos, los retiros “voluntarios” y las nuevas modalidades de trabajo “flexibles”.

Nuestra agitación sobre las empresas del grupo denunciando esta situación, debe dar lugar, en caso de que la patronal mantenga su posición, a acciones concretas de repudio y el sindicato gráfico tiene la responsabilidad de garantizar que no se repitan más actos de carnereaje contra nuestro conflicto.

El sindicato

La directiva ha seguido una línea correcta en el plano administrativo: se sometió a las resoluciones de la asamblea de la fábrica, no intentó despegarse de la determinación de ocupar la planta y rechazó formalmente la primera conciliación (que lisa y llanamente ratifica los despidos).

Sin embargo, no tomó ninguna medida gremial de apoyo al conflicto. Lo que aduce es que la base está muy golpeada y que carece de musculatura para cualquier acto de respaldo. Una verdad “relativa” que constituye una auto-incriminación: en todo caso, es el resultado de la política de postración del kirchnerismo ante la ofensiva patronal. Casi cinco mil despidos en tres años no justificaron ninguna lucha de conjunto.

No obstante, una orientación decidida, que surja de la deliberación amplia de la base, puede rescatar al gremio del estado de desmoralización y despertar sus enormes tradiciones combativas.

El acampe

Una mención final corresponde al acampe, que crece en participación. Las actividades políticas y culturales que se realizan, prácticamente a diario, son un factor de formación importante, en tanto ponen en contacto a jóvenes y militantes con una de las más importantes experiencias de organización clasista del movimiento obrero.

Por sobre las reivindicaciones puntuales del conflicto, lo estratégico son las lecciones de esta construcción, ligada estrechamente a la Naranja Gráfica y al Partido Obrero.

Por Miguel Bravetti

sábado, 12 de enero de 2019


Siguen las actividades en el acampe de Interpack


Domingo 13 de enero, a las 18, zapada rockera con Pecho y Cabra (Las Manos de Filippi), Gaviota y el Ruso (Mal Pasar), Le Perdant y otros.


Temple 2780, Lomas del Mirador: allí se encuentra el corazón de nuestra actividad partidaria desde hace mes y medio.

Desde el comienzo del conflicto, la agenda del Partido Obrero en el Frente de Izquierda está centrada en el acompañamiento del acampe de los trabajadores de Interpack. El acampe representa el lazo solidaridad y organización entre la asamblea interna de la fábrica y los nucleamientos obrero, estudiantiles y del movimiento de desocupados del municipio, incluso del país. Es el centro de organización que hizo posible el fondo de huelga, la organización de las comidas – famosas por su elaboración –, la difusión del conflicto y, más importante aún, fue el canal de expresión para muchos de los trabajadores de la fábrica. La naturalidad y comunión que la organización del acampe y la asamblea de trabajadores son destacables; nadie pide ya permiso, todos nos reclamamos orden y limpieza en las carpas, cuidado con quien se tome todo el jugo o rechace un “quiero retruco”.

Las iniciativas desbordaron, comenzando por festivales locales con la presencia de artistas de la zona, el festejo multitudinario de la Navidad con las familias de los trabajadores, proyección de películas, tarde de juegos y payasadas con los más pequeños, y finalmente un festival de aún mayor magnitud que contó la actuación de dos bandas integradas por trabajadores en lucha de Interpack. Tal vez, la expresión más acabada de todo esto estuvo en boca de uno de los compañeros de la fá1brica, que segundos antes de tocar su última canción expresó en grito de bronca: “hace muchos años que trabajo en este lugar (señalando a planta, a su derecha), ¡nunca imaginé tocar en sus puertas, Zupan g@%#+!”.



La actividad del Partido Obrero, sus plenarios, reuniones, charlas y cursos pasan en gran medida por el acampe de Interpack. En este momento estamos desarrollando allí un curso de formación política sobre “La concepción Marxista del Estado y La Revolución” en tres encuentros, el último  de los cuales tendrá lugar el 14 de enero y estará a cargo, ni más ni menos, que del secretario general de la comisión interna del taller, Miguel Bravetti. Además, este domingo 13, a las 18 hs, llevaremos adelante una zapada abierta con la participación especial del Pecho y Cabra, de Las Manos de Fillipi, y Gaviota y El Ruso, de Mal Pasar.

El apoyo de los vecinos, desde el primer día es excepcional, donaciones de dinero, alimentos, abrigo, bocinazos y gritos de aliento cada hora. Es un ejemplo de solidaridad y organización obrera para todo el país; lugar donde se despida, debemos tener una asamblea que luche y una comunidad que preste su espalda.

Viva la lucha de Interpack y de los trabajadores de todo el país. Paro de 36 horas, no aceptamos ningún despido, abajo el ajuste de Macri y la falsa oposición. Abajo el tarifazo. Compañeros adelante.

viernes, 11 de enero de 2019

“Para derrotar al tarifazo y al ajuste necesitamos un paro de 36 horas”


La izquierda participó de la “marcha de antorchas” de la CTA y Camioneros con su propio planteo.


“Para derrotar al tarifazo y al ajuste necesitamos un paro de 36 horas”

El Plenario del Sindicalismo Combativo participó con una columna independiente de la marcha contra el tarifazo convocada por las conducciones de Camioneros y las CTA. 

Antes de sumarse a la movilización, la izquierda realizó su propio acto, bajo el lema “ni tarifazos ni despidos”, donde reclamó un inmediato paro activo nacional de 36 horas y un plan de lucha de las centrales sindicales. 
Participaron de la convocatoria los trabajadores en lucha contra despidos de Interpack, Siam y Pilkington, las gremiales AGD (de docentes de la UBA), Unión Ferroviaria Oeste y Sutna (neumático); las federaciones estudiantiles de la Universidad de Buenos Aires (junto con los centros de Veterinaria y Filosofía y Letras, entre otros) y de la Universidad Nacional de las Artes; agrupaciones de estatales y municipales, el Polo Obrero, las organizaciones del Frente de Izquierda (Partido Obrero, Izquierda Socialista, PTS) y el MST, entre otras organizaciones políticas. 


El dirigente del PO Néstor Pitrola destacó que esta es la orientación necesaria “para derrotar el conjunto de la política que ha llevado al tarifazo, al ajuste, a los despidos”; señaló que la marcha de antorchas, convocada como una medida aislada y sin continuidad por el moyanismo y el kirchnerismo, “es un encubrimiento de que los grandes sindicatos y centrales obreras en la Argentina están acompañando con una paz social el ajuste de Macri, el plan del FMI y la descarga de la crisis sobre los trabajadores”, y enmarcó la participación del sindicalismo combativo en la marcha “en una perspectiva integral de los trabajadores y la izquierda, por la nacionalización integral del petróleo bajo control de los trabajadores y el corte de las concesiones a las privatizadas”.


Ileana Celotto, secretaria general de AGD-UBA, denunció el llamado de Hugo Yasky “a no hacer paros en un año electoral” y sostuvo que “nosotros adoptamos el método de Interpack: la huelga y la ocupación. Tenemos que luchar contra los tarifazos y los despidos y por nuestro salario”.

Por su parte, el flamante integrante de la comisión directiva del gremio del subte (AGTSyP) por la minoría, Christian Paletti, marcó que la participación del sindicalismo combativo con una columna independiente muestra a los trabajadores “que acá hay un canal para enfrentar la política del gobierno”.

En el cierre del acto, el secretario general del Sutna Alejandro Crespo señaló que los trabajadores “no tenemos vacaciones, estamos todos sin salir de Buenos Aires por la crisis económica” y apuntó que “no hay tiempo para esperar” en un escenario de golpes al salario, de abierto favor de la Secretaría de Trabajo a las empresas que despiden y cuando el gobierno procura avanzar con una reforma laboral. “Los compañeros no pueden esperar las elecciones despedidos, en sus casas: tenemos que imponer la presión del movimiento obrero”, concluyó Crespo, llamando a una gran acción del sindicalismo combativo en ese sentido.

lunes, 7 de enero de 2019

El significado del conflicto de Interpack


Se levantó la ocupación, sigue la lucha.


El levantamiento de la ocupación de la planta de producción y de las oficinas de administración, votado por la asamblea de los trabajadores, abre una nueva etapa en el conflicto.

En los 32 días transcurridos se desplegó un amplio arsenal de medidas de lucha además del paro, la toma y el acampe en la puerta de la fábrica, como movilizaciones, cortes, festivales y actos, que desafiaron la amenaza de un desalojo judicial y las posibles represalias, anunciadas por la secretaría de Trabajo, por desacatar la “conciliación obligatoria”, la cual, en su versión original, simplemente ratificaba los despidos.

Una “conciliación” a la medida de la patronal

El dictamen rechazado implica un salto en el accionar pro-patronal de la secretaría de Trabajo. Su aceptación hubiera significado un golpe al conflicto y un antecedente nefasto.

El voto unánime a favor de desacatarlo, la impugnación formal a la actuación de la Dirección de Relaciones Laborales y la enorme movilización el jueves 3, forzaron un pequeño pero significativo giro y un “nuevo fallo” – en realidad, una ampliación al texto original – que “insta fuertemente a la patronal” a reincorporar a los trabajadores. La empresa, por su parte, adelantó que cumplirá la resolución, pero licenciará a los once compañeros.

Pese a la “trampa” que supone el licenciamiento (rechazada en el acta por la comisión interna) la asamblea sopesó con cuidado la situación y resolvió aceptar la conciliación, en base a tres consideraciones: 1) aleja la posibilidad del desalojo violento de la planta y el avance de las causas penales; 2) permite el cobro de los salarios y aguinaldos adeudados, que la patronal no abonó con la excusa del bloqueo de la administración; y 3) abre una “ventana” de negociación de quince días.

Esa negociación, previamente pautada, incluye el reclamo de las reincorporaciones, el retiro de la denuncia y un arreglo económico por días caídos e indemnizaciones mayores a quienes opten por la desvinculación.

Chamullo ´nac&pop´

El kirchnerismo tuvo en el conflicto un papel secundario pero muy ilustrativo de su conducta general. La intervención del municipio, que tiene una responsabilidad doble por su pretensión de representar una política alternativa al macrismo y ser cabeza del poder político matancero, se limitó a participar de un par de reuniones sin consecuencias. Un fiasco completo.

Más allá de la “buena predisposición” declarada por los funcionarios –incluso la intendenta Verónica Magario hizo conocer su “preocupación” por el conflicto– se puso de relieve la completa impotencia de los nac&pop frente a los grupos empresarios poderosos. Su supuesta simpatía por los trabajadores no alcanzó siquiera para aportar algunos micros para las movilizaciones. Una conducta similar mantuvo con respecto a la lucha de Siam el intendente de Avellaneda, el ´ultracristinista´ Ferraresi.

Por su parte, el sindicato gráfico, enrolado en la Corriente Federal (también kirchnerista) “acompañó” las resoluciones de los trabajadores, sin aportar un gramo de respaldo gremial: no fue posible concretar ni siquiera una reunión con las comisiones internas del Grupo. Sin minimizar la importancia de la “cobertura institucional” frente a la secretaría de Trabajo y frente a la Justicia, el debate de fondo es la estrategia de una dirección sindical que se autoproclamó abanderada de la resistencia a la ofensiva oficialista.

La mejor medición de esa postración son los aproximadamente cinco mil despidos y la cantidad (indefinida) de cierres de talleres que se produjeron en los últimos tres años sin respuesta por parte del sindicato. Lo que prevalece hoy en la base gráfica es una fuerte desmoralización.

La ocupación, una forma avanzada de lucha

Ésta es la segunda vez que se toma la planta de Lomas Del Mirador. La primera ocupación, que se extendió por ocho días en 2007, fue por un reclamo salarial y por la efectivización del personal contratado.

Las dos ocupaciones de Interpack fueron más duras que otras “huelgas con permanencia” de esta etapa ya que, por un lado, el control total de las instalaciones quedó en manos de los obreros, sin permitir el ingreso de ningún personal, y por otro, no lidiaron con una patronal “en fuga” si no con una que nunca ocultó su intención de continuar operando y apeló a todos los medios económicos y coercitivos para recuperar la planta. Solo la fuerte organización de base – disminuida en número, pero fogueada en innumerables luchas – permite explicar estos 32 días de toma firme.

Conclusiones preliminares

En lo inmediato se abre una etapa de negociación en la que la empresa buscará esterilizar el esfuerzo realizado por los trabajadores y retomar, de algún modo, la iniciativa. Del lado de los trabajadores, deberemos tensar la guardia, continuar con el acampe y la movilización e incluso retomar las medidas adentro, para arribar a un resultado favorable. El desenlace está abierto.

Pero más allá de las consecuencias que el conflicto tenga al interior de Interpack, su significado trasciende el mero reclamo: confirma la eficacia de la ocupación como una forma avanzada de lucha; demuestra las reservas que anidan en la base del movimiento obrero para enfrentar la ofensiva del macrismo (por contraste, la complicidad de todas las direcciones sindicales que apuestan al recambio electoral); y por último, resalta el enorme valor de la construcción clasista bajo la orientación de la izquierda.

Por Miguel Bravetti
Secretario General de la Comisión Interna de Interpack


sábado, 5 de enero de 2019

Interpack: Se levantó la ocupación, sigue la lucha

Interpack: Se levantó la ocupación, sigue la lucha
Luego de 32 días, la asamblea resolvió acatar la conciliación obligatoria, dictada por la secretaría de Trabajo, y levantar la ocupación de la planta de producción y las oficinas de administración.
El conflicto ingresa de este modo en una nueva etapa.
Como resultado de todo lo hecho durante este mes de lucha: la huelga y la toma, movilizaciones, festivales, un acampe en los portones de la fábrica y, la multitudinaria marcha del jueves 3 de enero que permitió revertir la bochornosa resolución de la semana pasada (que lisa y llanamente ratificaba los despidos) se logró la reincorporación transitoria de los once compañeros, aunque sin tareas.
Esto fue rechazado en el acta y será denunciado ante las autoridades como un incumplimiento patronal de la conciliación. No obstante ello, se ha abierto una negociación en torno a tres aspectos: a) el reclamo de reincorporación, b) el retiro de todas las causas penales y civiles, c) el pago de los días caídos y otras cuestiones salariales. La empresa deberá hacer efectivo el pago de los aguinaldos de inmediato.
La asamblea votó también retomar las medidas dentro de la planta en caso de que la negociación no avance; mantener el acampe en la puerta y todas las medidas anunciadas.
También se resolvió participar de la movilización convocada por la CTA y el moyanismo el 10 de enero, en la columna del plenario del Sindicalismo Combativo, con la consigna “Ni Tarifazos ni Despidos. Paro activo nacional de 36 horas, para derrotarlos”.

viernes, 4 de enero de 2019

Tarde de juegos en Interpack


Se está conformando la comisión de familiares para acompañar esta gran lucha.


Con la presencia de varias familias gráficas y de amigos de Interpack, y con la colaboración del juventud del Partido Obrero y del Plenario de Trabajadoras, se realizó el viernes 5 la tarde de juegos para los niños de Interpack, organizada por la Comisión de Familiares de Interpack y la Comisión Interna de la planta.

Más de 30 niños, que fueron llegando junto a sus familias participaron de los distintos juegos organizados por la Comisión de Familiares. El Circo Descartable realizó una función especial para los chicos de Interpack, ayudaron a ordenar los juegos  y las actividades la payacolaboradora Tutuca Suspenso y amigas animadoras.

La comisión de familiares que se está conformando al calor de la lucha por la reincorporación de los despedidos de la Planta 1, es un gran paso organizativo que refuerza enormemente la lucha de los compañeros en un frente único de la familia obrera contra la patronal y el estado. Se trata de un salto en calidad que tenemos que ayudar a desenvolver.

jueves, 3 de enero de 2019

Interpack: después de la conciliación trucha, otra masiva movilización a la Secretaría de Trabajo


La comisión interna reclamó a las centrales obreras un paro activo de 36 horas.



Los gráficos de Interpack 1, que llevan 31 días de huelga y ocupación contra el despido de once compañeros, se movilizaron hoy junto a organizaciones solidarias con su lucha desde Congreso a la sede de Callao de la Secretaría de Trabajo -donde tuvo lugar una nueva audiencia con la patronal- para reclamar que se abra una verdadera instancia de negociación para la satisfacción de su reclamo.


La cartera había dictado el jueves pasado una “conciliación obligatoria” de carácter ilegal y sin precedentes, ya que ratifica los despidos en lugar de retrotraerlos y amenaza a los trabajadores con todo tipo de sanciones si no deponen las medidas de lucha –cancelando en los hechos cualquier instancia de mediación y resolución del conflicto. Los obreros rechazaron la medida en una asamblea la semana pasada.

Tras una nueva semana de acampe y la presentación de un recurso de “reconsideración” por parte de la gremial, la Federación Gráfica Bonaerense, en la audiencia de hoy la Secretaría de Trabajo dispuso una “aclaración” instando a la empresa a reincorporar a los trabajadores. La patronal firmó el acta, pero adelantado que eximiría a estos de tomar tareas durante el tiempo que dure la conciliación.

Al salir de la reunión, el secretario general de la comisión interna Miguel Bravetti señaló ante la masiva movilización –con la presencia solidaria de la interna de ATE Inti, AGD-UBA, Fuba, Partido Obrero, Polo Obrero,  Izquierda Socialista, MST, RyR, entre otras- que “hay que ser claros: esto solo nos coloca ante una nueva instancia. Nosotros fijamos en el acta nuevamente nuestra posición: queremos a los compañeros adentro y con tareas. Pero dijimos que vamos a llevar esta nueva propuesta a consideración de la asamblea general que vamos a hacer mañana” a las 13:30h. Y marcó que “estamos tan firmes con el primer día en exigir la reincorporación definitiva de los once compañeros”

Bravetti se refirió a la conferencia de prensa realizada por la mañana por las CTA Autónoma y de los Trabajadores junto a la Federación de Camioneros, en la que anunciaron demandas judiciales y algunas “marchas de antorchas” contra los tarifazos (el 10 en Ciudad de Buenos Aires, 17 en Rosario, 24 en Mar del Plata y 31 en Mendoza). Con la autoridad de una organización obrera que viene llevando adelante todo tipo de iniciativas de lucha, la interna de Interpack planteó que “vamos a participar, porque está bien marchar, ganar las calles, denunciar, pero desde acá les decimos a Pablo Moyano, a Pablo Micheli y a Hugo Yasky que lo que necesitamos los trabajadores es un paro activo de 36 horas, como parte de un plan de lucha sostenido para quebrar la política de ajuste contra los trabajadores”.